“La convivencia con Riquelme fue un problema complejo para Bianchi”, reveló Macri en su nuevo libro

El ex Presidente le dedicó varias páginas a su paso por Boca Juniors y a la relación que mantuvo con dos de los principales ídolos de la historia del club

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Bianchi consola a Riquelme luego de la Intercontinental perdida por Boca en 2001 frente al Bayern Múnich
Bianchi consola a Riquelme luego de la Intercontinental perdida por Boca en 2001 frente al Bayern Múnich

Para qué, el segundo libro del ex presidente Mauricio Macri, llegó esta mañana las librerías de Buenos Aires. La obra, editada por Planeta, es presentada como un relato del “misterioso camino hacia la felicidad”. “Es sobre mi viaje personal y lo que aprendí en él”, resume en la contatapa.

Gran parte del texto está dedicado a los desafíos que atravesó el dirigente de Juntos por el Cambio en su paso por la Casa Rosada y en el programa económico que debiera instrumentar el próximo presidente, a partir del 10 de diciembre de 2023. Sin embargo, hay varias páginas dedicadas a sus días más felices como directivo de Boca Juniors. Ese espacio comprende definiciones hasta ahora desconocidas sobre dos de los principales ídolos de la historia xeneize: Juan Román Riquelme y Carlos Bianchi.

A diferencia de lo que siempre se creyó en virtud de las declaraciones de los propios protagonistas, Macri plantea que la relación entre el DT y el jugador era difícil.

“La convivencia con Riquelme, un jugador muchas veces desafiante y reacio a aceptar cualquier tipo de límites, fue un problema complejo para Bianchi. Fui testigo de varios desplantes del jugador hacia el técnico en los entrenamientos y en los viajes”, introdujo.

Y relató: “En la víspera de la final contra el Bayern Múnich en Tokio, recuerdo que me colé en entrenamiento para despuntar el vicio de patear la pelota, como hacía de chico. Los jugadores estaban corriendo alrededor de la cancha. Todos menos Riquelme, que en lugar de recorrer el perímetro del campo de juego se esforzaba en correr menos y giraba, desganado, en la línea central”.

“Román se acercó entonces hacia la zona en la que estaba junto al técnico y al preparador físico Julio Santella, y lo escucho decir: “Carlos, suficiente, ya está... no quiero seguir dando vueltas a la cancha”. Bianchi hizo un gesto de fastidio y yo me hice el distraído y seguí pateando al arco. Para Carlos, que se había destacado desde siempre por ser un hombre muy estricto en cuanto a la disciplina y el esfuerzo igualitario, que un jugador quisiera imponer su propio entrenamiento era algo inadmisible”, completó.

Finalmente, Boca perdió ante el Bayern Múnich 1-0 en Japón a fines de 2001 en un partido muy ajustado y recordado por un arbitraje claramente desfavorable. Riquelme fue la figura del equipo argentino pese a las patadas descalificadores que recibió por parte del equipo alemán, que increíblemente no tuvo expulsados.

Macri aseguró además que los desafíos del actual Vicepresidente xeneize a la autoridad de Bianchi se hicieron cada vez más frecuentes y que con el tiempo llegó a comprender que ese tipo de actitudes terminaron desgastando al técnico en el final de su primera etapa.

Video: resumen de la final Intercontinental de 2001 entre Boca y Bayern Múnich

La actitud del 10 cambió -asegura- en 2007, cuando el jugador dejó el Villarreal de España enfrentado con Manuel Pelegrini y se incorporó al plantel que en aquel entonces dirigía Miguel Ángel Russo. “Creo que Román sintió una profunda necesidad de demostrar que sus cualidades como jugador estaban intactatas”, conjeturó. Y reconoció: “Riquelme volvió y fue la figura excluyente del equipo”. “A diferencia de lo que había ocurrido en el ciclo anterior, hizo la diferencia”.

Actualmente, 15 años después, Riquelme y Macri están enfrentados políticamente. El ex futbolista se presentó junto a Jorge Amor Ameal en las elecciones de 2019 y se quedó con la conducción del club luego de 24 años de gestión macrista. El “Topo” Gigio acumuló como dirigente varios títulos locales y actualmente el equipo se encuentra primero en la Liga Profesional de Fútbol. Igualmente, Macri tiene una mirada negativa sobre su labor: “Las mismas tensiones que provocó en su etapa como jugador, las vuelvo a ver en la actualidad, a partir de su transformación dirigente de fútbol”.

