Calchín es un pueblo de 3200 habitantes que se encuentra en el departamento de Río Segundo, Córdoba, y se dedica mayoritariamente a la agricultura. De allí surgieron algunos futbolistas, como José Luis Chivo Rolfo (goleador de Instituto en la década del 70) , Toscano (arquero de Belgrano) y Germán Tato Martellotto, que jugó en Belgrano, Deportivo Español, Rosario Central, Deportivo Cali, América de México y Pachuca. Además pasó por la Selección cuando Alfio Coco Basile era el entrenador.
Sin embargo, por estas horas, todos hablan de una misma persona: Julián Álvarez. El chico de 20 años (31 de enero del 2000) es una de las debilidades por Marcelo Gallardo y una de las cartas ganadoras de este River post-pandemia (lleva cuatro goles -uno a Binacional, uno a San Pablo en el Morumbí y dos en la victoria contra los brasileños en el estadio de Independiente- además de una asistencia, en tres presentaciones).
En el pueblo son unánimes a la hora de describirlo. Las palabras que más utilizan son “tranquilo” y “callado”. Todos destacan que en sus recurrentes visitas para reencontrarse con sus familiares actúa como uno más y recalcan que “es un chico al que no se le subió la fama a la cabeza”. Un claro ejemplo fue el gesto que tuvo para con su primer entrenador, Rafael Varas.
La Arañita, como todos lo llaman en esta localidad, se enteró de que su ex director técnico necesitaba una camioneta para el reparto que hace en distintos supermercados y no lo dudó. Su padre sorprendió al Rafa con un nuevo vehículo. “Me llamó Julián y estuve diez minutos al teléfono y no pude decirle más de 3 palabras. Me emocioné, lloré. Lo conozco desde chiquito”, le confesó Varas a Infobae.
Su amor por la pelota nació prácticamente desde su primer día de vida. A los dos años, cuando la pelota era casi tan grande como él, acompañaba a sus hermanos Rafael y Agustín. Un año y medio más tarde se sumó de manera oficial a la escuelita de fútbol del Club Atlético Calchín, que casualmente tiene el mismo diseño de camiseta y prácticamente el mismo escudo que River Plate.
“Era la misma persona que es hoy, pero en miniatura. Una persona muy calladita, muy responsable, centrada. Y jugaba muy bien a la pelota. Siempre hacía caso, nunca peleaba con sus compañeros, y menos con los rivales”, rememoró Varas.
Claudio Gorgerino, intendente de Calchín, se mostró en la misma línea que el experimentado formador a la hora de describir al delantero millonario. “Somos vecinos. Nuestras familias se criaron juntas. Su casa está cerca del club. Sus hermanos mayores son un poco más extrovertidos, más picarones, pero la Arañita no. Siempre tuvo un perfil muy bajo, pero con la pelota ahí cerquita. Acá hizo la primaria y siempre fue un buen alumno. Es muy buena gente, como toda su familia. Su mamá es maestra jardinera, y creo que eso influyó. Era muy cumplidor. Es un chico tranquilo, muy bueno”, rememoró en diálogo con Infobae.
Regalarle un vehículo a su primer entrenador no es el único gesto que le destacan a Álvarez. El intendente político recalcó que en cada una de sus visitas a su pueblo, el futbolista de River se acerca al Club Atlético Calchín con botines, remeras y conjuntos deportivos para los más chicos. “Es un tipo excelente. Siempre lleva cosas, y hasta los de Boca se quieren poner lo que trae Julián”, comentó.
Desde sus inicios en inferiores llamó la atención de propios y extraños. Rafael Varas rememora que hasta los árbitros le preguntaban si hoy jugaba el chico al que le decían La Arañita, ya que varios de sus compañeros habían quedado impactados por su talento. “Siempre fue el goleador de la liga, lo fue varios años seguidos. Y daba ventajas, porque jugaba siempre contra chicos más grandes de edad”, recalcó.
“Con ver sus estadísticas te das cuenta. Vas a la casa de sus padres y están todas las fotos de él con el trofeo de goleador. Cuando fue campeón hizo 60 goles. Y en las otras temporadas también, hacía de a 40 goles”, reveló Gorgerino. Y luego, añadió: “Era un tipo encarador. La agarraba desde mitad de cancha y ya te dabas cuenta de que tenía una calidad. No había forma de pararlo. Siempre me llamó la atención. Venían a verlo de distintos clubes. Se hablaba de todos los goles que hacía por año”.
Varas recuerda como si fuera hoy una brillante jugada que hilvanó Álvarez cuando tenía 8 ó 9 años, la cual lo terminó de convencer de que estaba enfrente de un jugador con un auspicioso futuro: “Pasó a cuatro o cinco rivales e hizo un gol de rabona. Ahí me di cuenta de que estábamos ante un jugador distinto, una posible estrella mundial”, esbozó.
