Perder con Brasil estaba dentro de las posibilidades. El pentacampeón del mundo, en su condición de local, es el principal favorito a coronarse en la Copa América. Por lo tanto, cuando la Argentina demostró su mejor versión en el torneo, sin lograr el objetivo de acceder a la final, la derrota duele.
A pesar del gol de Gabriel Jesus, el combinado liderado por Lionel Scaloni continuó lastimando al anfitrión. El remate de media distancia de Leandro Paredes que se fue a centímetros del travesaño, el cabezazo del Kun Agüero que se estrelló contra el caño y los intentos de Messi que se esfumaron contra el palo y la integridad de Thiago Silva fueron algunas ocasiones que pudieron cambiar el destino del partido.
"Si ponemos en contexto los méritos, Argentina es el equipo que debía estar en la final", dijo Scaloni en la conferencia de prensa, pero lo que llamó la atención fue el desconsolado llanto de Paredes y Lautaro Martínez cuando el ecuatoriano Zambrano marcó el cierre del encuentro.
El goleador del Inter no pudo contener sus lágrimas a pesar del apoyo de sus compañeros y algunos rivales. Una situación similar a la que vivió el ex volante de Boca, quien no pudo levantarse a pesar del pedido de Franco Armani.
Fue un nuevo golpe para la Selección, pero en este caso el recambio alimenta las esperanzas para el futuro. La imagen que dejó el combinado albiceleste en el país vecino enciende la llama de la ilusión de cara a la próxima edición que se organizará el año que viene en Argentina y Colombia. Para ello, varios históricos deberán dejar su lugar para las camadas venideras que renueven el sueño criollo.
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