Quien piensa que la Argentina perdió aquí la chance de seguir en el campeonato mundial, bueno, tiene, seguramente, la observación del que no está cerca de lo que fue el proyecto que guiaron (Claudio) Tapia, antes (Armando) Pérez, después (Edgardo) Bauza, antes (Gerardo) Martino, ahora (Jorge) Sampaoli, siempre (Lionel) Messi y (Javier) Mascherano.
El que cree que Francia, por supuesto con muchas más virtudes que la Argentina, dejó afuera hoy al seleccionado nacional, se equivoca. Este es un proceso que viene viciado desde hace muchísimo tiempo. Que obliga a una profunda revisión.
Dijimos hace algún tiempo: la Argentina puede apelar al corazón. Pero cuando encuentra tanto talento enfrente, y cuantos errores defensivos como tuvo Francia, puede tener un partido como este y algún otro, que ya tuvo. Pero este seleccionado argentino perdió hace mucho. Cuando se rompió la cadena de mandos. Cuando Messi y Mascherano, los auténticos responsables de la caída argentina, se hicieron cargo del seleccionado. Así nos fue.
Hoy Messi desapareció. No estuvo. Y eso que le abrieron el camino para que jugara. Va a quedar mucho tiempo para contar historias, íntimas historias de un proyecto que nació mal parido. Y que termina como nació: mal parido. Sin ninguna duda. La Argentina se fue en octavos. Debió irse antes, en primera ronda. Es más, le quiero decir algo, la Argentina no debió venir al campeonato mundial.