De "arquero del futuro" de Newell's a cambiar el fútbol por el beach vóley: ganó la medalla de bronce en los Juegos Panamericanos

Nicolás Capogrosso compone la dupla masculina que se subió al podio de la disciplina en Lima 2019. Pudo haber hecho una gran carrera en el arco, pero un acto de corrupción lo llevó a abandonar los guantes

Guardar
“Era un gran atajador de penales”, le dijo a Infobae Nicolás Capogrosso (Foto: AP)
“Era un gran atajador de penales”, le dijo a Infobae Nicolás Capogrosso (Foto: AP)

Todos los días Néstor y Florencia llevaban a su hijo mayor al predio Malvinas para que el arquerito de 11 años mantuviera el sueño del pibe: jugar en Primera. Era una apuesta de Newell´s y su futuro era prometedor. "Era mejor que Unsain", le dijo a Infobae un amigo de Nicolás Capogrosso, el medallista que logró el bronce junto a Julián Azaad en el beach vóley.

"Era un gran atajador de penales. Tenía la técnica de amagar para un lado y salir para el otro. Me salía muy bien. No sé si hubiera llegado al nivel que llegué con el vóley, pero era bastante bueno", aseguró entre risas el rosarino, luego de bajarse del podio de la cancha principal del Costa Verde San Miguel.

El talento, la altura y la personalidad confeccionaban un combo ideal para el éxito, pero una mala jugada de la dirigencia que encabezaba el presidente Eduardo López cambió el destino del deportista. "Un día vino un directivo a mi casa para pedirme 350 dólares mensuales para que Nicolás siguiera jugando en Newell´s", reveló su padre con la indignación que le provoca el recuerdo.

"Después del Pato Fillol, tu hijo es el mejor arquero que vi en la vida. Tiene un futuro bárbaro, pero como no están bien las cosas en el club tenés que pagar", fueron las palabras del dirigente que hicieron reaccionar a los familiares de Capogrosso. "Mi señora lo sacó a los empujones de mi oficina. Al otro día fuimos a buscar el pase a Newell´s y no querían dárnoslo. Al tiempo nos vinieron a buscar de Tiro Federal, Rosario Central, Colón y Estudiantes de La Plata, pero Nico ya había tomado una decisión", continuó Néstor. "Newell´s estaba en un momento muy malo. El club estaba mal manejado con gente que tenía unos manejes extraños. Me decidí por el vóley y todo lo que vino después fue grandioso. Tanto en Indoor como en el beach", argumentó Nicolás.

La dupla argentina le ganó a Canadá y sumó otra medalla para la delegación albiceleste (Foto AP /Silvia Izquierdo)
La dupla argentina le ganó a Canadá y sumó otra medalla para la delegación albiceleste (Foto AP /Silvia Izquierdo)

La angustiosa experiencia terminó con la prometedora carrera futbolística de Capogrosso. A pesar de los deseos de Claudio Vivas, quien quería sumarlo a las inferiores del Pincha, el arquero ya había elegido. "Él es un tipazo. Me llamó para ver si quería ir a vivir a La Plata para jugar en Estudiantes, pero le dije que me iba a dedicar al vóley. Intentó convencer a mis viejos, pero no hubo caso".

El pedido de los 350 dólares mensuales fue uno de los tantos casos de corrupción que atentan contra la pasión popular. "Eso fue lo que me hizo dejar el fútbol. Es un deporte que está sucio por esas cosas. Hay una contaminación que perjudica la esencia del propio deporte", analizó el deportista.

Hoy su realidad es otra. Tras vencer a Canadá, el argentino celebró el bronce junto a Julián Azaad en el beach vóley. "La medalla es el resultado del sacrificio que venimos haciendo. No puedo creer lo que logramos porque hay muchas cosas atrás de esto. Nos perdimos muchos cumpleaños y asados por estar lejos", explicó Capogrosso.

Incluso el logro se festejó por duplicado porque consiguió darle a la madre el obsequio que más preciaba para su cumpleaños. "Le prometí que le iba a hacer un buen regalo. Espero que le guste", reveló emocionado. "La medalla va para mamá en serio. La voy a colgar en el living de casa, pero primero la voy a pasear por todo Rosario", aseguró Florencia.

Nicolás Capogrosso, feliz junto a su papá, Néstor, y su mamá, Florencia
Nicolás Capogrosso, feliz junto a su papá, Néstor, y su mamá, Florencia

La madre es un pilar fundamental de Nicolás. Mientras él se concentra en las competiciones, ella se asegura de anotar a su hijo en la facultad de derecho para que no pierda materias. "Tengo un quilombo terrible. Ahora hay que estudiar. Me deben quedar 18 ó 19 materias", aclaró Nico sin borrar la sonrisa de su rostro. Una situación similar a la que vivieron durante sus días en el colegio. "Siempre fue muy inteligente. Tenía las cosas claras para poder viajar 3 meses, volver y rendir las materias. Sólo se llevó a diciembre matemáticas en tercer año", dijo orgullosa su mamá sin olvidar el apoyo que le brindó el colegio Boneo de Rosario.

Nadie puede imaginar lo que hubiese sido Nicolás Capogrosso en el fútbol. Tal vez el deporte más popular del país se haya perdido a un talento que hubiera cuidado el arco argentino a la perfección. En aquel episodio, ganó el vóley. Y la Argentina celebró una nueva medalla en Lima.

Seguí leyendo

Guardar