El camino de Italia hacia su tercera estrella mundial comenzó con una producción poco convincente. Los tres empates en la primera fase ante Polonia, Perú y Camerún, depositaron a la Azzurra en el segundo lugar del Grupo 1, para jugar en la siguiente fase en la zona de Argentina y Brasil.
Fue en esa instancia donde comenzó a forjarse el campeón, dado que el triunfo por 2 a 1 ante la Albiceleste de Maradona y Kempes, junto con la victoria por 3 a 2 frente al Scratch de Sócrates y Falcao consolidó a un plantel que superó a Polonia en las semifinales y derrotó a Alemania en el encuentro decisivo con un 3 a 1 a su favor.
Sin embargo, la alegría para el conjunto que logró el título se vio opacada cuando los protagonistas de la hazaña retornaron a su país. Como por esos años la Unión Europea no tenía la consistencia que tiene en la actualidad e Italia formaba parte del Tratado del Carbón y Acero (CECA) junto con Alemania, Francia, Holanda, Bélgica y Luxemburgo, el dinero que recibieron los jugadores en concepto de premios en España debía ser declarado apenas llegar a Roma.
Por lo tanto, cuando los futbolistas aterrizaron al aeropuerto internacional Leonardo Da Vinci de Fiumicino el fiscal Alfonso Marra procesó a todos integrantes de la delegación campeona "por ingresar al país divisas extranjeras en forma ilegal".
A los jugadores se les retuvieron los pasaportes luego de que el funcionario interrogue a Darío Borgogno, quien se desempeñaba como Secretario General de la Federación Italiana de Fútbol y admitió que el plantel había recibido una considerable suma en dólares de la marca que vestía a La Nazionale.
Lo llamativo fue que los campeones del mundo habían regresado desde Madrid acompañados del presidente de la República, Sandro Pertini, en el avión privado del Jefe de Estado. Como lo publicaron varios medios europeos, el escándalo se produjo "bajo las propias narices de Pertini", ya que una de las valijas de la utilería contenía la suma de 350.000 dólares que había aportado Le Coq Sportif por asociar a la marca con el triunfo.
Otra curiosidad es que los jugadores nunca tuvieron una condena firme porque el Parlamento italiano modificó las leyes impositivas al incrementar los montos en la importación de divisas. Como la suma fue dividida por todos los integrantes del plantel, el porcentaje que le tocó a cada uno fue inferior al límite establecido por el Estado y la causa pasó al olvido inmediatamente.
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