En la conferencia de prensa previa al esperanzador 2-0 ante Italia, Jorge Sampaoli, dijo: "Leo está en un momento de su etapa de madurez, más allá de ser lo que todos conocen. Hoy está en un momento de mucha responsabilidad de lo que él puede otorgarle al resto. En estos entrenamientos que tuvimos, más allá de que vino con una fatiga, entrenó y lo hizo realmente de manera increíble, potenció a todos. Entonces yo digo que si él está bien va a terminar siendo el equipo de él. El reflejo del equipo de Argentina hoy es que el mejor del mundo logre transmitir y darle seguridad al resto para ir por el camino que tenga que ir. Indudablemente que es mucho más el equipo de él que el mío, relacionado a lo que se mueve dentro del campo. Un equipo relacionado a todo lo que haga el mejor de todos en cada situación y que origine a través de eso seguridades al entorno para potenciarlos. En ese camino, en esa etapa de madurez que tiene, y de grandeza, nos está ayudando mucho".
¿Cuál resultaría a 80 días del Mundial la interpretación más objetiva y cabal de esta sincera declaración de Jorge Sampaoli? Veamos…
Carlos Bilardo al asumir en 1982 la dirección técnica para el Mundial del 86′ expresó públicamente: "Voy a formar un equipo que rodee y acompañe a Maradona…". O sea le daba al mejor jugador del Mundo el rol de paradigma. Y para tal símbolo habría de elegir a los mejores de cada puesto.
Para llegar a la final en el Azteca contra Alemania (3-2) tras cuatro años de inclaudicable y obsesivo trabajo, Bilardo negoció con Diego algunas convocatorias como las de Borghi o Bochini y desestimó la inclusión del más temible delantero del momento, Ramón Díaz pues Diego estaba enojado con el "Pelado".
En cambio lo que nunca negoció Carlos Bilardo fue la formación de cada equipo y su diseño táctico-estratégico. Jugaron los que él había elegido y como él les indicaba.
Cesar Luis Menotti no tenía ídolos ecuménicos en su plantel. Nadie discutía el caudillismo de Daniel Passarella en River o la importancia de Osvaldo Ardiles en Huracán pero ellos y otros ídolos de clubes no eran llamados a opinar sobre la selección nacional. Más aún, uno de los pocos internacionales era Mario Alberto Kempes quien jugaba en el Valencia desde 1976 vendido por Rosario Central. En ese nuevo y saludable orden que resignificó a la selección nacional con los argentinos, el "Flaco" Menotti asumió el liderazgo por encima de cualquiera de sus convocados y contó siempre con el aporte de Passarella como referente consultivo. Ningún jugador del 78′ participó de las decisiones asumidas por el director técnico.
La inclusión de Ubaldo Matildo Fillol quien había sido desestimado por Menotti por preferir jugar la Copa Libertadores con River surgió de un encuentro producido en la redacción de El Gráfico el domingo previo a la entrega de la lista oficial a la FIFA. La revista los juntó, les hizo las fotos del caso, orientó al dialogo conciliador y el "Pato" Fillol fue incluido como no podía ser de otra manera pues era claramente el mejor arquero del fútbol argentino y uno de los cinco mejores del Mundo. De tal manera Hector Baley -quien era el titular- y Ricardo La Volpe pasaron a ser los arqueros dos y tres de la selección nacional. El caso de Hugo Orlando Gatti fue distinto pues a instancias de su técnico en Boca Juniors, Juan Carlos Lorenzo, había desistido de ir a la Selección dos años antes cuando Boca jugó y ganó la Libertadores y la Intercontinental.
Para Menotti estas actitudes fueron determinantes. Y registra varios casos de jugadores notables que por haber preferido jugar copas en sus clubes quedaron fuera de la convocatoria final. Es que por entonces la Selección entrenaba de martes a jueves en la Fundación Salvatore de José C. Paz y eran devueltos a sus clubes los viernes. Fue así que tanto Angel Labruna en River como Juan Carlos Lorenzo en Boca ponían a sus cracks en la difícil disyuntiva de elegir: ¿club o seleccionado?. Tal el mencionado caso de Hugo Orlando Gatti al que podrían agregarse como de enorme repercusión de la época los de J.J.Lopez y "Beto" Alonso aunque hubo por éste una gestión oficial del Contralmirante Carlos Lacoste –presidente del Ente Autárquico Mundial 78′- a la que Menotti "no pudo negarse". Si tal presión no hubiese existido nos preguntamos desde hace 40 años, ¿Diego Maradona hubiera jugado ese Mundial con 17 años? En su puesto los convocados fueron Omar Larrosa, Ricardo Julio Villa, Jose Daniel Valencia y Alonso…
El triunfo frente a Italia (2-0) sin Messi en el campo deja pautas positivas sobre el funcionamiento de la selección nacional. Se mostró como un equipo que por vez primera sabía a qué quería jugar. Podría decirse que perfiló un estilo, el que pretende imponer Jorge Sampaoli: extrema presión, intensidad, cambio de marcha en el contragolpe y verticalidad en el ataque.
