Cómo los barras argentinos piensan burlar la seguridad rusa en los estadios

En Rusia 2018, los que están en la lista del derecho de admisión encontraron una falla del sistema y ya tienen su entrada y su Fan ID para ver a la selección argentina. Las claves de la estrategia que usarán los violentos para ingresar al estadio

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En el imponente estadio Spartak
En el imponente estadio Spartak debutará la selección argentina frente a Islandia: tiene una capacidad para 43.298 espectadores y costó 250 millones de dólares (AFP)

(Especial desde Moscú) Hay policías por todos lados. Hay militares y civiles infiltrados. Y hay diez efectivos de seguridad de la Argentina, contando los cinco que están trabajando con el gobierno ruso, los funcionarios políticos y los que vienen a hacerles sombra a los dirigentes de la AFA.

Pero ellos ya encontraron la manera de burlarlos: son los barrabravas argentinos que no se rinden y ya conocen de qué forma ingresar a los estadios para evitar ser detenidos en la previa por estar en la lista del derecho de admisión que envió la Argentina al país organizador.

La estrategia, contada por dos de ellos a Infobae, fue muy simple: la gran mayoría consiguió las entradas no por la página web de FIFA, que eran personalizadas, sino vía Asociación del Fútbol Argentino y sponsors, que vienen recibiendo desde noviembre de 2017. Estas no llevan identificado el nombre de quién las usa.

Así hay por ejemplo tickets de la AFA a nombre de distintas ligas del interior o de clubes, que después van a parar a manos de los violentos y de la reventa.

El mismo mecanismo fue utilizado por Hinchadas Unidas Argentinas en Sudáfrica 2010 y generó un negocio multimillonario en Brasil 2014, donde hubo tickets hasta de la familia Grondona que cayeron en el mercado informal.

Las efectivos de seguridad que
Las efectivos de seguridad que Argentina e Islandia enviaron al Mundial Rusia 2018

Cada uno de esos tickets, para los partidos de primera fase, cotizan oficialmente a 116 dólares. Dos barras de Claypole y otros tantos de Morón, que se negaron a ser fotografiados, se frotaban las manos en la Plaza Roja, pleno centro de Moscú, con la confianza que da saberse impune.

Claro que para este Mundial había una barrera más que superar: Rusia impuso el Fan ID, una credencial que se utiliza como si fuera un documento personal intransferible que acompaña al ticket. Sin esa tarjeta, no se ingresa al estadio por más que alguien tenga una entrada válida. Y el Fan ID no se lo otorgan a quien esté en la lista del derecho de admisión.

¿Cómo hicieron entonces los barras para burlar esta valla? Utilizando la falla del sistema.

Aunque parezca mentira, cada poseedor de ticket puede sacar cuatro Fan ID para distintas personas ya sea vía internet o en forma presencial en los tres centros dispuestos para ese trámite en Moscú. Y después en persona debe retirarlos con su pasaporte, que los amables voluntarios en su mayoría de entre 18 y 25 años no chequean del todo bien.

Este cronista hizo la prueba en el centro de acreditación de Fan ID del estadio Luzhniki, el principal del torneo. Con una entrada no personalizada de un miembro de la delegación que ya había sacado dos Fan ID, uno para él y otro para un amigo, intentó obtener el suyo. El trámite no duró más de 15 minutos y la tarjeta fue impresa correctamente a una persona que obviamente, como quien habla, no es poseedor de ticket sino de acreditación de prensa, chequeo que los voluntarios no realizaron.

Luzhniki Stadium, el principal del
Luzhniki Stadium, el principal del torneo y donde muchos hinchas se acreditan para retirar el Fan ID que acompaña a cada ticket (AFP)

Alguien dirá "bueno, chequearon con la base de datos y como quien escribe no está impedido de ingresar, le dieron el Fan ID aun cuando no tuviera ticket". Pero a un hincha de Rosario Central que compró en la reventa una entrada que estaba a nombre de otra persona, también se lo dieron sin ningún inconveniente, aun cuando no coincidía la nominación de la entrada con el pasaporte presentado.

Y lo mismo hicieron los barras: muchos, al no saber si estaban o no en la lista de prohibidos, trajeron dos pasaportes. Uno, el propio, para ingresar y salir del país, y otro para retirar Fan ID a nombre de otra persona y así evitar ser controlados.

Para que se den una idea del volumen de lo que se está generando, hay para el debut del sábado contra Islandia 18.750 entradas vendidas a hinchas con pasaporte argentinos (muchos sacaron con documento de la Comunidad Europea), pero existían hasta ayer el triple de Fan ID hechos por argentinos y se esperan muchos más en la previa del partido inicial del equipo de Sampaoli.

Tras verificar esta situación in situ, Infobae se comunicó con los hombres de seguridad argentinos presentes en Rusia, quienes admitieron estar al tanto y preocupados por la situación, pero aseguran que tienen dos maneras para combatirlas.

La primera, habrá tres efectivos con los mismos celulares de huella digital que se utilizan en el programa Tribuna Segura en el ingreso de la cabecera donde más entradas se han vendido a los argentinos, para intentar pararlos ahí.

Saben que la tarea es titánica: los barras, al tanto de la situación, no piensan ir todos juntos como ocurre en nuestro país o en los anteriores mundiales, sino separados, mezclados entre los hinchas comunes.

La otra forma que indican es, ya adentro del estadio, utilizar las cámaras de precisión de la policía rusa para identificar los rostros de aquellos que empiecen a manifestarse.

Parece poco, pero es lo que hay. Porque el ingenio argentino, a veces para el bien, en este caso para el mal, no descansa jamás.

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