Ella es la más chica de la delegación argentina. Con 14 años vive el sueño de representar al país en el deporte que la adoptó por su notable talento. Su sonrisa permanente refleja la experiencia que está viviendo antes del debut. "Nunca estuve en una competición tan importante. Participé en torneos internacionales, pero nunca en algo tan grande", le dijo a Infobae Iona Gualdi, la adolescente que no sólo debe preocuparse por su preparación deportiva, sino que además debe cumplir con las responsabilidades escolares.
"El colegio lo hago a distancia, y eso me permite manejarme los tiempos", aclaró la porteña, mientras caminaba las calles de la Villa Panamericana sin olvidar la advertencia que llega desde Buenos Aires: "Tengo que rendir durante dos cuatrimestres como en el sistema universitario. Hay que aprobar todos los trabajos prácticos para después rendir los finales".
Al tratarse de un esquema no convencional, Iona tuvo que convencer a su círculo más íntimo para que le permitiera luchar por la disciplina que mejor hace. "Mis papás no querían, porque piensan que en el colegio se forma la actitud de las personas. Pero cuando vieron que era mucho más cómodo para mi carrera, se convencieron. Siempre tuve buen promedio en la escuela, pero era un sacrificio muy grande, porque tenemos entrenamientos en doble turno de más de 6 horas diarias", explicó la jugadora de bádminton antes de su debut.
Gualdi descubrió su pasión en la Escuela Cristiana de la Puerta Abierta de Devoto. Como cualquier chica, comenzó la actividad con el único objetivo de divertirse. Sin embargo, cuando su talento llamó la atención de los expertos, la Federación Nacional de Bádminton no dudó en incorporarla a la Selección. "Estoy viviendo un sueño", repitió la joven que además se hace el tiempo para planear su cumpleaños de 15. "En la cabeza ya lo tengo. Voy a viajar con mi familia a Estados Unidos, porque tengo un torneo ahí, y después nos quedaremos una semana más para descansar en California", deslizó con la ilusión que le representa aprovechar las vacaciones para visitar a sus familiares que se radicaron en el país del norte.
Como su rutina se basa en el exigente entrenamiento que desarrolla en el Cenard (cuando no está compitiendo) y la realización de resúmenes y trabajos prácticos para responder a la demanda curricular, Iona se esfuerza para mantener la amistad con sus ex compañeras del cole. "Hablamos todos los días. Si subo una historia a Instagram, me la responden al toque y yo hago lo mismo. Siempre estamos conectadas. Está buenísimo porque así no me pierdo algo importante de mi vida", reflexionó.
En medio de la convención de atletas internacionales que representa la Villa Panamericana, Gualdi reconoció que le encantaría llevarse una foto con Las Panteras. "Me gustaría sacarme una selfie con todas las jugadoras de vóley, porque es un deporte que practiqué mucho cuando era más chica", dijo sonriente.
La influencia de su padre, quien trabajó con Julio Velasco, y el apoyo de su madre, con un pasado en el deporte de la alta competencia, a los 10 años la chiquita que hoy tiene 14 era una promesa en el vóley. "Me habían dado una beca en Vélez para que juegue todo el año, pero me incliné por el bádminton porque lo jugaba mi hermano y yo también lo quería practicar", sorprendió la adolescente.
Su compañero es Nicolás Oliva, un joven de 16 años que tiene una personalidad opuesta a la de la extrovertida Iona. Más tímido y retraído, el bonaerense oriundo de San Martín se mostró como un protagonista de pocas palabras. "No estamos acostumbrados a todo esto. Sabemos que somos los más jóvenes y que vinimos en medio de una etapa de formación, pero igualmente vinimos a competir", dijo el singlista que ya está acostumbrado a enfrentar a rivales de mayor jerarquía.
"No vinimos a pasear, ni de vacaciones. Vinimos a competir", cerró Nico con el entusiasmo latente a horas de su presentación. Ambos, forman parte del recambio en busca de un objetivo concreto hacia el futuro. Con la misión de establecer una estructura para que el día de mañana lleguen los resultados, el primer paso se dará en Lima. Y los festejos tal vez se produzcan en París o Los Ángeles.
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