El barrio donde creció Lionel Messi se llama "La Bajada", pero también es conocido popularmente como "el barrio donde creció Lionel Messi". En las calles donde hace más de veinte años el mejor jugador del mundo pateaba una pelota desproporcional a su fisonomía, se celebró el primer Encuentro Internacional de Muralismo y Arte Público: expresiones artísticas de 35 interventores del paisaje urbano que transformaron las calles donde comenzó el sueño.
Las caras de Messi están por todas partes. Rodeados de pinturas de niños, de estrellas, de leyendas. Está el celeste y está el blanco, está la diez en la espalda, está la pelota y la postal de su estampa en el marco de un estadio. Está la frase que dice "me interesa más ser buena persona que ser el mejor jugador del mundo". Los murales convulsionaron la estética del barrio, en un homenaje valorado y aplaudido por los vecinos.
En "El campito", una humilde cancha a pocos metros del centro municipal Distrito Sur, Messi pasaba las tardes. En ese radio de quince cuadras de atmósfera apacible, amable y barrial, se desarrolló una movida cultural bajo la consigna "el futuro está en juego". Artistas de todo el país y de toda la región sudamericana desembarcaron en el barrio, hablaron con los vecinos, los convencieron y durante cinco días intervinieron las paredes con un saldo de treinta recuerdos en pintura.
La consigna era libre y abierta: la única condición era no expresar banderas políticas. Pero en vísperas del Mundial y en las calles donde brotó el talento de Messi, la inspiración fue casi homogénea. Yamil, un muralista cordobés, recreó al hijo pródigo del barrio y dijo que "para los que somos futboleros esto es un sueño". Lisandro Urteaga, integrante del Movimiento Internacional de Muralistas, comparó: "Esto antes era una ilusión y hoy es realidad, y le quedará al barrio". Otros artistas prefirieron abordar otros tópicos, más relacionados a preocupaciones sociales, a la memoria, a la igualdad.
El barrio se convirtió en una auténtica galería a cielo abierto, como les gusta decir a los artistas que participaron de la intervención. Lo que ahora es un "tour fotográfico", hasta hace poco eran paredones grises, muchos copados por la rivalidad rosarina de los colores amarillo y azul de Central, y por el rojo y negro de Newell's. "La Bajada", una antigua localidad de ferroviarios, debe su nombre a la desaparecida estación de trenes homónima, que estaba enclavada en la esquina de la avenida Uriburu y Ayacucho, del Ferrocarril de la Compañía General de la Provincia de Buenos Aires.
La iniciativa surgió del Movimiento Internacional de Muralistas "Italo Grassi", un organismo sin fines de lucro, que contó con la cooperación de los vecinos y con el apoyo de la Municipalidad de Rosario y del gobierno provincial. En las calles Ibañez, Ayacucho, Juan Manuel de Rosas, la avenida Uriburu y en la gente que por allí circulaba brilla el recuerdo del Messi niño. Fueron testigos de sus primeros goles y ahora luce inmortalizada en sus paredes la leyenda del astro futbolístico.
Fotos: Alan Monzón
Seguí leyendo:
Sampaoli ya eligió 9 titulares para el debut y en la práctica de hoy probó a dos jugadores