"¡Pizzi, sos macanudo!", "¡Pizzi, qué bueno que viniste!".
Barcelona perdía 4-2 ante el Atlético Madrid por el partido de vuelta de los cuartos de final de la Copa del Rey de 1997. El duelo de ida había terminado 2-2. Sí, el Blaugrana quedaba eliminado, en condición de local. Hasta que Figo y Ronaldo pusieron la paridad, dejaron el milagro en la puerta. Y apareció él, Juan Antonio Pizzi, entonces suplente (había entrado sobre el final de la primera etapa).
El atacante, oriundo de Santa Fe, surgido de las divisiones inferiores de Rosario Central, capturó el rebote del arquero Molina y desató la locura, le puso su sello al 5-4 histórico. El periodista Joaquim María Puyal, enfervorizado, improvisó con el relato del principio, sin saber que estaba estampándole al argentino uno de los apodos que lo acompañan hasta hoy.
"Pizzi es un Pizzirrucho". El mediático Ricardo Caruso Lombardi, ofuscado porque fue el santafesino quien lo reemplazó en el banco de San Lorenzo, lo acusó de haberse aprovechado de su mal momento en Boedo para quedarse con su puesto. El impacto de la frase generó que Caruso también le anexara un alias, en este caso, poco agraciado.
Luego, Pizzi se consagraría campeón del torneo de Primera División con el Ciclón, en 2013, lo que le permitió volver a Europa en otro rol, como entrenador, en el Valencia.
"Macanudo" o "Pizzirrucho", "Lagarto" o "Juanchi", otros dos sobrenombres más asociados a su juventud, lo concreto es que Juan Antonio Pizzi será el otro argentino destacado en el partido inaugural de la Copa del Mundo entre Rusia y Arabia Saudita.
Néstor Pitana (acompañado por Juan Pablo Belatti y Hernán Maidana) será el árbitro del encuentro. Y Pizzi comandará al conjunto visitante, con un cuerpo técnico que cuenta con más argentinos, como Rolando Carlen, su asistente y amigo, al punto que fueron juntos al colegio en Santa Fe.
A los 50 años, el director técnico participará de su segunda cita mundialista. La anterior se dio en 1998… con la casaca de España. ¿Cómo es eso? Pizzi tuvo una destacada carrera en la liga ibérica: incluso, en la temporada 1995/1996, con la camiseta del Tenerife, se transformó en el máximo anotador del certamen, con 31 goles en 41 partidos.
Tamaño nivel le valió la transferencia al Barcelona. Como tenía la nacionalidad española, ya venía siendo convocado a la Furia. En 1995, además, le anotó un gol a Argentina en un encuentro amistoso. Y fue parte del plantel de España que disputó el Mundial de Francia.
Otra perla de su relación con Argentina: fue el técnico de la selección de Chile que superó por penales a Messi y compañía en la final de la Copa América Centenario 2016. Luego, como no logró ingresar al Mundial con el elenco trasandino, debió dar un paso al costado. Pero no se quedó sin Copa del Mundo: Arabia Saudita prescindió de Edgardo Bauza y fue Pizzi el que asumió el desafío a fines de 2017.
Así, será uno de los protagonistas del primer partido del Mundial. Integra el Grupo A, con su adversario en el duelo bautismal, Egipto y Uruguay. "Es una gran ilusión poder disputar el partido inaugural. Son pocas las oportunidades de un profesional de vivir este tipo de eventos. Trataremos de hacer nuestro mejor esfuerzo para complacer a nuestros hinchas", declaró en la conferencia de prensa.
Para cerrar el círculo, le dedicó flores al conjunto que dirige Jorge Sampaoli antes del pitazo inicial del Mundial: "Donde juegue Messi siempre va a ser la referencia. El equipo que lo tiene siempre es el principal candidato a ganar". "Macanudo", también al declarar.