Del entrenamiento militar a los consejos de Flavio Mendoza en Stravaganza y Showmatch: la transformación de Federico Molinari para afrontar sus últimos Juegos Panamericanos

Es uno de los referentes más experimentados de la delegación. El mismo que supo brillar en los escenarios de Stravaganza y la pista de Showmatch. Atrevido, perseverante y talentoso… Federico Molinari participará por quinta vez de un Juego Panamerincano. "Van a ser los últimos, espero poder disfrutarlos mucho", le dijo a Infobae con la sonrisa de satisfacción que le provoca su estadía en Lima, aunque confesó que el trabajo previo a la competencia tuvo un desgaste superior al que se imaginaba: "Costó la preparación porque no es lo mismo competir a los 35 años que a los 28. En deportes de equipo uno puede hacer otra función, pero acá todo depende de uno. Hoy siento que podría haber llegado mejor".

Como el éxito es parte de sus antecedentes, la posibilidad de acceder a una medalla se instala dentro de su órbita, aunque difícilmente pueda subirse al escalón más alto del podio. "Zanetti va por el oro porque está en otro nivel, pero a la mayoría de los gimnastas ya les he ganado en otras competencias. Es cierto que no estoy como a los 28 años, pero la idea es clasificar para pelear por la de plata", explicó.

El 13 de octubre podría representar una fecha clave en su carrera, porque "la única chance de llegar a Tokio es en el Mundial de Stuttgart", donde debe clasificarse entre los 8 mejores del torneo. "Si no se da esa posibilidad, tal vez me retire, pero ahora estoy enfocado de lleno en lo que podré hacer en Lima", agregó el rosarino que buscará sorprender al jurado en las anillas.

Así como alguna vez se sintió en la obligación de conmover en la pista del Bailando, en la capital incaica tendrá la misión de lograr el puntaje que le permita avanzar a las finales. Para conseguir su objetivo, Molinari confesó que aplicará los consejos que le dio Flavio Mendoza, el artista que lo convocó para que sea parte del staff de Stravaganza. "Yo tenía un entrenamiento militar y con el teatro tuve que encontrar un lado más sensible. En el ámbito artístico hay que expresarse de otra forma para llegarle al público y hoy intento mezclar todo lo que aprendí", reveló en diálogo con Infobae el multifacético personaje que cautivó en la calle Corrientes, la pantalla de El Trece y los torneos internacionales.

Las giras con Stravaganza tuvieron una exigencia mayor a los trabajos militares que desarrollaba en los gimnasios. "Fue un entrenamiento superador sin darme cuenta. Hicimos 160 funciones en 3 meses y eso me ayudó a sacarme los nervios previos a la competencia y la mirada de los jueces", subrayó Fede, quien considera que aquella época fue la mejor de su carrera. "Venía de ganar la medalla de oro en el Panamericano de Medellín y la medalla de bronce en la Copa del Mundo de Ghent. La verdad es que aprendí a disfrutar más de la disciplina y a estar más suelto. Como yo soy muy rígido, ahora trato de hacerlo más natural", agregó.

Sus apariciones en el popular programa conducido por Marcelo Tinelli y Combate lo obligaron a modificar algunos comportamientos de su vida privada. El precio de la fama que tuvo que pagar por comprometerse con su nueva faceta televisiva. "Hubo una exposición muy grande, porque somos un país medio cholulo. En Showmatch trataba de priorizar la parte más deportiva y artística por sobre la del baile, pero igualmente percibí un cambio muy grande en el reconocimiento de la gente", deslizó entre risas, con el argumento basado en algunos ejemplos: "A veces me sentía un poco incómodo porque no podía hacer lo mismo de siempre. Tal vez en el medio de una cena me pedían más de 10 fotos. Igualmente, nunca le negué una selfie o un autógrafo a nadie, porque con algo tan sencillo le podés alegrar el día a alguien que te apoya".

Los recuerdos de las mieles de la fama aún permanecen en su presente. "Tenía que buscar lugares más reservados para salir. Algunas veces teníamos que cortar alguna publicidad que estábamos grabando en la calle por la cantidad de gente que se juntaba" recordó con la misma sonrisa que le provoca la anécdota.

"Con las redes sociales ahora la gente conoce más a los deportistas, pero antes era sólo a través de la TV", continuó en su análisis, aunque advirtió que su "pico máximo de exposición se dio después de la final de los Juegos Olímpicos de Londres". "Me acuerdo que pasé de 4.000 a 30.000 seguidores en Instagram y se me bloqueó Facebook porque me entraron más de 10.000 solicitudes de amistad en una semana. Cuando volví a Buenos Aires todo el mundo me miraba, fue raro. Nunca me había pasado. Además con Showmatch y Stravaganza eso aumentó", remarcó Molinari.

En una disciplina que estuvo manchada por las acusaciones de los presuntos casos de abuso sexual, el máximo exponente de la gimnasia artística reconoció que el inesperado episodio fue un golpe para el deporte nacional. "En ese momento hice lo que sentí: dar la cara y responder a las preguntas que la Justicia quería saber. Fue un rumor que se corrió. Una mancha que no sólo salpica a la gimnasia, porque lamentablemente pasa en todos lados", analizó.

El acusado fue Alejandro Sagreras, un ex integrante del cuerpo técnico de la Selección que evitó dar su testimonio ante los tribunales y la prensa. "Yo ni existía cuando él estaba. La verdad es que se escondieron los que tenían que hablar. De todos modos, los damnificados nunca hicieron la denuncia formal. Algunos de sus allegados dieron sus declaraciones, pero supongo que el expediente habrá quedado cerrado", concluyó el rosarino.

Acompañado de Nicolás Córdoba, Daniel Villafañe, Julián Jato y Santiago Mayol (en la rama masculina), junto a Martina Dominici, Valeria Pereyra, Agustina Pisos, Abigail Magistrati y Luna Fernández (en el equipo femenino), Fedeico Molinari quiere dejar atrás el escándalo que paralizó al país el año pasado para ubicar a la bandera albiceleste en un lugar del podio. Entre el 27 y 31 de julio tendrá una nueva puesta en escena. Tal vez sean sus últimas funciones.

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