Sucedió antes de que el árbitro Julio Bascuñán diera el pitazo inicial: Lionel Messi se acercó a cada uno de sus compañeros y se estrechó en un abrazo de aliento, de respaldo. El mejor jugador del mundo, y, además, el referente, confluyeron en el Arena do Gremio. Un gesto de líder del astro rosarino, que este lunes cumplirá 32 años. Un rol que ocupaba Javier Mascherano hasta Rusia 2018 y que el capitán asumió y que puede verse en varios símbolos: en esos 11 abrazos, que ya había dado antes del duelo ante Paraguay; en su participación activa en la charla post caída contra Colombia y en el hecho de que enfrentó a los medios después de cada encuentro.
Parado como enlace, detrás de los atacantes (Martínez y Agüero), que tuvieron un rol importante en la presión para liberarlo, en el triunfo 2-0 de Argentina ante Qatar, Messi inquietó más por presencia, por influencia, que por el final de sus acciones. Encaró y buscó combinarse, pero no siempre las paredes que intentó terminaron con ladrillo sobre ladrillo. Parte del aprendizaje de jugar con el 10 del Barcelona. En el primer tiempo, le dio una gran asistencia a su amigo el "Kun", que no terminó en grito por la definición imprecisa del punta del Manchester City.
El apoyo de Messi a sus compañeros
En el segundo tiempo, primero con el equipo más predispuesto al contragolpe, luego en el control de la pelota a partir del ingreso de Acuña, quien clausuró el carril izquierdo, estuvo más rodeado, se combinó con De Paul, Agüero y Lautaro/Dybala -cuando entró- y tuvo una oportunidad que dilapidó de un modo impropio para su talento.
Ocurrió a lo 72 minutos de juego: el delantero surgido de Newell's recibió un pase desde la izquierda del "Huevo" Acuña y remató a centímetros del área chica, pero su intento se fue a la tribuna. Enseguida, se tomó el rostro, desacostumbrado a que la pelota no le obedezca. En su favor: el campo de juego no estaba en las mejores condiciones y le picó antes de su imprecisión.
Messi venía de anotar el único gol de Argentina en la competencia: fue de penal, en el 1-1 contra Paraguay. Frente a Qatar no convirtió; tampoco brilló, pero ofreció su espalda para guiar a sus compañeros hacia la clasificación a los cuartos de final de la Copa América. El viernes tendrá enfrente a Venezuela, el conjunto que le arruinó su regreso a la Selección post Mundial de Rusia, en marzo pasado (la "Vinotinto" ganó 3-1 en Madrid). Una oportunidad para que la Albiceleste, desde sus botines, dé otro paso hacia su refundación.
La jugada que terminó con su remate en una de las tribunas del Arena do Gremio
LAS PRINCIPALES DEFINICIONES DE MESSI
"En el principio del primer tiempo buscamos la presión y así vino el gol, nos sentimos bien".
"Hubo sacrificio de todos, hay que buscar el equilibrio, nos gusta jugar con mucha gente en ataque. Somos los primeros que tenemos que empezar la presión; siempre hay errores, nos dieron una vida por cómo llegábamos y ahora hay que aprovecharla, empieza la Copa".
"Es otra obligación, hay que ganar para seguir en la Copa. Hoy me gustó mucho la actitud, las ganas de querer ir a ganar le partido por lo que nos jugábamos. A veces es difícil jugar bien, pero por momentos lo hicimos, creamos situaciones, y tampoco sufrimos mucho. Y eso que Qatar complicó a Paraguay y a Colombia".
"Se venía un cumpleaños complicado si no ganábamos, vino mi familia, estaban en la cancha. Por suerte salió todo bien".
"El equipo se puede encontrar mientras vas jugando, a medida que van pasando los partidos".
"Sabíamos que en Porto Alegre íbamos a ser locales, por la cercanía. Todos estos días fueron una locura, porque la gente nos banca y acompaña. Esa es la manera, ir todos juntos".
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