Hace dos años, el destino de Jorge Sampaoli parecía ser otro. Mientras visitaba con asombro y satisfacción las instalaciones de Casa Amarilla, su anfitrión el presidente Daniel Angelici se ufanaba legítimamente de todas las herramientas y confortabilidad que Boca podía ofrecer a su nuevo técnico.
Estaba claro que bajo el imperio de su éxito con la Selección de Chile, su estilo de trabajo, su impulso y ambición, dirigir a Boca era para Sampaoli llegar de la mejor manera al fútbol argentino, uno de sus mas valorados objetivos.
No pudo ser. Alguien con mas poder en Boca que Angelici, prefirió a los mellizos Guillermo y Gustavo Barros Schelotto. Fue entonces que el camino de Sampaoli se redireccionó a un "club amigo de Boca", el Sevilla.
Luego creyendo que la "vida terminaba", Jorge Sampaoli se declaró públicamente hincha de River sin prever todo el camino que aún quedaba y queda por recorrer.
Por sus convicciones, su metodología de trabajo, su "calificado y numeroso staff" de colaboradores, sus desvelos, su prestación laboral full time y hasta su experiencia internacional –Eliminatorias, Mundial de Brasil 2014 y Copa América 2015– la AFA lo contrató para el final de la clasificación y el Mundial de Rusia 2018. Fue parte de un "paquete" de acuerdos políticos entre el Estado y la AFA que incluyó la reformulación del Estatuto, la aceptación de Tapia como presidente, el advenimiento de la Superliga, la conformación de los demás cuerpos vertebrales, el final del "Futbol para Todos" y la renegociación de los derechos de televisión. Además, la tercera erogación mensual por honorarios a directores técnicos prescindidos toda vez que los "teams" Martino y Bauza aun perciben sus acuerdos de salida en cuotas.
El flamante presidente Claudio Tapia (a comienzos de Abril de 2017) aceptó la sugerencia de Angelici sin participación de ningún otro dirigente de la AFA y Jorge Sampaoli –por quien hubo que negociar "Clausula de Rescisión de Contrato" ante el Sevilla- con la silenciosa aprobación de Lionel Messi y el resto del plantel se instaló al frente de la Selección Argentina. Hecho que quedó consolidado recién el 10 de octubre de 2017 tras el triunfo frente a Ecuador con 3 goles de Messi (3-1). Tal victoria no solo significó clasificarnos para ir a Rusia, también le sirvió a Sampaoli para continuar pues de no haber sido así, el propio Daniel Angelici habría de despedirlo en el vestuario del estadio Atahualpa de Quito. Este hecho explica el apretado abrazo post partido de Messi con Tapia al tiempo que pareció esquivar el saludo con el presidente de Boca y vice primero de la AFA, Angelici.
Antes de la derrota frente a España por 1-6, la empatía entre Claudio Tapia y Jorge Sampaoli se tornó incondicional. Debiéramos considerar que el presidente de la AFA ha sentido desde siempre una especial debilidad por "pertenecer al grupo selección nacional". En tiempos de Julio Grondona logró incorporarse a Ezeiza y desde el 2012, en diferentes situaciones, siempre disfrutó de estar cerca de las estrellas.
Lo hizo en tiempos normales antes del Mundial de Brasil, en tiempos políticamente difíciles bajo la presidencia de Luis Segura y también durante la caótica intervención de la AFA. Su rol en los Estados Unidos –Copa América del Centenario 2015- al lado de los jugadores, participando en las ruedas de mate, las tertulias, sacándose selfies, acumulando camisetas y hasta yendo a buscarlos al aeropuerto para portales la valijita de mano siempre fue muy reconocido como un gesto de amistad, de pertenencia al grupo. Tanto es así que en Miami contrató un segundo avión distinto al programado y abonado anticipadamente para que los jugadores llegaran 24 horas antes a Ezeiza en contra de lo previsto por el cuerpo técnico de Martino.
Claudio Tapia, quien hoy sigue haciendo casi lo mismo, es un presidente de la AFA pro jugadores, especialmente cercano a Messi y por lo tanto habrá de desvivirse por hacer cuanto éste fundamental actor le pidiere. La relación de empatía se ha acentuado aunque ahora ejerza la titularidad de la AFA y ya no sea el entusiasta dirigente de Barracas Central que le pedía a Julio Grondona "estar con los muchachos y ligar algún viajecito…"
Es así como Jorge Sampaoli pudiere vivir en un estado de confusión. Lo llevó Angelici, lo respaldó Tapia cuando Angelici a la luz de los resultados –previos a Ecuador- había descomprimido su apoyo, lo citó el presidente Macri a la Casa Rosada para una charla de fútbol de cara al Mundial con las recomendaciones que ningún futbolero dejaría de expresarle además de recomendarle la importancia que tendrá diplomáticamente la Casa Argentina en Moscú y la necesaria presencia de sus jugadores de forma alternada.
