El partido estaba 1 a 1 cuando el polaco Marciniak sancionó la pena máxima a favor de la Argentina. Una infracción sobre Maximiliano Meza le dio la posibilidad a Lionel Messi de darle la victoria a la Albiceleste.
Los doce pasos parecían una garantía para los conducidos por Jorge Sampaoli, pero el mejor jugador del mundo demostró que también puede fallar.
Un tiro débil, anunciado y carente de confianza le permitió a Halldórsson forjar su figura de héroe para evitar la derrota y adquirir la anécdota de su vida. Probablemente, esa escena la recuerde durante décadas y se la transmitirá a sus familiares y seres queridos.
Un ejemplo de la euforia que provocó la atajada del arquero fue el relato de un periodista islandés, quien describió a los gritos la notable hazaña del experimentado jugador que se desempeña en la liga de Dinamarca.
Los festejos vikingos se extendieron durante toda la transmisión y las esperanzas de lograr una producción similar a la que desarrollaron hace 2 años en la Eurocopa están más vigentes que nunca. El debutante de la Copa del Mundo dio el golpe y atragantó la fiesta de Argentina ahogando el grito de su máximo ídolo.
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