Fue un papelón histórico lo de la Selección. Se volvió a perder, y por goleada. Era previsible. Cuando en una fábrica mandan los empleados, seguramente termina en la quiebra. En la Selección hace rato que mandan los jugadores. Ni el presidente de la AFA, ni los dirigentes, ni el cuerpo técnico tienen el poder que ostenta el plantel.
Esta historia ya es conocida, aunque no deja de sorprender por la calidad individual de los jugadores que componen al equipo. Sólo queda esperar un triunfo de Nigeria y aprovechar la posibilidad remota de avanzar a la siguiente fase.
Llama la atención cómo le cuesta al equipo de Sampaoli reponerse ante las adversidades. Con Islandia se murió después del empate. Hoy pasó lo mismo después del error de Caballero. Faltaban 40 minutos de juego, pero Argentina dejó de responder. Hay un problema psicológico que preocupa mucho más que cualquier resultado.
El equipo no estuvo a la altura. Croacia fue muy superior y los resultados le dieron la razón a la gente. Todo el mundo pedía por Armani y hoy Caballero tuvo un error decisivo. Todos conocían las limitaciones de Rojo, Di María y Biglia y los tres fueron los primeros en salir después del partido con Islandia.
Los hinchas que no están en el día a día se dan cuenta de cosas que los protagonistas que componen la delegación no comprenden. De todos modos, mientras hay vida, hay esperanza. Aunque jugando así parece imposible ganarle a Nigeria.
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