El factor más importante de movilización para un deportista – mucho más en la alta competencia- es la motivación.
Todos los sucesos ocurridos en Barcelona que concluyeron con la suspensión del partido en Israel generaron sin querer una motivación que el plantel de la Selección Nacional no tenía o no dejaba ver.
Los jugadores y los dirigentes de la AFA querían ir al Vaticano para recibir la bendición del Santo Padre. Y para ello habían solicitado una Audiencia el 11 de mayo de 2018, que fue oficialmente concedida para el jueves 31 de mayo a las 15.30 en Santa Marta.
El director técnico, agenda en mano, consideró que jugar en Israel e ir a Roma resultaba imposible. Ante tal oposición, el presidente de la AFA instruyó para que se tome contacto con el Vaticano con el fin de posponer la fecha del 31 de Mayo hasta persuadir a Jorge Sampaoli sobre el valor espiritual que significaba ser recibidos por Francisco.
Tras el encuentro contra Haití (29 de mayo de 2018), un verdadero jolgorio sin utilidad para evaluar seriamente, la delegación integrada por 93 personas se aprestaba a abordar un avión Airbus A 340 VIP con la cabina adaptada con todos los asientos cama transformada en algo más que una clase Ejecutiva y apenas un poco menos que la costosísima First Class
Antes de que la comitiva partiera- 30 de mayo- el Director de la Oficina de Prensa y Portavoz de la Santa Sede, Greg Burke, consiguió, no sin esfuerzo y a través de gestiones con allegados a las embajadas de Argentina en Roma y en el Vaticano, el numero telefónico de un funcionario de la AFA para consultar si la delegación asistiría a la Audiencia del 31 de mayo pues la respuesta aun no había llegado.
Es así cómo este brillante periodista norteamericano de 58 años que hoy es Vocero Papal y antes fuera corresponsal de Fox News Channel y mas tarde del Time Magazine en Roma, logró dar con Nicolas Novello, Jefe de Prensa de la AFA. Recién entonces y con una lógica protocolar invertida, el Papa Francisco supo que el jueves 31 no irían los jugadores de la Selección Argentina a saludarlo.
No obstante Greg Burke anunció que la Selección Argentina sería recibida por el Santo Padre pero el domingo 3 de junio en Audiencia Especial (y excepcional) ya que desde AFA le habían pedido el cambio. Seguramente la idea fuera ir y volver el mismo domingo -dí libre para los jugadores – desde Barcelona a Roma en un ida y vuelta aprovechando los servicios del lujoso avión exclusivo que está a disposición de la delegación hasta que finalice su actuación en el Mundial. Este viaje espiritual, de haberse realizado, los devolvería a la concentración seis días antes del amistoso contra Israel que luego resultaría frustrado.
Sin embargo, los jugadores no pudieron cumplir su deseo pues el viaje "perjudicaba" al organigrama previsto. Y aunque no hay información oficial no resulta arriesgado imaginar que una parte de la AFA insistía con ir al Vaticano pero tal poder no alcanzó para convencer la rigidez del plan de trabajo de Sampaoli. No obstante Tapia y los dirigentes no se dieron por vencidos e insistieron con una nueva fecha. El Papa entonces volvió a abrir su agenda para el 6 de Junio ante el pedido de la AFA.
La predisposición de Francisco fue tan inmensa como su corazón. Los esperó el 31 de mayo, el 3 de junio y les abrió la agenda para el 6 de junio. Greg Burke, en consecuencia, lo anunció. Sin embargo, la AFA desistió de la Audiencia que había solicitado en mayo y el vocero Greg Burke con simpatía y comprensión debió rectificarse al anunciar la cancelación y agregar cual párrafo esperanzador: "Los esperaremos con alegría cuando vengan con la Copa del Mundo".
El Vaticano no registra muchos casos de personas, familias, dignatarios, instituciones o congregaciones que hubiesen desistido de ver al Papa luego de habérsele concedido la audiencia. Y menos en tres oportunidades en pocos días. El único caso de este Papado fue el de Nicolás Maduro, presidente de Venezuela, quien no asistió por estar resfriado.
Podemos considerar objetivamente que este fue un papelón de la AFA –otro más-, que dadas las especiales circunstancias de los protagonistas podríamos considerar como una afrenta al Papa.
A la hora en que debía llevarse a cabo el encuentro con Francisco, los jugadores reunidos en un restaurante vecino al hotel Sofia de Barcelona decidieron unilateralmente no viajar para jugar contra Israel.
Las amenazas, los llamados telefónicos de familiares, la multiplicación de mensajes agresivos de todo tipo en las redes sociales, el espectáculo de algunas personas mostrando camisetas ensangrentadas, banderas quemándose más la presión de altos dirigentes de los diferentes clubes europeos donde estos jugadores actúan, resultaron una carga tan abrumadora que decidieron no viajar. Y eligieron el camino del hecho consumado al designar a Gonzalo Higuaín para que hiciera la declaración pública en ESPN antes de sentarse a hablarlo con Claudio Tapia. Lo que evidencia una conducción de la AFA sin autoridad.
Todo el affaire del cancelado partido contra Israel resultó ridículo.
Toda la gestión con el Vaticano resultó una afrenta.
Todo el "plan de trabajo", fue una fábula: fuimos la selección con menor cantidad de entrenamientos-hora y de partidos tests.
Y por contrario siendo la que mayor cantidad de horas libres "disfrutó", incluyendo viajes de jugadores fuera de Barcelona, la ciudad de concentración.
El reemplazo de "Chiquito" Romero fue fáctico, demandó apenas unos minutos; el de Manuel Lanzini requirió más de 24 horas hasta nombrar a Enzo Pérez, lo que podría interpretarse como una clara señal de dudas por parte de Sampaoli y su grupo.
