Luego de ser una de las atracciones en cada una de las presentaciones de la selección argentina durante la primera fase del Mundial de Rusia, Diego Maradona llamó nuevamente la atención del público con sus efusivas expresiones corporales alentando al equipo de Jorge Sampaoli.
El Diez, que de por sí atrae con su sola presencia, fue nuevamente uno de los protagonistas. Ataviado con un chomba azul, se ubicó en un palco del estadio Kazán Arena y desde allí se robó las miradas de los espectadores. Aunque esta vez, el astro fue eje de comentarios por un peculiar hecho: la bandera argentina que se reflejó en sus lentes oscuros.
Acompañado de su pareja Rocía Oliva, su aparición en el estadio generó como en cada partido los clásicos cánticos de "Diegooo, Diegooo" y "Volveremos a ser campeones, como en el 86", que bajaron desde las gradas. A modo de retribución, él se asomó y saludó a los hinchas.
En el gol del empate de Ángel Di María cerró los puños y lo festejó con los brazos en alto. Minutos después, cuando lo enfocaron, se lo vio sumándose a los cánticos generales.
En la primera ronda, el ex entrenador de la Albiceleste mostró un abanico de estados emocionales. Apoyó a Lionel Messi tras el penal fallido frente a Islandia. Luego lloró durante la estrepitosa caída a manos de Croacia. En tanto que ante Nigeria montó un show, en donde hasta se tomó una siesta y, al final, terminó descompensado por el desborde emocional.
Por su comportamiento en este último partido disputado en San Petersburgo recibió un llamado de atención por parte la FIFA. Y tal vez por ello, no fue muy destacado por las cámaras de la transmisión oficial.
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