Rubén Moschella es, probablemente, quien conoce mejor todos los rincones del predio de Ezeiza, la casa de la Selección. Es el director del predio, aunque durante 31 años estuvo directamente ligado al Departamento de Selecciones Nacionales.
"Yo lo que menos pensaba era estar acá. Como a Maradona o a Messi les tocó la varita mágica, yo digo que a mí también me tocó. Entré a la AFA en el año 72, como cadete, y en el 83 me informa un gerente que pasó a Selecciones. No sabía ni lo que era. Y empecé todo el periplo hasta 2014, con el Mundial", describe al detalle su relación con el elenco nacional.
Tan fuerte fue el lazo que hasta participó de la búsqueda de un hogar para Argentina. "Ezeiza es mi casa porque durante muchos años, con (Carlos) Bilardo, hasta el 90, no teníamos lugar donde entrenar. Éramos nómades, íbamos con la utilería con una camionetita chiquita a todos lados a entrenar. No teníamos un lugar estable", cuenta, hasta con un dejo de nostalgia por aquellos años de trabajo artesanal.
"Yo veía a otras Selecciones, los lugares que tenían para entrenarse y… Pero hoy tenemos este predio espectacular", dice, orgulloso.
Y, con conocimiento de causa, remarca: "Esta Selección merece levantar la Copa. Acá estos jugadores vienen por las ganas de salir campeón, no vienen por otra cosa".