Pero éstos a su vez le cuestionan a su más cercano colaborador Sebastián Beccacece, le nominan a Pablito Aimar como principal ayudante de campo, lo presionan para el armado de la lista con la inclusión de los históricos y viaja a Inglaterra y España en un avión con otras 105 personas invitadas por la AFA. Sampaoli aceptó todo esto, sus convicciones quedaron en la puerta de Ezeiza. Se jugará tácticamente como quieren los jugadores paradigmáticos y no como frente a España.
No obstante las criticas en general serán un buen elemento motivacional. Asi resultó en México 86′. Más no debemos olvidar que aquel equipo tenía un ídolo indiscutible – Diego Maradona-, un caudillo –Oscar Ruggeri, a falta del hospitalizado Daniel Passarella– y muchos jugadores de enorme personalidad como Jorge Valdano y Jorge Burruchaga, por citar solo dos ejemplos de manera arbitraria.
Pero sobre ellos había un director técnico con conceptos claros sobre cómo jugar y con quiénes hacerlo. Carlos Bilardo cuando vio el desastre que resultaba la gira previa con derrotas como la de Francia por 2-0 sin Platini y Noruega 1-0 le pidió a Julio Grondona que cancelara los cinco partidos pendientes. Regresaron a Buenos Aires y se encontraron con un clima destituyente. El entonces Secretario de Deportes Rodolfo "Michingo" O' Reilly acompañado por las criticas de la prensa en general y creyendo estar frente a la Apocalipsis inició un movimiento para lograr la renuncia de Bilardo, la convocatoria de un nuevo técnico –¿Carlos Griguol?- y la inclusión de nuevos jugadores.
La AFA sostuvo a su técnico Bilardo anticipando la salida hacia México con varios encuentros amistosos siendo Israel el primero de ellos. Argentina le ganó por 7-2 en Ramat Gan con tres goles de Diego Maradona. Después vinieron encuentros contra clubes en Colombia donde los líderes del grupo Daniel Passarella y Diego Maradona con aliados de ambas partes terminaron arreglando todo a las piñas en la habitación del hotel Dan. Después y sin más cuentas pendientes se fueron a México. Fue desde entonces que Bilardo siempre pidió jugar el partido previo a un Mundial en Israel. Cosa que volverá a ocurrir el próximo 9 de Junio en Tel Aviv.
Aquella crisis terminó con el mayor éxito de una selección nacional, la Copa del Mundo. Entonces había un técnico que sabía lo que quería obviando las criticas, un plantel unido y hambriento y una dirigencia que los respaldaba impidiendo injerencias externas mediáticas o políticas. Aun cuando estas provinieran de una segunda línea, pues el Presidente Raúl Alfonsin jamás participó de ninguna tertulia y un domingo en la Quinta de Olivos al enterarse de ciertos corrillos recomendó a los funcionarios del área de Deporte de la Nación que prescindieran de opinar o participar sobre esta cuestión, cosa que al autor de ésta nota le consta.
Grondona no se sacaba fotos con los jugadores, no coleccionaba camisetas, no hacia visitas amigables a la casa de ningún jugador; antes bien participaba de la cena previa a cada partido y se instalaba en algún rincón del vestuario hasta el momento de salir al campo de juego. No siendo aun nadie en la FIFA sabia cumplir su rol de presidente de la AFA. Daba facultades, requería información, respaldaba y ponía límites. Fuimos campeones del mundo..
Todos sabemos, y más aun los jugadores, que Sampaoli planteó muy mal el partido frente a España. El campo de juego del Wanda tiene 7.000 metros cuadrados de superficie y España utilizó a lo largo de los insufribles 90 minutos sólo 1.000 de esos 7.000 metros cuadrados. Nuestro equipo se subordinó a tal propuesta y aceptó jugar como quería España: presión arriba, líneas en bloque cercanas, toques cortos, llegadas en desproporción numérica favorable, siempre dos de promedio de ellos sobre uno nuestro a enorme velocidad y precisión. Podría decirse que España jugó a una cosa diferente de aquello que nosotros jugamos y entendemos como fútbol.