Por cierto que los partidos amistosos muestran comportamientos diversos para los equipos europeos respecto de los sudamericanos. España y Alemania se probaron a fondo un tiempo y dejaron el 1-1 como un hecho menos importante que el valor del test. En cambio Peru le jugó a Croacia (2-0) igual que Colombia a Francia (3-2) como si se tratara de partidos del Mundial. En el mismo sentido Italia resultó una buena prueba satisfactoriamente consumada. Tal vez Sampaoli sumará más valiosos elementos el próximo martes después de jugar el amistoso frente a España. Sobre todo en los 45 minutos iniciales, antes de los cambios.
Aquellas declaraciones del director técnico previas al partido frente a Italia permiten cuanto menos dos interpretaciones objetivas:
A) Un mimo para Messi, el mejor del Mundo… "que está en un momento de mucha responsabilidad de lo que él puede otorgarle al resto(…)pues a pesar de venir con una fatiga entrenó y lo hizo de una manera increíble, potenció a todos…"
B) Le derivo la responsabilidad de cómo nos vaya : "…Entonces yo digo que si él está bien va a terminar siendo el equipo de él… Indudablemente que es mucho mas el equipo de él que el mío…".
Esta ultima frase de Sampaoli confunde. ¿Qué nos quiere decir cuando afirma que el equipo es más de Messi que de él ? Siempre creímos que él dirigía -sin méritos visibles- un equipo donde jugaba Messi, el mejor del Mundo… Y que tal bendición sería inteligentemente armonizada.
A menos que tras nueve meses como entrenador de la selección argentina, después de realizar cuatro viajes a Europa para ver, hablar y evaluar a diferentes actores (agosto y septiembre 2017, enero y marzo 2018) y convocar a 56 jugadores Sampaoli haya llegado a la conclusión que la Selección no es otra cosa que un monolítico grupo de hombres amigos que se respetan, se admiran y se solidarizan entre sí bajo códigos de indestructibles afectos. Y el líder de tal "tribu" es Messi quien como tal ejerce un mandato austero.
A diferencia del Diego Maradona de Carlos Bilardo, Lionel Messi no hace declaraciones estridentes ni da a conocer públicamente sus opiniones. Está más en sintonía con el Passarella de Menotti aunque aquel jamás tuvo una influencia directa sobre las decisiones del técnico quien obviamente sabía escucharlo. Este grupo sólido e inquebrantable suele tener más de un oportuno vocero aunque quien más se destaca en tal sentido es Javier Mascherano.
Tal como se pudo apreciar en el amistoso de anteayer frente a Italia parecería que la selección nacional ha iniciado un armonioso camino convivencial donde todo "está en orden". Sampaoli ya sabe a quién no deberá convocar, quiénes en cambio tienen un cupo asegurado, en qué lugar del campo habrá de jugar cada cual, cuáles habrán de ser las reglas de juego de los viajes y las concentraciones. Lo ha aceptado dando una muestra de convergencia con el núcleo histórico del grupo. Y es por ello que Sampaoli dice "Es mucho más el equipo de él (Messi) que el mío".
Esta frase resulta una apuesta segura para el director técnico de la Selección nacional: "Si ganamos soy campeón mundial; si perdemos, perdió Messi…", y en ese caso yo comenzaré a ser el verdadero conductor cuando ésta generación se haya ido y quedemos de cara a las Eliminatorias del 2022.
El contexto nos pone frente a otra realidad. Vamos a jugar el Mundial más difícil de la historia. Alemania, España, Francia y Brasil atraviesan su mejor momento. Y se advierte un enorme crecimiento en los demás participantes sean europeos, asiáticos o latinoamericanos. La ronda clasificatoria nos pone frente a Croacia en el segundo partido para que ambos alcancen los seis puntos optimizando el resultado del primer encuentro contra Islandia. Un empate en cualquiera de los dos partidos iniciales nos obligaría a definir el primer o segundo puesto contra Nigeria en el último encuentro ya que también le asignamos los tres puntos frente a Islandia. O sea que hay una o dos "pequeñas finales" en el Grupo. Ser primero evitaría cruzarse con Francia o España en octavos de final. O sea nos espera un camino ríspido, empinado, difícil.
Claramente tenemos en Lionel Messi al mejor jugador del mundo y a otros que formaran un gran equipo. Pero ese equipo deberá formarlo y dirigirlo Jorge Sampaoli.
La gloria o la frustración será de todos los actores, aunque Messi sea el mejor.