Miguel Ángel pintó La Creación de Adán alrededor de 1511; tardó entre tres y cuatro años en finalizarla: su fresco habita en el techo de la Capilla Sixtina y es una de las obras más admiradas del mundo. Basada en el libro del Génesis de la Biblia, que indica que Dios creó al hombre a su imagen y semejanza, con el brazo derecho estirado, el Creador le transmite con su dedo a Adán la chispa de la vida.
Siguiendo estrictamente los lineamientos bíblicos, a imagen y semejanza de La Creación de Adán, el club Sportivo Pereyra de Barracas tiene su Capilla Sixtina… del fútbol.
Porque en la imagen, de 500 metros cuadrados, que engalana el techo de la cancha principal, Dios es Diego Maradona, Adán, Lionel Messi. Y Claudio Caniggia, Juan Román Riquelme, Ariel Ortega, Ricardo Bochini, Mario Kempes, Sergio Agüero y Gabriel Batistuta son los querubines. Una hermosa locura que se hizo viral por un video filmado el último fin de semana que fue compartido en redes sociales, y que hizo que el nombre del club diera la vuelta al mundo y llegara a medios internacionales como Marca y Mundo Deportivo.
"El templo de nuestro club es la cancha. Y la idea es que cada chico que levante la vista le pueda pedir lo que quiera a los dioses del fútbol", explica el concepto Sebastián García, la mente detrás de la iniciativa y quien aportó los fondos para llevarla a cabo.
Porque en Sportivo Pereyra, el club de donde surgieron, por ejemplo, los consagrados Mauro Boselli y Juan Manuel Iturbe, todo es a pulmón. Porque la institución, ubicada en Alvarado 2785, en el barrio de Barracas, por ejemplo, no les cobra ningún tipo de arancel a los más de 100 niños que juegan al fútbol en las distintas categorías. Y los técnicos tampoco perciben un sueldo, "ponen a disposición de los chicos su sapiencia, tiempo y cariño durante cinco días a la semana", resalta García, hoy vicepresidente y, en el período anterior, titular del club.
Hace cinco años, "con un grupo de padres nos propusimos recuperar al club desde la infraestructura. Hoy hay 450 personas haciendo actividades", dice García, con orgullo. Y la "Capilla Sixtina" fue una de las ideas para que el barrio volviera a acercarse a Sportivo Pereyra. "No es una pintura: es una lona de 500 artística, me ayudó un diseñador amigo. Tiene 500 metros cuadrados, imaginate que un cartel de la Lugones tiene 60 y uno de la Panamericana, 150", busca ejemplos para darle la dimensión exacta a la obra.
La elección de los dioses, claro, fue motivo de debate. "Con los dos más grandes no hubo problema, son indiscutidos en el país y en el mundo. Después alguno pidió, por ejemplo, a Daniel Passarella, pero son jugadores con los que los chicos se sienten identificados. Yo siempre digo que Sportivo Pereyra es el mejor club de barrio del mundo y el más hincha de la Selección", amplía García.
Ricardo Conejo Elsegood es uno de los profes que guían a los chicos del Sportivo. Lleva casi 30 años de vocación. "Empezamos hace mucho tiempo con el objetivo de recuperar a los chicos de la calle. Nos enganchamos, nos fuimos perfeccionando… Y el club es nuestro hogar, porque nadie cobra, acá cada uno tiene su trabajo", subraya en cada idea.
"Acá en el club están todas las clases sociales. 'Somos únicos', como dice uno de los carteles que tenemos en la cancha", recalca Elsegood. "Y estamos orgullosos de ser argentinos. En 2016, cuando renunció Messi a la Selección, hicimos un video, y todos los chicos se pintaron una remera con el mensaje que le querían dar a Leo", cuenta una de las iniciativas.
Messi, Maradona y el resto de las deidades futboleras observan a las futuras promesas desde el techo. "Los padres de los otros clubes vienen, les sacan fotos y se les caen las medias", apunta Conejo. "Para el Mundial vamos a poner pantalla gigante. Con los monstruos que tenemos acá arriba, hay que venir a rezar acá", firma el vicepresidente.
¿Y qué pensarán los astros de sus clones en versión divinidad? "Calculo que ya se habrán enterado después de que saliera en todos los medios. El otro día me crucé a Caniggia por la calle y le mostré la foto. Me dijo: 'Ustedes están locos'", se divierte Sebastián García. Quién sabe, tal vez a Miguel Ángel también le dijeron lo mismo allá por el siglo XVI…
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