Tener un solo punta (Higuaín en estado de desacierto), tres volantes que no recuperan el balón (Mascherano, Biglia, Banega) y defensores que salen precipitadamente dejando enormes espacios entre sí y a sus espaldas, terminó resultándole fatal a la selección argentina que recibió un gol de saque de arco, casi un hecho insólito aun en "Fútbol 5", en un country o en algún potrero… Es éste, el español un seleccionado que hace diez años juega a lo mismo pero con diferentes jugadores, siendo los últimos –Isco, Asensio, Thiago Alcántara o Iago Aspas- más veloces y precisos que sus predecesores.
Es por ello que se acrecientan las dudas sobre la confusión de Jorge Sampaoli quien tras cuatro viajes a Europa para ver y hablar con diferentes jugadores y tras 56 convocatorias hubiere elegido este partido con tres goles abajo para hacer ingresar a Lautaro Martínez o Cristian Pavón. Ni hablar del chico Fabricio Bustos quien siempre quedó en desventaja contra Isco, Asensio y Thiago Alcántara.
En caso de clasificar, los España o Francia estarían en la lista de potenciales rivales según vayamos pasando rondas pues los Brasil o Alemania más temprano que tarde habrán de cruzarse en nuestro camino hacia el esperado "séptimo partido". Ganar la ronda será muy importante ya que la llave cambiaría sustancialmente la categoría de los rivales.
Jorge Sampaoli necesitará mas respaldo que nunca para llegar de la mejor manera que es la "manera posible" a este Mundial tan difícil como controversial desde el punto de vista deportivo y político, pues se le asigna a la actuación argentina cuestiones ajenas al juego y sus resultados.
Ya nada es sensatamente modificable. Un jugador por otro en la lista definitiva no cambiará la ecuación. El tema no estará en los 23 que nos representen si no en el respaldo que la AFA pudiera ofrecerles. Está claro que Claudio Tapia será un incondicional apoyo. La cuestión es el cómo se apoya. ¿Se apoya diciendo a todo que si?; ¿Se apoya diciendo a todo que no? ¿Cuáles serán las voces a escuchar? ¿Debiera haber y participar tanta gente? ¿Cuáles serán los porcentajes de incidencia de Sampaoli y de Messi? ¿Es uno de ellos poseedor de mayor cantidad de "acciones respecto del otro"?
Ya ha dicho Sampaoli que "terminará siendo más el equipo de Messi que mío". ¿Seguirá pensando lo mismo? Si así fuera, "estamos perdidos…". La magnitud de Messi puede optimizar cualquier rendimiento de un equipo pero las hazañas nunca llegan a siete. (Menos mal que la AFA logró a tiempo convertirlo en jugador de nuestra selección, ¿cómo sería ésta España con Messi?).
Hoy una visión objetiva e indeseada nos muestra que el director técnico no ha podido imponer su liderazgo. No le ha demostrado a sus jugadores un conocimiento indiscutible. No le creen. No confían en él. No han habido hasta aquí actitudes claras sobre el cumplimiento de los roles. Y en cuando esto ocurre un acontecimiento como el Mundial de fútbol se torna angustioso.
La Selección después del Mundial requerirá de un ciclo desde el "punto cero". El "punto cero" es que no habrá ningún jugador convocado por sucesión. Tampoco asistente, ni dirigente, ni allegado, ni amigo, ni empleado, ni metodología, ni costumbre con derecho a continuidad. Habrá que escribir un Manual de Obligaciones para los jugadores desde que ingresan al Sub 15 y un Protocolo de Relación con la Prensa.
Además buscar acciones que pongan más cerca a los jugadores de la gente sin los sofisticados blindajes de seguridad que poco aportan a la terrenalidad tangible. A los jugadores de la Selección la gente nos los ve, no los toca, no los disfruta en su condición de ídolos. Se tratará de una refundación. De algo que "nunca existió" y que comenzará a tomar vida a partir de quien resulte el nuevo líder y conductor. La AFA debería ir pensando que ésta manera de gestionar va anclada a los resultados deportivos y no a sus logros como institución. Tales resultados serán obtenidos por una generación que no jugará –en la inmensa mayoría de los casos- el próximo Mundial de Qatar en el 2022.
La mejor manera de vivir Rusia 18′ será no crearse falsas expectativas. El Mundial será el más difícil de la historia y nuestro equipo convertirá en mérito la primera ronda, los octavos de final y los cuartos. De allí en adelante todo cuanto se avance habrá que considerarlo una hazaña.
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