La pregunta duró más de un minuto. Enumeró algunos temas que atañen al fútbol y a otras cuestiones coyunturales, relativos al clima social. Durante esos 62 segundos la cara de Jorge Sampaoli se mantuvo impávida. Lo pronunció una periodista que cerró pidiéndole que argumente "sí, no y por qué".
Recopiló situaciones que evidenció el mundo futbolístico en los últimos meses, pero que exceden su campo y se convierten en conductas propias del entramado cultural del país. Entre los puntos que destaca se encuentra el manual educativo de la AFA que sugería técnicas para conquistar mujeres en Rusia, la publicidad que fue levantada del aire repudiada por la embajada rusa y que ironizaba sobre conductas homosexuales, la denuncia por violencia de género que recayó en Ricardo Centurión, la red de pedofilia que penetró las inferiores de los clubes argentinos y el reclamo por falta de recursos de la selección de fútbol femenino.
El textual fue: "En Argentina a partir de 2015 somos noticia en todo mundo por el tema de 'Ni una menos', por visibilizar la violencia machista y levantarse contra eso. En 2018 somos noticia por un manual educativo repartido por la AFA donde se le cuenta a los hombres cómo tienen que hacer para seducir a las rusas, por una publicidad con un mensaje bastante homofóbico, por un jugador convocado entre los 35 para ser parte de la selección y previamente denunciado por violencia de género, por una selección nacional de fútbol femenino que ahora está con escasos recursos y quieren ser escuchadas, y en el medio de todo esto sale a la luz una red de pedofilia donde chicos que quieren llegar un día a la Selección son abusados sexualmente. La pregunta es: ¿cree usted que el fútbol argentino se está quedando atrás respecto a los avances socioculturales que se están dando en Argentina en los últimos años? ¿Sí, no y por qué? Gracias".
Sampaoli respondió rápido. Prefirió no referirse a ninguno de los temas que la periodista vinculó. Se explayó sobre una tendencia sociocultural, de la que él, aseguró, está totalmente en desacuerdo. "Ojalá que en el día de mañana la felicidad o la generosidad que aún nos falta como seres humanos generen mucha tensión en todos esos puntos", afirmó.
La respuesta, literal, fue: "No sé si Argentina está menos protegido en ese sentido. En esta vigilancia tecnológica se denuncian cosas que son difíciles de comprobar y que a veces duelen un montón. Se generan discusiones sobre temas que no son profundamente analizados. Soy una persona que está totalmente en contra de todos esos sucesos. Ojalá que en el día de mañana la felicidad o la generosidad que aún nos falta como seres humanos generen mucha tensión en todos esos puntos. Aunque lo veo difícil, porque humanamente vivimos en una sociedad donde la separación y el individualismo son cada vez más pronunciados. El hecho de denunciar hoy se hace por satisfacción personal. No hay nada que se generalice a partir de la denuncia. Cuando se termina la denuncia, se termina el efecto solamente mediático. La idea más profunda es ver cómo se pueden corregir todos los puntos que usted comentó, como muchos otros más que no se pueden controlar, que siguen vigentes, y que todos miramos para otro lado".
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