Lucas Biglia y Ever Banega llegaron a Moscú "tocados" y lo estaban al momento de ser designados, lo que incumple con aquella consigna de llevar jugadores en plenitud.
O sea, tenemos una AFA que no cumple con el Papa pero tampoco con los contratos firmados. Se trata en definitiva de dos hechos previsibles. El Vaticano y el Papa eran lo que son cuando pidieron la audiencia e Israel también era lo que es al momento de firmar el contrato y cobrar un importante anticipo.
Luego las cuestiones políticas, sociales y hasta humanas hay que evaluarlas antes de comprometerse. Para ello hay que averiguar, consultar, consensuar. Nadie firma sin saber a lo que se obliga. Y mucho menos si se es presidente de una institución.
En la propia FIFA hay muchos ejemplos. Por algo Israel pidió y logró jugar las Eliminatorias en Europa con equipos de ese Continente y no en Asia con los Medio Oriente. Una manera inteligente de evitar situaciones de riesgo en una región de alta conflictividad.
Pero todo ello hay que evaluarlo antes de firmar. De no ser así habrá consecuencias legales, disciplinarias y económicas que afrontar. Y después de un ridículo de tal magnitud lo aconsejable es no hablar y menos invocar "contribuciones a la paz mundial" como se permitiera hacer un abatido y confundido Claudio Tapia, quien pareciera no estar a la altura que el cargo le impone.
No obstante este lamentable episodio y la triste lesión de Manuel Lanzini lograron azarosamente algo que le estaba faltando a la Selección: unión para generar mística. Los jugadores se unieron por primera vez sin rangos ni edades y aunque se deduzca que la "voces cantantes" -como siempre- fueron las de Messi, Mascherano, Biglia, Di María, Banega, Agüero, Higuaín, Caballero y Guzmán, pudieron escucharse otras opiniones, las de los más jóvenes como Rojo, Meza, Pavón, Lo Celso…, hasta aquí siempre en silencio y subordinados a los "más grandes".
Es así que probablemente ya haya motivos para encontrar contra quien "pelear". En el 86', los "enemigos" del técnico y del equipo fueron un importante sector de la prensa, los dirigentes de la Secretaria de Deporte que querían destituir a Bilardo y una enorme porción de técnicos opinadores En el 90', los adversarios fueron aquellos italianos agresivos, insultantes, enemigos de Maradona, gente del norte que quemó banderas argentinas en pleno Trigoria. Había que "jugar contra ellos", demostrarles quiénes eran los argentinos. Discurso hecho arenga alentado por Carlos Bilardo. Pero tanto en el 86' como en el 90' los caudillos eran Oscar Ruggeri y Diego Maradona…. ¿Tenemos hoy un Ruggeri o un Maradona?..Bilardo sabía a qué jugar y con quién hacerlo. ¿Lo sabe Sampaoli?. Y Julio Grondona era vice presiente de la FIFA, ¿tenemos representatividad en ese nivel? .¿Es lo mismo Tapia que Grondona?
Lo que hay ahora es una evidente fractura: dirigentes por un lado y jugadores por otro. En muy poco tiempo más se agregará un clásico: la prensa. Que nunca lo será en su totalidad, pero tan pronto aparezca algún cuestionamiento se convertirá en musa inspiradora de la motivación. Y en el medio un director técnico que tiene dificultades relacionales con unos y con otros. Peor aún: los jugadores saben que fue él quien más resistencia opuso para ir al Vaticano a ver al Papa. Y los dirigentes a su vez sospechan que alentó no ir a Israel. O sea que el líder, la persona que dirige, organiza, elige y ejerce la responsabilidad histórica de la actuación de la Selección Argentina en el Mundial, ha quedado en un laberinto de difícil salida, no tiene apoyos manifiestos a menos que Argentina juegue siete partidos. De no ser así, aparecerán cuestionamientos devastadores aun de parte de aquellos que lo contrataron y de aquellos otros que lo prohijaron. Y por cierto que no serán solo críticas, pues siempre habrá un duende travieso, estratega y oportuno que hallará antiguas cuestiones rescatadas desde el fondo del mar. Antes de iniciarse el Mundial podríamos decir que Sampaoli solo cuenta con el apoyo de una parte de su grupo de trabajo más cercano.
Los jugadores unidos azarosamente tendrán muchos elementos motivacionales que hasta aquí no aparecían. Algunos de ellos, los más notables, los consagrados, no tendrán más oportunidades; es este Mundial o nunca más. Para los jóvenes Rusia marcará un tiempo imperdible de consolidación.
Sería bueno que se enojen. Y que el enojo sea una expresión de rebeldía. Que jueguen contra los rivales, contra algunas actitudes del cuerpo técnico, contra "la injusta prensa", contra los "dirigentes mediocres" y contra el silencio escéptico de los aficionados que reprimen su ilusión a la espera de un alarido oculto
Caballeros, ustedes están solos. No tienen apoyo institucional ni técnico. La AFA no existe. La gente no espera nada de ustedes o espera lo peor. Los árbitros les jugaran en contra, los asistentes les jugaran en contra, el público les jugara en contra, las autoridades de la FIFA les jugarán en contra, el Mundo estará en contra…
Frente a esto hay que salir unidos, muy enojados como en aquel almuerzo del 6 de Junio en Barcelona y "romperla. Son la Selección Argentina de Fútbol y esta es la ultima oportunidad para que Lionel Messi y otros históricos compañeros alcancen lo único que les falta y merecen: la Copa del Mundo.
Será por la historia, será por nosotros pero fundamentalmente será por ustedes… Sean dignos de nuestra esperanza.
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