El micro ingresó al complejo de Bronnitsy bajo la penumbra de la noche y en un clima sepulcral. En medio de un silencio demoledor, estacionó a metros de la puerta principal y todos los integrantes de la delegación fueron yendo hacia sus habitaciones, mientras algunos de los sparrings de la Sub 20 ensayaban un tímido y sentido consuelo.
La Selección vivió una noche larga y triste, envuelta en la desilusión por la eliminación en los octavos de final ante la Francia del magistral Mbappé y en un enorme interrogante acerca de qué será de su futuro.
A partir de la Copa América de Brasil 2019, el próximo objetivo, ¿será el tiempo de Jorge Sampaoli y de Lionel Messi en Argentina, de uno de los dos o de ninguno? Todo puede ocurrir.
Sampaoli dijo tras la eliminación que pensaba seguir en su cargo, pero habrá que ver si resiste a las críticas del periodismo, al nulo feeling con la gente (aquí fue silbado en la previa de los partidos ante Nigeria y Francia) y al desgaste al que intentarán someterlo desde la AFA para que presente la renuncia y no pagarle la totalidad del contrato teniendo en cuenta que su vínculo es hasta después del próximo Mundial.
El técnico no habló aún ni con Claudio Tapia ni con Daniel Angelici, principales impulsores de su llegada pero hoy desencantados con el trabajo del entrenador.
Desvelados, Javier Mascherano y Lucas Biglia, compañeros de mil batallas y también de habitación aquí en Bronnitsy, intentaron darse fuerzas mutuamente al saber que su despedida de la Selección fue de una manera no deseada. En Kazán, los dos anunciaron que ante Francia jugaron su último partido vestidos de celeste y blanco. Un camino que, por una cuestión generacional y/o de desgaste, posiblemente recorran otros históricos como Marcos Rojo, Ever Banega, Enzo Pérez, Angel Di María, Gonzalo Higuaín y Sergio Agüero.
Es un interrogante la situación de Lionel Messi, quien se tomará un tiempo para analizar qué hacer. En 2016 había renunciado a la Selección, golpeado por la caída en la final de la Copa América en Estados Unidos, la segunda en dos años ante Chile y la tercera en tres si se contabiliza la del Mundial de Brasil 2014 frente a Alemania. La edad no sería un impedimento para él: llegaría al próximo Mundial con 35 años. La cuestión, en todo caso, pasa por su estado de ánimo. ¿Quedará con fuerzas para seguir luego de una nueva frustración?
El capitán optó por el silencio tras la caída ante los franceses y ni siquiera la derrota de Cristiano Ronaldo, su archirrival deportivo, con Portugal ante Uruguay, sirvió para atenuar su dolor.
La Selección mayor se volvió una cruel kriptonita en la carrera de Messi, acostumbrado a dar vueltas olímpicas con el Barcelona tanto como a las desventuras con Argentina.
¿Tendrá ganas, Lionel, de seguir siendo el buque insignia de la nueva Selección que se viene, en la que seguramente tendrán un lugar futbolistas como Gerónimo Rulli, Emanuel Mammana, Germán Pezzella, Ramiro Funes Mori, Matías Kranevitter, Santiago Ascacíbar, Ricardo Centurión, Lautaro Martínez, Mauro Icardi y Lucas Alario? Dependerá de su voluntad, obviamente.
Por lo pronto, la única certeza es que Messi y los integrantes de la famosa mesa chica que en breve se desactivará están desilusionados con Sampaoli, de quien esperaban un salto de calidad que no se dio en la conducción de la Selección. Lo mismo ocurre con Tapia y con Angelici, los dos dirigentes que realizaron una millonaria apuesta económica al contratarlo y que terminaron viendo en la Selección a un técnico que no hizo nada de lo bueno que había mostrado, por caso, en la Universidad de Chile, en el seleccionado chileno y el Sevilla.
"Ojalá que no nos vayamos porque la Selección es lo más grande que hay", le dijo a Infobae un integrante del cuerpo técnico argentino. Un deseo que, con el escenario actual, será difícil de concretar.
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