Una de las decepciones más dolorosas de la historia de la Selección fue la que se vivió en Asia. Para el primer Mundial del siglo XXI Argentina llegaba como principal candidato al título. Tras haber arrasado en una eliminatoria casi perfecta (solo se perdió un partido ante Brasil de visitante), el equipo de Bielsa auguraba buenos pronósticos, pero Nigeria, Inglaterra y Suecia torcieron el destino en la primera fase.
"Fue tremendo. Nos sentíamos un equipo poderoso, con jugadores que la rompían en las mejores ligas del mundo. Superamos a nuestros rivales, pero no lo pudimos plasmar en los resultados. Creamos un montón de situaciones, pero cuando no hacés los goles te quedás afuera", recordó Juan Pablo Sorín en diálogo con Infobae.
Una victoria ante los africanos (1-0), una derrota frente a los británicos (1-0) y un empate con los escandinavos (1-1) marcaron la despedida prematura de un combinado que amenazaba con quedarse con la corona. "Fue durísimo. Fue el vestuario más triste que me tocó vivir. Me dejó una cicatriz para toda la vida", continuó el ex capitán albiceleste sin ocultar el daño que le provocó aquella incursión por Corea y Japón: "En esa época pasé una depresión muy grande. Era un momento muy duro de la Argentina y le queríamos dar una alegría a la gente".
Los elevados índices de desempleo, la devaluación del peso y la crisis económica y social en el país fomentaban el malestar colectivo; y un resultado deportivo podría haber significado un manto de satisfacción en medio de la tristeza generalizada.
Consciente de la realidad que atravesaba la Argentina, Sorín se lamentó con dureza del fracaso mundialista. "Pasé un bajón tremendo, quería dejar el fútbol… pero después te das cuenta de que tenés que seguir intentando. Al tiempo tuvimos un amistoso con el que empezó un nuevo proceso y me convencí de estar en otra Copa del Mundo", detalló.
A diferencia de lo que sucedió en 2002, la Selección llegará a Rusia sin la chapa de candidato. La pobre eliminatoria, la inestabilidad institucional y el paso de los tres técnicos (Martino, Bauza y Sampaoli) en el corto plazo motivaron a que surjan las improvisaciones. Como el ex River analizó, "la AFA está en una reconstrucción".
Involucrado con el resto de los representativos nacionales, el ex jugador aseguró que se debe trabajar en todos los órdenes que configuran al fútbol argentino. "Después del momento caótico que se vivió, con la votación por la presidencia en el medio, hay que involucrarse e intentar cambiar lo que pasa con las otras selecciones; como la femenina, la de futsal o la de beachsoccer. Sería ideal que todos los equipos tengan el presupuesto para las competiciones internacionales. Yo me involucré mucho con el fútbol femenino, porque hay que terminar con esa idea machista de que el fútbol es solo para hombres. Lo veo en las escuelas: las chicas juegan con los chicos y cada vez hay más escuelitas para ambos sexos. Es una pasión que no se le puede privar a nadie", deslizó.
Comprometido con una mirada social activa, Juampi también se refirió a la despedida que le hizo Mauricio Macri al plantel, antes de partir rumbo a Barcelona. "Es un saludo diplomático. No creo que haya que mezclar a la política con el fútbol. Todos queremos que le vaya bien a la Selección, incluso el Presidente de la Nación. Ojalá que se pueda coronar un buen torneo", aclaró sin evitar la proyección que le genera el combinado que formó Jorge Sampaoli: "Creo que el equipo puede ir evolucionando en el torneo. Hay otros países como España, Alemania, Brasil o Francia que vienen con estructuras más armadas, pero nuestra ventaja es que tenemos al mejor del mundo, y la base se debe formar a su alrededor, aunque hoy no esté el 11 inicial".
Su pasado en las ediciones del 2002 y 2006 lo avalan para imaginar una especia de fórmula consagratoria para llegar a la cima del planeta: "Hay que tener un mes perfecto y que la suerte acompañe. Todos tienen que estar en su mejor versión y debe instalarse una hermandad en el grupo. Si no se dan esos factores es muy difícil ser campeón del mundo".
Como si se tratara de una broma del destino, el referente de la Selección concluyó su carrera en Brasil, donde nació su hija. Por lo tanto, cada vez que se acerca un Mundial, la pasión trasciende las fronteras. "Tiene doble nacionalidad, pero está claro que hincha por Argentina, en 2014 se vio todos los partidos en los estadios, fue alucinante compartirlo con ella. Fue hermoso, pero también fue duro el llanto de la final con Alemania", concluyó Juampi antes de partir rumbo a Rusia, donde trabajará para una señal televisiva de Estados Unidos y volverá a sentir de cerca el espíritu albiceleste junto a su hija.
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