Diez mil agentes de seguridad privada contratados por el Comité Organizador. Otros tantos policías para cuidar la calle. Escuadrones de los famosos BOPE (Batallón de Operaciones Policiales Especiales) patrullando desde las 17.30 todas las áreas neurálgicas de las cinco sedes del torneo. Fuerzas montadas de la Policía Militar y centros de video en cada estadio. Y la vedette de la Copa: las cámaras de reconocimiento facial compradas a China que comparan los rostros de las bases de datos de los indeseables con los concurrentes a la Copa América.
Así se prepara Brasil para recibir la cita futbolística más importante del continente. Y, en el medio, trabajando codo a codo, un grupo de ocho argentinos que bien podrían ser bautizados "los cazabarras": ellos tendrán por misión buscar a los violentos que tienen impedido el ingreso y entregarlos a Migraciones para que sean expulsados del país. Durante el Mundial 2014, la amalgama funcionó bastante bien y fueron deportados 53 barrabravas. Esta vez, si bien se espera una cifra menor de concurrentes, el dispositivo está aún más aceitado gracias al acuerdo firmado el mes pasado entre la ministra de seguridad Patricia Bullrich y su par brasileño, Sergio Moro: el Ministerio envió las imágenes de los 5.120 argentinos que tienen prohibido acudir a los estadios (esta base es más grande que la de todos los otros países juntos) y con la tecnología de reconocimiento facial, será más fácil reconocerlos. Cierto, a diferencia del Mundial de Rusia, acá no existe el FAN ID, ese carnet que identificaba a cada persona que había adquirido una entrada lo que facilitaba mucho el trabajo. Pero el trabajo ya está dando sus frutos: ayer fueron expulsados los primeros dos barras argentinos que arribaron a Brasil: son Germán C. y Ernesto C., capos de la facción "Los Dengues" de la barra de Almirante Brown.
La delegación argentina arribó el lunes por la tarde y se dividió en dos grupos. Cuatro de ellos están siguiendo a la Selección mientras que el resto, dos integrantes de Inteligencia de la Policía Federal y otros dos de Gendarmería, están apostados en el Centro de Cooperación Policial, cuya sede está en Río de Janeiro, y al que llegan las imágenes de todas las ciudades que albergan la competencia. Los cuatro que siguen a la Albiceleste, todos integrantes del programa Tribuna Segura del Ministerio de Seguridad de la Nación, llevaron además 20 teléfonos celulares con la información de los barras argentinos y de los que están prófugos de la Justicia, que serán utilizados en los ingresos por la policía brasileña. Al igual que en nuestras canchas, deberán apoyar el dedo y saldrán todos los datos. ¿Cómo se filtra quién será revisado y quién no? Para eso están los funcionarios argentinos, dos de los cuales estarán apostados en el ingreso de la tribuna celeste y blanca, otro en la sala de video del estadio y el restante en el control policial de Bahía, para identificar a los asistentes al debut de la Selección frente a Colombia. Porque, a diferencia de lo que se preveía dos semanas atrás, habrá lleno total en el estadio: ayer se agotaron los tickets y la información que maneja el Ministerio de Seguridad con datos del Comité Organizador es que de los 48.300 lugares que hay en el Arena Fonte Nova de Salvador, cerca de 4000 serán argentinos. El resto estará dividido entre colombianos y una multitud de brasileños que tienen adoración por Messi. De hecho, todas las publicidades de la Copa, tras el escándalo y la lesión de Neymar, son con el astro argentino.
"El acuerdo de cooperación que firmó la ministra Bullrich es clave para nuestro trabajo, porque nos ha dado amplias facultades. Brasil está sorprendido por la base de datos del programa Tribuna Segura. Somos el único país que tiene sistematizado a los barras de esta manera. Además estamos online con Migraciones y en tiempo real sabemos si alguno de los impedidos para ver la Copa está saliendo de la Argentina rumbo a Brasil. Por ejemplo, en los últimos días el tráfico entre frontera fue de 18.000 argentinos, aunque un porcentaje por ahora muy menor parece venir al debut, ya que la mayoría hizo el pase por la triple frontera en Misiones con ingreso y regreso. Sólo nos saltaron dos alertas, pero en ninguno de los casos el destino era Brasil: uno se fue a Francia y otro a un país limítrofe y ya regresó. Pero esto lo pongo como ejemplo de la sintonía fina que estamos utilizando para garantizar la fiesta del fútbol", le dijo Guilllermo Madero, director de Seguridad en Espectáculos Futbolísticos del Ministerio, a Infobae.
Para el debut frente a Colombia habrá 750 hombres de seguridad privada dentro del estadio y otros tantos policías en las calles. Pero la vigilancia se extiende a aeropuertos, fronteras terrestres y avenidas populares de Bahía. "Gestionamos sin mayores inconvenientes el Mundial 2014 y los Juegos Olímpicos de 2016. Tenemos la experiencia para garantizar un torneo en paz. El foco está puesto en los hinchas violentos y la base de datos proporcionada por Argentina y otros países es de mucha utilidad", afirmó el director de operaciones del Ministerio de Justicia brasileño, César Martínez.
El tema además de los barras tiene que ver con la presencia de hinchas de la Selección si el equipo avanza de ronda. El clima en Brasil no parece estar tan amigable como en el Mundial 2014, donde la multitud argentina coreaba el "Brasil decime qué se siente" sin que ello generara reacciones violentas. Pero eso será más adelante. Por ahora, la Selección va paso a paso con los pies sobre la tierra. Igual que la Seguridad que pisa sobre seguro sin dejar por el momento nada fuera de control.
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