Este lunes por la tarde noche, las alarmas del mundo del fútbol sonaron al enterarse de la internación de Diego Armando Maradona en una clínica de La Plata. Si bien la visita al sanatorio no fue con carácter de urgencia y todo estaba consensuado tanto con el Diez como con su médico de cabecera Leopoldo Luque, cuando se trata de la salud del actual entrenador de Gimnasia siempre se habla con cautela debido a sus antecedentes médicos.
Pelusa llegó al recinto médico no bien cayó el sol; lo hizo acompañado de sus colaboradores y personas de su entorno, como su apoderado Matías Morla y el propio Dr. Luque. Los primeros chequeos le diagnosticaron un cuadro leve de anemia –debido a la mala alimentación que venía teniendo en los últimos días– y deshidratación. Por lo que, según pudo averiguar Infobae, decidieron darle suero por vía intravenosa y que reposara en una de las habitaciones privadas de la clínica con el objetivo de realizar más estudios este martes.
Según la palabra de su neurólogo, que brindó un nuevo parte en horas de la mañana, Diego llegó “anémico y deshidratado, pero eso se le está corrigiendo”. Desde su círculo íntimo le aseguraron a este medio que el campeón del mundo de 1986 pasó bien la noche, pudo descansar de manera óptima y hasta desayunó de manera normal, algo que no estaba siendo habitual en los últimos días debido a su malestar anímico. Claro que el ex futbolista no está solo, siempre lo acompañaron y estuvieron a su lado dos de las personas que lo asisten constantemente, como Maximiliano Pomargo, su mano derecha y cuñado de Morla, y Johnny Espósito, su sobrino e hijo de Mary Maradona.
“Como comenté ayer, los días, cuando se ve esta situación, son tres aproximadamente. Esperemos que quiera quedarse hasta mañana. La idea es quedarse acá, él está bien de ánimo. Los tratamientos que le vamos a hacer ahora son para resolver una parte clínica, que lo hacía estar muy débil, cansado, pinchado, y caminar mal”, señaló Luque sobre los pasos a seguir.
El especialista comentó que pudo ver a Maradona, con quien salió a caminar dentro de la clínica, y charló acerca de cómo seguir. “La idea es mejorarlo todo lo que se pueda, el tiempo que necesitamos es un poco más. Él, al verse bien, se quiere ir como siempre, pero le dije que banque. Siempre mi idea es tenerlo acá porque los estudios son más rápidos, no hay que esperar”, expresó el especialista, que cuando arribó a la habitación se encontró con el Diez mirando un partido de tenis en la televisión.
Más allá de que Luque informó que “la idea es que no tenga visitas ya que hay protocolos del sanatorio que debemos respetar”, una fuente aseguró que Diego pudo llamar a sus seres queridos para hacerles llegar tranquilidad sobre su estado. Fue así que, después de levantarse, tomó el teléfono y mantuvo contacto con sus hijas Jana y Giannina, y con dos de sus hermanas.
Al notar una mejora en su estado de salud, Maradona consultó al médico si podía marcharse a su casa, a lo que él le explicó que esta tarde se le harán algunos estudios más y que si todo sigue normal se podrá ir mañana. Pelusa entendió y lo aceptó, aunque pidió que agilicen los chequeos. Esto lo reforzó el propio Luque en declaraciones con la prensa: “El objetivo mío, uno se pone objetivos reales, es que se quede hasta mañana. Tiene principio de autonomía y hay que respetarlo, está totalmente consciente”.
Las primeras horas de Diego en la clínica Ipensa parecen positivas y, de seguir así, seguramente el astro nacido en Villa Fiorito reciba el alta este miércoles por la mañana. Aunque, claro está, los que más lo conocen quieren ser precavidos. “Todos tenemos planes y después cada uno ejecuta como puede, la verdad es que a veces hay que ajustarlos. No es matemático, no es que uno hace algo y da perfecto”, resaltó Luque, quien esta tarde volverá a la clínica para entregar un nuevo parte médico.
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