Los acontecimientos, por su propio peso y repercusión, tal vez nos hicieron perder de vista cuál era el verdadero eje. La Selección Argentina, y cuando digo la Selección Argentina digo los jugadores de la Selección Argentina, están allí, en Rusia, para jugar la Copa Mundial, y para ganar la Copa Mundial.
No están para resolver el conflicto árabe-israelí ni tampoco para disfrutar de una visita diplomática al papa Francisco, que seguramente en otro momento les hubiera gustado. Están allí para intentar ganar una Copa del Mundo que les pesa mucho en la mochila. Y tal vez, esa mochila le pese más que la de los otros candidatos.
Cuando a uno le preguntan quiénes son los candidatos a ganar la Copa del Mundo surgen muy fácil: Alemania, Brasil, España. Ya el cuarto se complica y es allí donde entra la Selección Argentina. Incluso con todos sus problemas.
Ahora bien, la mochila de esa candidatura y la mochila de intentar ganar la Copa del Mundo, ¿pesa más que la de los otros? Que la de Alemania seguro, y es fácil explicarlo. Alemania fue campeona hace 4 años. ¿Qué la de España? Tal vez también, pero ojo, España viene de quedar eliminada en la primera rueda del último Mundial, allí donde Argentina fue finalista. ¿Y Brasil? Brasil viene de perder 7-1 en su propio Mundial: ¿no tiene una mochila pesada también?
Así y todo, hay que decirlo, no es sacarle el peso de encima, es la más grande la mochila que tiene Argentina, porque hace 32 años que no logra el título y porque esta generación lleva jugadas tres finales. Eso debería ser un valor para ellos, pero es un peso.
Lo acaba de reconocer Javier Mascherano. Dijo: "La deuda es con nosotros mismos". Y ojo a la interpretación de esta frase. No está diciendo que no le importa ganar para los hinchas también. Pero la deuda es con ellos mismos y eso es lo que pesa en la mochila de Argentina.
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