Algo hacía presagiar que el semblante del capitán no sería el mejor en el vestuario. Cuando el árbitro decretó el final del empate 1-1 entre Argentina e Islandia, Lionel Messi revoleó la pelota por el aire y se marchó visiblemente enojado.
Fue Maximiliano Meza, uno de los novatos del plantel, quien confesó con una frase entre líneas cuál era el estado de ánimo de Messi puertas adentro. El hombre de Independiente afirmó que en el vestuario había "bronca" y estaban "calientes", pero lo más importante lo reveló con una frase breve: "Se lo vio mal a Leo también, así que hay que apoyar a todo el grupo, hacernos fuertes y tratar de sumar la mayor cantidad de puntos".
El futbolista de 26 años, que tuvo su debut en la Copa del Mundo y como titular, subrayó en conferencia de prensa: "Esto recién empieza. hay muchas cosas por mejorar. Seguiremos por este camino".
La "Pulga" habló en conferencia de prensa y dejó en claro que realizó una profunda autocrítica, tras fallar un penal que hubiese significado el 2-1 de Argentina: "Me siento responsable por no haber podido llevarnos los tres puntos; con el penal lo podríamos haber hecho".
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