Alejandro Sotto Claude, Fernando Guirado, Gerardo Stancheff, Ricardo Osuna y Pablo Manader son cinco argentinos que emprendieron viaje a Rusia para seguir a la Selección Argentina a lo largo de su participación en el Grupo D del Mundial 2018. Pero lo que quiso ser una experiencia inolvidable se convirtió de repente en una odisea: es que al bajar de un tren que habían tomado en Madrid, el primero advirtió que había olvidado su mochila en el transporte que habían tomado. Adentro, claro, había dejado entre otras cosas su pasaporte y las 15 entradas que tenían para cumplir el sueño de ver a Lionel Messi y compañía en la máxima cita…
La palabra milagro tiene dos acepciones destacadas y para definir este caso ambas podrían combinarse y validarse por su factor común. La primera: "suceso extraordinario y maravilloso que no puede explicarse por las leyes regulares de la naturaleza y que se atribuye a la intervención de Dios o de un ser sobrenatural"; la segunda: "suceso extraordinario que provoca admiración o sorpresa". Es que lo que sucedió a continuación fue extraordinario…
Los amigos, todos oriundos de la provincia de Chaco, vieron su sueño desmoronarse al dejar atrás el tren que los había depositado en la estación de Villaverde Bajo, de la ciudad de Madrid. "Íbamos festejando, alegres, hasta que Alejandro se tomó la cabeza y gritó '¡mi mochila!'… Se la había olvidado en el tren junto con las 15 entradas para ver los tres partidos de Argentina en la primera fase", relató Fernando Guirado al Diario Chaco.
"En ese momento parecía como que se nos venía el mundo abajo. Alejandro dejó de hablar porque se largaba a llorar, estaba destruido", añadió.
El sueño se escurría y no había forma de reconstruirlo. Recorrieron toda la estación, requisaron cada una de las oficinas y baúles de objetos perdidos y… nada. Hicieron la denuncia por el equipaje extraviado, subían y bajaban de los trenes que llegaban y… nada. Pasaron horas de lamentos hasta que decidieron emprender el camino hacia la casa de la hermana de uno de ellos, donde se hospedarían en busca de asimilar lo ocurrido y dar el paso hacia el regreso menos deseado al país. No habría experiencia vivida, no habría anécdotas para contar ni sueño cumplido que tachar en la hoja de la vida, hasta que…
Hasta que sonó el teléfono. Eran de la Embajada de Argentina en España y les comunicaban que "una trabajadora del tren español había encontrado la mochila". El nombre de la empleada estatal es Cristina Alonso Yanel y ella fue la primera arquitecta de la reconstrucción del sueño de los argentinos porque advirtió lo que había dentro del bolso, se lo contó a su esposo, un policía municipal de Madrid llamado Jorge Carballo, quien se dirigió a la Embajada para ubicar a sus dueños.
La noticia del hallazgo conmovió a los argentinos, quienes acordaron el encuentro con el agente para la devolución de las pertenencias. Se encontraron en una terminal de la localidad española de Getafe. "Esa mochila, estaba llena de nuestros sacrificios y anhelos de mucho tiempo. Tras unos largos 30 minutos, con algarabía y muchas veces cantando, como si estuviéramos en la tribuna del estadio de San Petersburgo, nos encontramos con todas las entradas", detalló Fernando.
No había palabras que los argentinos pudieran expresar para magnificar el agradecimiento hacia Cristina y Jorge. O, mejor, las hubo y las vertieron hasta el cansancio pero saben ellos que para corresponder ese gesto que les devolvió la esperanza de cumplir el sueño de toda una vida aún no se han inventado las palabras.
"Quedamos re amigos, obvio. No podíamos creer cómo se fueron dando todas las cosas, de estar con el sueño que se nos caía, de repente vino alguien y nos puso en carrera de vuelta", dijo Fernando, a minutos de partir hacia el destino tantas veces pensado: Moscú, donde Argentina debutará el sábado, desde las 10, ante Islandia.
La historia milagrosa merecía ser contada y por eso los amigos escribieron su experiencia en una carta, que fue el puntapié del impacto masivo:
Le contamos una historia que vivimos cinco amigos chaqueños camino al mundial de Rusia. Luego de una larga planificación emprendimos nuestro viaje partiendo desde Asunción hacia Madrid, primer escala europea ante de la lejana Moscú. Al llegar a la capital española, el día 7 de junio, tomamos un tren para alojarnos en el departamento, donde pasaríamos un par de días. Al bajar en la estación de Villaverde Bajo, caminamos alegres y mirando hacia todo los rincones, luego de pasar unos minutos, uno de mis amigos en una esquina, se toma la cabeza y con gran asombro nos dice "¡MI MOCHILA!".
Sorprendidos le preguntamos qué pasó: QUEDO MI MOCHILA EN EL TREN, JUNTO CON TODAS LAS ENTRADAS PARA LOS PARTIDOS DEL MUNDIAL. La desazón y amargura, nos atrapó por completo, en un momento nuestras expectativas, sueños y planificación de muchos años, se nos fueron junto con esa MOCHILA, allí estaban nuestras quince (15) entradas para los tres (3) partidos de ARGENTINA de la primera fase.
Que hacemos entonces. Nos fuimos corriendo a la estación, denunciamos la pérdida, subimos a distintos trenes, buscamos en los objetos perdidos, fuimos a la policía, llamamos por teléfonos, mandamos mails y demás y nada de nada. Alejandro el dueño de la mochila, se llamó al silencio, sus ojos caidos y templanza por el suelo, preguntándose, ¿por qué nos pasaba esta pesadilla? El ánimo de todo el grupo se nos quería caer, pero "las cosas pasan por algo", por experiencias anteriores le dije que esto se iba a solucionar.
Ayer luego de 24 h de angustia, mientras estábamos en la casa de la hermana de un amigo, nos llaman de la Embajada Argentina en España, que una trabajadora del RENFE (tren español) llamada Cristina Alonso Yanel, había encontrado la mochila y se comunicó con su esposo que es policía municipal de Madrid. Nuevamente sentimos que nuestro sueño loco de ver a Leo Messi con la celeste y blanca en un mundial, iba haciéndose realidad.
Nos encontramos con Jorge Carballo, el policía municipal de Madrid (fanático futbolero del Real Madrid), nuestro nuevo amigo y héroe, quien se esforzó con profesionalidad y entusiasmo para que hallemos las entradas mundialistas. Tras fotos, abrazos, y agradecimientos, subimos al mismísimo RENFE con destino a la terminal de GETAFE CENTRO, donde nos esperaba esa mochila, llena de nuestros sacrificios y anhelos de mucho tiempo. Tras unos largos 30 minutos, con algarabía y muchas veces cantando, como si estuviéramos en la tribuna del estadio de San Petersburgo, nos encontramos con TODAS LAS ENTRADAS.
Una pequeña historia y una gran MILAGRO para nosotros, que la llevamos con ojos brillosos y entusiasta a este MUNDIAL, esperando trasmitirle esta suerte a nuestra SELECCIÓN ARGENTINA A LA CUAL QUEREMOS VER CAMPEON. GRACIAS. SALUDOS.
Alejandro Sotto Claude, Gerardo Stancheff, Pablo Manader, Ricardo Osuna y Fernando Guirado
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