En una emotiva definición por penales, Platense derrotó a Estudiantes de Río Cuarto y, tras 22 años, regresó a la máxima categoría del fútbol argentino. “Soñaba, soñaba y soñaba, y tenía acá guardado que tenía que llevar a Platense a Primera”, manifestó entre lágrimas el histórico goleador del club, Daniel “Trapito” Vega.
Tras igualar en los 90 minutos 1 a 1, el Calamar y el conjunto cordobés definieron el segundo ascenso a la élite del fútbol argentino desde los doce pasos. Allí los dirigidos por Juan Manuel Llop se impusieron 4 a 2. Matías Tissera e Ibrahim Hesar habían marcado los goles durante el tiempo reglamentario, y ya en la tanda de penales el Marrón convirtió los cuatro que pateó y Estudiantes de Río Cuarto falló dos (Fernández lo desvió y el arquero De Olivera le atajó el remate a Benavídez).
Definida la vuelta de Platense a la primera categoría tras más de dos décadas, estallaron los festejos en el estadio de Newell´s, donde se llevó a cabo la final. Y entre tanta emoción, quien habló y conmovió a propios y extraños fue Daniel Vega. Hablar de “Trapito” es hablar de la bandera de la institución, el máximo goleador de la historia del club, de un joven que hace más de 18 años se puso por primera vez la camiseta marrón y hoy, a sus 39, cerca del retiro, es referente del plantel que llegó a la máxima categoría del fútbol nacional.
Se tuvo que agarrar la cara con las dos manos, sosteniéndose cada lágrima, para poder tomar aire y hablar ante las cámaras al término del encuentro. “Estoy llorando de alegría”, manifestó el delantero. En declaraciones a TyC Sports, sostuvo que “era la meta que me faltaba como jugador”.
A poco de cumplir 40 años, al borde del final de su carrera, reveló que durante la cuarentena pensó “que se acababa, que ya está”. “¿Para qué voy a seguir?”, dijo que se preguntó más de “mil veces”. Hoy, tras tantos años de lucha en las canchas del asenso consiguió subir de categoría por tercera vez con el club de sus amores, aunque en esta oportunidad a la primera división del fútbol argentino.
“Soñaba, soñaba y soñaba, y tenía acá guardado que tenía que llevar a Platense a primera. Ser parte de esto es la gloria total”, enfatizó Vega. Luego pidió “perdón a la gente” del Calamar porque tras el pitazo final pensó “solo en mis hijas”. “Tantos años de lucha y sacrificio, yo resigné el cumpleaños de mi hija esta semana por estar encerrado en pos de este objetivo”, contó el goleador que aprovechó la oportunidad para saludar a sus tres nenas: “Guadalupe te amo, Lucía te amo y Cata te amo”. A cada una le envió un beso.
Pese a que esta vez le tocó acompañar desde el banco de suplentes, la gran incógnita por estas horas es si llegará a jugar por primera vez en la máxima categoría. Ante la consulta del periodista, respondió: “Lo tengo que hablar, tengo una promesa hecha, un partido nada más”. Pero pidió que en ese “último partido” esté su familia. Y en medio de la alegría se permitió una crítica para los organizadores del encuentro y las autoridades por no permitir el ingreso de allegados al estadio: “No pudo venir la familia a la cancha, es increíble. Las medidas que toman a veces se nota que no tienen idea de fútbol”, cuestionó “Trapito” Vega.
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