Ricardo Caruso Lombardi ya no está al lado de la línea de cal espantando a los fantasmas del descenso. Ya no produce milagros. Hace un tiempo que cambió las arengas motivadoras y los dispositivos tácticos por los medios de comunicación. Su último proyecto se forjó en Los 8 Escalones: Camino al Mundial, el programa de entretenimiento que se emitirá por National Geographic y Fox Sports de lunes a viernes a las 22.
Con la conducción de Sergio Goycochea, el carismático entrenador forma parte de un jurado al que los participantes deben vencer para lograr un boleto a la final de la Copa del Mundo en Rusia. Acostumbrado a los desafíos, el DT reconoció que las preguntas que le hace el ex arquero "son más difíciles que luchar por la permanencia".
Su vida está ligada a los promedios. Es el salvavidas ideal que buscan los dirigentes cuando su equipo se está hundiendo. Por lo tanto, la hipotética comparativa sobre un descenso y una prematura eliminación de Argentina en Rusia aparece como punto de partida para el diálogo que mantiene con Infobae: "Pelear el descenso es lo peor de todo. Transpirás, no podés dormir, te amargás cuando ganan los rivales o cuando juegan antes que vos y te alcanzan… es una locura que es imposible sacártela. Si tenés la desgracia de irte a la B, la gente en la calle te sacude y te tilda de mufa". El antecedente del 2002, cuando la Selección se volvió en primera ronda de Asia avala la teoría de Caruso, dado que Marcelo Bielsa mantiene intacto el respeto que cosechó a lo largo de su carrera a pesar del fracaso.
En 2009 le tocó dirigir al Primer Grande. En aquellos días en los que Racing rezaba para no volver a la segunda categoría, Caruso Lomardi conoció a Gabriel Mercado, uno de los pilares de la defensa actual que programa Jorge Sampaoli para su incursión por Rusia. "Lo puse hasta de 8, porque de 2 no le da el físico. Es muy aguerrido, muy bueno en la pelota parada, marca bastante bien… Se la bancó, porque él no quería jugar en ese puesto, pero aceptó", confiesa antes de realizar un paralelismo con la situación que atraviesa Lautaro Martínez, el delantero académico que cedió terreno en la última gira ante Italia y España: "Mercado cuando empezó a jugar en la Selección demostró que no hace falta estar en Europa 6 años para ser convocado. Eso de que están más rápidos los de allá, es porque no corren. Hay partidos que terminan 6 ó 7 a 0 y parecen partidos de tenis. Se desprestigia mucho a los jugadores de acá que tienen condiciones para jugar el Mundial".
El argumento que había dado Jorge Sampaoli se remitía al ritmo futbolístico para dejar afuera de los 23 al Toro. "¿Tiene ritmo de cumbia? Es una locura. Lautaro Martínez tiene que ir a la Selección. Debe ser otro motivo, como el de Dybala o el de Icardi. Hay muchas influencias", analiza Caruso con el tono sarcástico y vehemente que lo caracteriza.
Su afirmación abre la puerta al juego sobre la lista que armaría si él estuviera con el buzo de AFA dando indicaciones. Una ucronía periodística que el entrenador entendió a la perfección: "Otamendi y Messi tienen que ir seguro. Después llevaría a Marcos Rojo, Mercado, Pavón, Meza y Lautaro Martínez. No me vengan con que no son de allá. A mí no me mueven un pelo los de afuera. Capaz lo sumo a Ascacibar y Kranevitter para que jueguen de 5. Enzo Pérez tiene que estar, Tagliafico también, Acuña… pero no es tan fácil, porque de todos los jugadores que nombran a mí no me gusta ninguno".
Los nombres de Icardi, Lautaro Martínez, Messi y Dybala hacen dudar al técnico sobre los delanteros instalados por Sampaoli. "A Higuaín lo llevo, pero con Agüero tengo mis dudas. Igual que con Di María. En el arco lo llevo a Armani y otros dos arqueros que tendría que buscar. A Caballero lo nombran ahora porque atajó el otro día con Italia y España, pero nadie lo conocía antes. A Guzmán nunca lo ven atajar y Romero tampoco está atajando. Yo no me caso con ningún arquero. Siempre busco a los que mejor están, si Pablo Pérez está bien, adentro Pablo Pérez. Si Pussetto de Huracán está bien, adentro Pussetto".
Otra de las figuras del ámbito local que tendría en cuenta Caruso Lombardi es el Pity Martínez, porque "está en un momento brillante". Además, su insistencia por los futbolistas que se desempeñan en la Superliga se ampara en dos casos puntuales: "Cuando empezaron a pedir por Acuña llevaba 4 meses afuera y Meza, que nunca había jugado en la Selección, fue el mejor contra España. Hay jugadores de acá que están muy bien ¿Me van a decir que le falta roce para jugar contra Islandia? No jodamos, yo sé que son buenos equipos, pero ¿Croacia? De Nigeria van a decir que son negros y corren rápido, pero ¿se creen que es fácil jugar contra Centurión, Pavón y Meza?".
A pesar de las diferencias ideológicas que mantiene con Sampaoli, su optimismo le permite soñar con una nueva final porque "con Messi hay una ventaja enorme", aunque "hay que llevarlo con los jugadores que estén bien". "Él tiene ese problema: se rodea de muchachos que están para comer un asado y no para jugar un Mundial. Rojo tiene una lesión, Funes Mori tiene otra, Agüero sufrió una operación, a Biglia lo van a operar… No se puede ir con ellos. Hoy Donatti está mejor, Martínez, el de Rosario Central también… me aburro de encontrar jugadores, nunca dije nada porque es el técnico el que los tiene que buscar", argumenta.
Sin intenciones de entrar en alguna polémica, Richard es consciente de la existencia del Club de Amigos de Leo. La mesa chica que rodea a la Pulga "le hace daño a él". "Como tipos serán bárbaros, pero yo necesito que jueguen bien. Que concentren 40 si hace falta; con algunos que se vaya a tomar un café y con otros que juegue el Mundial. Yo tengo un montón de amigos, pero ninguno puede jugar al fútbol", concluye el hombre que días atrás se había disfrazado de profesor para dar su 11 ideal.
Armani, Mercado, Garay, Otamendi, Kannemann, Marcone, Enzo Pérez, Meza, Acuña, Messi y Lautaro Martínez serían sus titulares. Mauricio Martínez, Donatti, Pussetto, Tagliafico, Rojo, Ascacibar, Kranevitter, Pity Martínez, Centurión, Pavón, y 2 arqueros más conformarían la nómina para viajar a Rusia. Un ejército del fútbol doméstico dispuesto a detonar la madre de todas las bombas. Un proyectil del que se espera que no salga humo.
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