Un nuevo vistazo a los entretelones de la magia de Lionel Messi. Los detalles los ofrece el libro Generación Lio, editado por la editorial Al Arco y escrito por Héctor Laurada y Julio Martínez. La obra repasa, con testimonios de los protagonistas y flashes de intimidad, el camino del grupo de jugadores de Selección que en Rusia va por su tercer Mundial y que rodeó y acompañó a Lionel Messi con la celeste y blanca.
Una radiografía de la camada que terminó de imponerse en la Selección sobre todo a partir de los Juegos Olímpicos de Beijing 2008, que llegó a tres finales (Mundial 2014 y Copas América 2015 y 2016; auqnue la obra retrocede hasta Venezuela 2007) y que recibió el mote despectivo de "club de amigos", pero con la luz de Messi siempre guiando, sembrando esperanza.
El "pastito", como la espinaca de Popeye
En el libro, Alfio Basile cuenta una costumbre poco conocida del astro rosarino, que Coco detectó en la época en la que lo dirigía.
"Al principio, yo le decía a Messi que se parara detrás del 5 rival y, cuando tuviese la pelota en ese sector del campo, encarara todos los tiros mano a mano al marcador central de ellos, porque con su habilidad se lo limpiaba y enseguida quedaba frente al arquero. Pero no había caso. Al ratito de indicarle eso, lo veías parado en la punta, como wing derecho, mascando un pastito. Porque viste que él masca pasto que va arrancando de la cancha en medio de los partidos", describió el rito de Lionel en aquellos primeros años de Selección.
El "sexto sentido" cuando hace jueguitos
El autor de la anécdota es el preparador físico Fernando Signorini, quien coincidió con Messi en la Selección durante la etapa de Diego Maradona como entrenador. Maravillado con las condiciones naturales de la Pulga, hizo una prueba mediante la cual constató que posee un "sexto sentido", al menos cuando hace jueguitos.
"Él iba haciendo jueguitos sin que se le cayera la pelota, desde una punta a la otra de la cancha. Así que me fui acercando por detrás, sin que me escuchara ni percibiera mi presencia, para sacarle la pelota con un solo movimiento. Tomé impulso y, viéndolo tan absorto con la pelota, levanté la pierna derecha a 30 centímetros suyos para punteársela, pero en el instante final de mi movimiento él hizo 'tac' y evitó que se la sacara", comentó, sorprendido, el hombre que preparó a Maradona en la previa de tres Mundiales.
"Lo más gracioso es que siguió avanzando como si nada, mientras yo me hacía el gil y me iba para otro lado mirando el piso. Ahí pude comprobar que Messi tiene la misma sobrenaturalidad que Maradona", cerró su historia.
El truco para patear los tiros libres
La confidencia de Messi a un grupo de periodistas llegó, según publica Generación Lío, tras el impactante gol de tiro libre a Estados Unidos en la semifinal de la Copa América 2016. Allí se animó, como los magos ante sus discípulos, a regalarles un pequeño secreto.
"¿Vieron lo que pasó en el tiro libre, observaron lo que hice? Es lo que hago siempre antes de un tiro libre. Como soy petiso, nunca puedo ver dónde se para el arquero si miro por encima de la barrera. Entonces, lo que hago es agacharme, fingir que me estoy atando los cordones de los botines y, mientras, voy pispeando dónde se ubica el arquero", reveló.
La citada semifinal entre Argentina y Estados Unidos
Y luego amplió los entretelones de la treta: "Yo tengo las manos sobre los cordones como si me los estuviera atando, pero nunca los miro, porque la vista la tengo puesta en la barrera, ya que lo que trato de observar es el arco ente las piernas de los jugadores que la forman. Una vez que noto que el arquero no se va a mover más, ahí decido adónde le voy a pegar".
PRÓLOGO DE JORGE SAMPAOLI
La publicación cuenta con prólogo del director técnico de la Selección. Allí, baña en elogios a la cara de la Generación Lío y hace un análisis sobre los hombres a los que conducirá en Rusia.
"Los viernes, en blanco y negro, poníamos la televisión en mi casa sólo para ver a River: lo hacíamos para sentir a Norberto Alonso. No era una simple admiración: era una convicción familiar. Porque siempre la magia de los número 10 era la que se ganaba un respeto. Porque la creatividad estaba y está por encima de la estructura. Esa gente es imborrable".
"Si yo fuera chico de nuevo, recordaría cada gol y cada jugada de Messi. No tengo dudas. La historia real del fútbol argentino hace que cada movimiento suyo quede en la memoria de cada uno que ama este hermoso juego. No hay retina adicta a este deporte que no pueda captarlo".
"La memoria en el fútbol es compleja. Siento que la creación y el talento tienen mejores recuerdos que el funcionamiento de un equipo. Que uno va a la cancha para ver un caño o un gol distinto. Que Alonso, de a ratos, quedaba por encima de River. Que Maradona, con su mano y con sus gambetas, y con su tobillo hinchado, era más adorado que la Selección. Los hinchas, más allá de ver conjuntos, quieren ver pinceladas que emocionen".
El recuerdo individualiza. Esta Generación Lío está compuesta por un grupo de jugadores que, sobre todo, tienen el mérito de haber jerarquizado nuestro país a nivel mundial. En la última década, más de uno ha poblado el ranking de los top 5. Las mejores ligas del mundo han celebrado los logros individuales de estos chicos. Son ídolos donde sea. el recuerdo colectivo va a tener que competir con esta realidad social del exitismo. En esta historia, el azar hizo que este equipo todavía no haya sido reconocido. Lo merecido no lo obtuvieron. Ganar depende de demasiados factores. Muchos que ni siquiera dependen de este grupo. Sí serán elogiados individualmente. Y lo más probable es que, aunque no esté de acuerdo con esta percepción, necesiten ganar un título para ser reconocidos.
Pero puedo decir que percibí una victoria que merece recuerdos. Lo sentí antes de asumir como entrenador del seleccionado. Lo reafirmé en este poco tiempo en que estuve al frente de este equipo. Hay aquí algo admirable que es la sensación de estos hombres por vestir la camiseta de Argentina. La sed de revancha. De ahí, el exitismo. De ahí, la razón y el motor y la emoción de la victoria que queremos trazar".
SEGUÍ LEYENDO: