Claudio Caniggia fue uno de los protagonistas principales en el Mundial de 1990. Su gol en los octavos de final en Turín frente a Brasil marcó un hecho épico para la Selección. En un partido recordado por los constantes ataques de Careca, Muller y compañía, junto con el bidón a Branco, el Hijo del Viento voló después de una asistencia de Diego Mardaona para sacarse de encima a Taffarel y al rival de toda la vida.
Aquel tanto junto con el que le convirtió a Italia en las semifinales forjaron su figura de ídolo. Además, en 1994 también tuvo una gran producción contra Nigeria y Grecia, pero como el resultado fue adverso en los octavos de final, su recuerdo permanece por la hazaña que gestó junto al Diez y Goycochea.
Por lo tanto, resulta dolorosa para los simpatizantes argentinos la publicidad que protagonizó en el país vecino, donde niega ser el ídolo con pasado albiceleste y se hace pasar por un brasileño.
Algo similar a lo que había hecho Maradona en ediciones anteriores, donde posó con la camiseta del Scratch en lo que fue una supuesta pesadilla. Tanto Caniggia como Pelusa son dos símbolos nacionales en los mundiales, dado que el astro surgido de Argentinos participó en 4 torneos, de los cuales consiguió la gloria en México, y el delantero representó a la Argentina en 3 (1990, 1994 y 2002).
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