La anécdota forma parte de un capítulo titulado “Basta es basta” donde el ex presidente de Boca entre 1995 y 2008 recuerda no sólo los cortocircuitos que tuvo con el ídolo xeneize, sino también los enfrentamientos con el DT más ganador de la historia en las dos ocasiones que le comunicó que no seguiría al frente del equipo.

La primera fue a mediados de 2001, luego de que el “Virrey” ganara su segunda Libertadores en el Xeneize. El entrenador lo convocó y le dijo que se iba. Además, reconoció que estaba ilusionado con la posibilidad de dirigir el Barcelona de España, algo que finalmente no se concretó.

“Le pedí que me diera algo de tiempo y decidí jugar una última carta. Le pedí a Goyo Zidar, responsable del fútbol amateur en el club, que intentara abrir una nueva negociación con Carlos. Comenzaron a conversar, tuvieron algunas reuniones y las cosas parecieron encaminarse hacia un final feliz”, repasa el ex Presidente.

Sin embargo, sus sensaciones chocaron con la realidad y mientras participaba de un curso sobre Borges dictado en el Ministerio de Relaciones Exteriores ingresó una llamada perdida de Bianchi y un mensaje que quedó grabado en su contestador que decía: “Hola, Mauricio, quiero que sepas que lo pensé mucho. Anoche hablé con mi familia. Ahora estoy yendo a una conferencia de prensa que convoqué para anunciar mi decisión de no seguir en el club... Ah, ya le avisé a los jugadores”.

Macri abordó en su libro varias comunicaciones infructuosas que mantuvo con el DT para intentar convencerlo de que se quede. Describió además que el “Carlos Bianchi sólido y seguro de sí mismo que había conocido en España se había ido transformando en un hombre cada vez más duro e intransigente”. “Un componente áspero y complejo fue haciéndose lugar cada vez mayor en su personalidad”, agregó. Hasta que llegó la recordada conferencia prensa del escándalo luego de un partido entre Boca y Lanús en la Bombonera, recordado además por los hinchas por el único gol del japonés Naohiro Takahara con la camiseta azul y oro.

El ex Presidente reveló por primera vez qué fue lo que provocó su enojo e irrupción en la sala donde Bianchi hablaba con periodistas luego del partido. “Unos días después de la última conversación telefónica, leí en un diario un titular que me llenó de confusión: “Bianchi se va de Boca porque los directivos no lo quieren a pesar de su voluntad de quedarse”. Si de algo estaba seguro es que así no habían sido las cosas. Toda la Comisión Directiva quería la continuidad de Carlos. Al día siguiente lo llame otra vez y le dejé un mensaje que no tuvo respuesta”.

Días después de la conferencia en la Bombonera, Macri y Bianchi se reunieron a comer en Puerto Madero y zanjaron sus diferencias. El dirigente le pidió que se quedara a dirigir la Intercontinental ante el Bayen Múnich. El entrenador aceptó y le dijo que no se había sentido cuidado lo suficiente y que sus razones para no renovar el contrato eran estrictamente personales. Y cerró la charla con una frase que hasta hoy retumba en la cabeza del ex Presidente: “Hay que saber decir basta”.

Video: el día que Bianchi se levantó de una conferencia de prensa y dejó a Macri hablando solo

En 2003, tras un año a cargo del equipo del uruguayo Oscar “El Maestro” Tabárez, Macri volvió a buscar al Virrey, que ganó otra Libertadores (2003) y estuvo muy cerca de repetir en 2004: perdió la final ante el colombiano Once Caldas. Luego de la derrota por penales producida en ese partido, Bianchi le adelantó que iba a renunciar.

“Por mi parte, quería dejar todo en claro y le pregunté: “Carlos, es una lástima lo que me decís, pero permitime que te haga una pregunta. Mañana cuando me despierte y lea el diario, ¿voy a leer que Bianchi e va por su propia decisión o voy a leer otra vez que se va porque los dirigentes y el presidente de Boca no lo quieren más? Mejor aclarémoslo de entrada, ¿no?. Me aseguró que él siempre iba a afirmar que se trataba de una decisión personal y que Boca no tenía nada que ver”, recordó.

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