No interesa. Se habla poco. La Copa América prácticamente pasa inadvertida por España, y eso que la mayoría de las principales figuras de los poderosos son sudamericanas. Pero no, ni así. Que los partidos se puedan ver de madrugada, pero sobre todo el juego, le bajan la temperatura a la competición que se disputa en Brasil.
A diferencia de otras épocas, como en la década del 90 cuando se transmitía en directo el fútbol argentino, lo que se juega en Sudamérica ya no despierta grandes pasiones por estas tierras. Es evidente que la falta de jerarquía en varios aspectos ha hecho que el público español le reste importancia a una competencia como la Copa América, por más que la jueguen varios del Barcelona y algunos del Real Madrid.
¿Qué es lo que se ve diferente si se lo compara con lo que habitualmente pueden observar en sus estadios? Básicamente el juego. Los pases, los controles, las definiciones, la calidad. Todo lo que transcurre por estos días en Brasil es notoriamente inferior en cuanto a lo que el español y el europeo en general están acostumbrados a disfrutar. Es la cruda verdad aunque a muchos les cueste reconocerlo. Una apreciación similar dejó aquella inolvidable final de la Copa Libertadores disputada en el Santiago Bernabéu. Tras la fiebre que despertó la pasión de River y Boca en la previa, el color, las banderas, los cantos, esa manera tan nuestra de sentir el fútbol que aprecian los españoles, esa religión como la llaman; la decepción apareció a la hora del partido, por lo que entendieron como un nivel de juego muy pobre en comparación a lo que se puede ver en La Liga o la Champions. Por lo tanto si el público en general no lo aprecia, los medios no tienen interés en transmitir y darle cobertura a la Copa América.
Hay dos detalles que impactan cuando se llega a ver alguna imagen (perdida) de lo que ocurre en Brasil. Uno es el estado de los campos de juego. El otro es la cantidad de espacios vacíos en las tribunas, sobre todo las que están de frente a la cámara principal de la televisación. Es que en España por reglamento, hay sanciones para aquellos clubes que no se encarguen de que estén ocupadas al menos el 75 por ciento de las butacas que se ven en el plano general de TV. Y en cuanto al césped de los estadios, La Liga también aplica multas para aquellos que no lo presenten en buen estado. Todo cortado al ras y verde por completo, es la principal exigencia, algo que no se vio en Porto Alegre, por ejemplo. De hecho la principal imagen que trascendió del último partido de Argentina, no fue ni el gol de Lautaro Martínez ni el del Kun Agüero, sino la insólita falla de Lionel Messi en el área cuando el balón le llegaba picando en mala forma. Algo impensado e inedito que suceda en el Camp Nou.
Un referente para opinar de esto es Ángel Cappa, quien vive en Madrid y comenta fútbol habitualmente para Onda Cero, una de las radios más importantes de España. Según el ex entrenador, "Europa tiene una especie de soberbia con respecto a lo sudamericano. A esta Copa América no le dan mayor importancia, la ponen en un segundo o tercer plano y solo le prestarán atención para sacarle algún jugador, pero ya creo que le sacaron a todos. De todas maneras, es una ruina cómo está organizada la Copa. Con grandes traslados entre ciudades, los campos mal presentados, sin público en los estadios. Y encima se juega mal, salvo Venezuela y, de a ratos, Brasil".
Que los encuentro comiencen en los horarios europeos de 01:00 y 02:30, han generado que las cadenas televisivas que habitualmente transmiten fútbol de todo tipo (las ligas europeas importantes, fútbol femenino, fútbol sala, todos los juveniles y hasta el campeonato chino), esta vez no hayan programado emitir el campeonato que se juega en Brasil. La pasada Copa Centenario disputada en Estados Unidos sí tuvo la televisación del canal de fútbol de Movistar, una red de televisión por cable que llega a todo el país y que es de las más vistas. Sin embargo para el actual torneo los partidos solo se pueden ver por DAZN, una flamante plataforma web de streaming que ha comprado los derechos a último momento y que realiza la emisión y los comentarios desde Londres, su sede central. DAZN (una especie de Netflix del deporte) es la única manera que tienen los españoles y los latinoamericanos que viven en la península, de ver a Messi y compañía con sus selecciones. Para suscribirse, se paga un abono mensual de 5 euros para emitir desde sus computadoras, teléfonos celulares o smart tv, los partidos que quieran, aunque para esta Copa América se dio una promoción de un mes gratis. El sistema funciona a la perfección y la calidad de imagen es excelente. De todas formas, en cuestiones de elegir entre qué competencias ver y qué no, por estas semanas, el Mundial femenino fundamentalmente y el Mundial Sub 20 y el europeo Sub 21, ocuparon más espacio en los medios televisivos. De hecho estas tres competencias internacionales se pudieron ver por canales abiertos, en cambio la Copa América no.
De la escasa cobertura televisiva en programas deportivos, se vieron informes en los que se resalta lo lógico pero que tantas veces ha costado que se reconozca en Argentina: que Messi juega solo. "Messi da un balón y le devuelven un melón" ha llegado a escucharse en TV mientras se pasaban las imágenes en las que el 10 no podía recibir un buen pase de sus compañeros o a estos les costaba controlar la pelota. Además de que ya se ha sentenciado con crudeza que "esta Argentina aún con Messi no puede ganarle a Brasil", en el posible choque de semifinales.
En cuanto a las radios, pasa algo similar. Ninguna de las emisoras líderes compró los derechos de la competencia y solo se realiza una pequeño repaso, que el último domingo chocó con partidos de mayor importancia para España, como la final de ascenso a Primera entre Mallorca y el Deportivo La Coruña.
Es cierto que Messi, Giovanni Lo Celso, Filipe Luis, Arthur, Casemiro, Coutinho, Luis Suárez, José María Giménez, Cristian Stuani, Arturo Vidal y hasta James Rodríguez, quien aún pertenece al Real Madrid, todos están vinculado a un club español y que además son las verdaderas figuras de la Copa América, sin embargo eso no alcanza. La Copa América no seduce ni motiva al público español.
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