El 15 de julio de 2018 no fue un día más para Néstor Pitana, quien comandó la acción de Francia-Croacia en la final del Mundial de Rusia. Fue una Copa del Mundo que también lo había tenido como protagonista en el duelo inaugural entre el seleccionado local y Arabia Saudita. Ahora, la Conmebol lo premió con el estreno de la Copa América: esta noche dirigirá Brasil-Bolivia en San Pablo.
Con figuras en cancha de la talla de Kylian Mbappé, Antoine Griezmann, Paul Pogba, Luka Modric, Ivan Rakitic y Mario Mandzukic, el juez misionero tuvo que preparar el encuentro más importante de su carrera.
El veloz Mbappé, con sus arranques, lo tuvo al límite físico constantemente. Sin embargo, Pitana quedó en el foco de las cámaras en una jugada polémica que tuvo lugar en el primer tiempo y fue decisiva. Ivan Perisic tocó la pelota con la mano adentro del área, pero el juez quedó tapado al igual que su asistente Hernán Maidana, y debió recurrir al VAR.
Su espontaneidad para el diálogo durante esa maniobra límite roza lo inverosímil.
– "Me parece que es saque de arco"
– "Pará, chamigo, porque creo que me están pidiendo una mano. A ver si me hablan del VAR"
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Maidana creyó que la duda del árbitro principal pasaba por saber qué jugador había tocado último la pelota antes de que saliera del campo. Pero Pitana olfateó en el reclamo de los futbolistas algo raro hasta recibir el alerta del VAR. Con su tonada misionera y el típico chamigo (término característico de su tierra natal), se dirigió a un costado de la cancha, repasó las repeticiones y sancionó el penal para Francia que Griezmann cambió por gol.
Su buena labor en la final de la Copa del Mundo lo llevó a ser galardonado como el mejor árbitro del planeta. Sin embargo, el referí que cumplirá este lunes 44 años no se subió a ningún pedestal.
En su retorno a la Superliga, comandó Atlético Tucumán-Racing (fecha 1) y Aldosivi-Huracán (fecha 2). Luego fue cuarto árbitro en el clásico entre Colón y Unión dirigido por Fernando Rapallini. El único lunar que tuvo su temporada fue por la tendinitis aquiliana que lo marginó de las canchas por varios meses.
Pitana fue considerado por la Conmebol para arbitrar la revancha de la final de la Copa Libertadores entre River y Boca, aunque finalmente el uruguayo Andrés Cunha fue el designado. Su regreso fue a fines de enero, por la Superliga, en un Independiente-Talleres. Se desempeñó en el clásico entre el Rojo y Racing, entre otros cotejos, y también se hizo presente en la actual edición de la Libertadores.
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Sobre el final de la Superliga, presenció el cotejo que le dio el título a Racing (frente a Tigre en Victoria) y después le otorgó un polémico penal a Huracán en el clásico contra San Lorenzo, por la revancha de la primera ronda de la Copa de la Superliga.
El cierre de la temporada en Argentina lo tuvo como protagonista principal junto a sus habituales asistentes, Maidana y Belatti, en dos finales más: Arsenal-Sarmiento de Junín (desempate por el ascenso en la B Nacional) y Tigre-Boca (Copa de la Superliga).
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Por su trabajo, la Conmebol le confió el estreno de la Copa América, esta noche en el Morumbí paulista. Lo cierto es que a Pitana este año se le abrieron puertas en todos los rincones del planeta mediante la fama que le dio la final mundialista.
El ex árbitro suizo Massimo Busacca, actual Jefe del Departamento de Arbitraje de la FIFA, lo tiene en carpeta para ser instructor arbitral. Pero Pitana todavía tiene hilo en el carretel y pretende "jugar" en el alto nivel. Al margen del fútbol nacional y continental, fue tentado por los árabes para instalarse como juez de la liga saudí. Y decidió experimentar.
En diciembre pasado, el misionero arbitró el clásico entre Al-Hilal y Al-Nassr por la fecha 12 de la liga de Arabia Saudita. Acudió a esta cita con sus asistentes Hernán Maidana y Juan Pablo Belatti, más Fernando Rapallini y Fernando Echenique como encargados del VAR, que se puso en funcionamiento para determinar una expulsión por acción antideportiva. Federico Beligoy (Director Nacional de Arbitraje) viajó a supervisar.
Además de la inédita aventura en tierras asiáticas, se trajo una buena suma de dólares en su bolsillo. Y es probable que en la recta final de su carrera se decida a gastar sus últimos cartuchos allá, tal como hacen los futbolistas experimentados que buscan firmar sus últimos altos contratos. Los árabes lo esperan con una propuesta millonaria y la lapicera en mano.
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