Con el correr de las temporadas su nombre cada vez sonaba con más fuerza y distintos clubes comenzaron una carrera por contratarlo. Incluso cruzó el Atlántico a los 11 años para realizar una prueba con el Real Madrid. “Estuvo un mes allá. Era tanta la diferencia que sacaba acá que lo venían a ver de todos lados. Los pasaba por arriba a los rivales. Encaraba y se iba hasta el área. Ya sea por derecha o por izquierda. Juega parecido como lo hace ahora con River”, explicó el intendente de Calchín.
“Participó de algunos campeonatos, incluso fue goleador. Pero como era menor de edad, el Real Madrid no podía fichar chicos de esa edad”, agregó Varas. La única alternativa era mudar a toda su familia, algo que finalmente no sucedió. En ese entonces viajó junto a su padre y estuvo casi un mes alojado en la capital española, donde se dio el gusto de conocer y sacarse fotos con algunas figuras internacionales, como Sergio Ramos o los argentinos Gonzalo Higuaín y Ángel Di María. También estuvo presente en el triunfo por 2 a 0 del Barcelona ante el Merengue en el Santiago Bernabéu en la ida de las semifinales de la Champions League de 2011 -los catalanes luego le ganarían la final al Manchester United-.
A su regreso, las oportunidades no le faltaron y Julián probó suerte en Boca -sí, justamente el clásico rival del Millonario- y Argentinos Juniors -llegó a estar en la pensión del club-. “Tuvo la posibilidad de ir a Boca, pero él quería ir a River. Se lo podés preguntar a cualquiera. Cuando a Maradona le preguntaron por su sueño, él dijo que era jugar en la Selección. Bueno, con él era algo parecido. Él soñaba con ir a River. Él es hincha de River. Eso lo resume todo”, remarcó el dirigente político.
A fines de 2015 su ansiado momento llegó. Cazatalentos de su amado millonario fueron a Embalse Río Tercero a probar jugadores y quedaron eclipsados por Álvarez. “No lo dudé porque ya era más grande y sabía que las oportunidades se me iban a acabar”, expresó el cordobés al sitio oficial del club. En esa misma entrevista le pidieron que se describiera como jugador. Y respondió: “Me gusta más jugar y estar en contacto con el balón. Llego al gol por consecuencia del juego. Y eso me sale naturalmente y no me genera ningún tipo de presión. No soy un delantero de área, me gusta arrancar desde atrás y jugar por todo el frente de ataque. No tengo una sola forma de definir, sino que lo hago de varias maneras. No me obsesiona ser goleador”.
Ya en 2016, con la verdadera banda roja cruzada en el pecho, la carrera del atacante se convirtió en meteórica, siendo partícipe recurrente de las distintas selecciones juveniles de Argentina -fue sparring de la Mayor en el Mundial de Rusia 2018 y disputó el Mundial Sub 20 de Polonia- y observado de manera minuciosa por Marcelo Gallardo.
“Es un jugador que a los entrenadores nos encanta. Por su calidad, por su generosidad, por su picardía. A cualquier cuerpo técnico le gustaría tenerlo. Es un chico muy joven y tiene mucho recorrido por delante”, supo reconocer públicamente el Muñeco sobre la Araña, al ser consultado por su destacada actuación con la camiseta albiceleste luego de conseguir el boleto a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.
Una clara demostración de la fe que tiene depositada Napoleón en el cordobés es que lo incluyó en partidos claves, relegando a jugadores con más renombre y trayectoria. Disputó 23 minutos en la histórica final ante Boca en el Santiago Bernabeu de Madrid y 22 ante Flamengo, en Lima, en la definición de 2019.
Si Álvarez, que debutó en Primera División el 27 de octubre de 2018 en una victoria por 1 a 0 sobre Aldosivi en el Monumental, no jugó más partidos fue porque adelante tenía a jugadores en un altísimo nivel y con enorme recorrido, como Rafael Santos Borré, Lucas Pratto, Ignacio Scocco y Matías Suárez. Tras la partida de Nacho, sumado a que el Oso estaba lesionado y a la posiblidad de “volantear” si es necesario, Gallardo apostó por Ávarez y él no defraudó. En el reinicio de la Copa Libertadores lleva convertidos dos goles y brindó una asistencia en dos presentaciones.
Calchín se encuentra totalmente revolucionado por este presente del punta de 20 años que tiene contrato con River hasta diciembre de 2023 y una cláusula de 25 millones. “La gente vive su presente con una enorme alegría. Hay hinchas de Boca que gritan sus goles. Te dicen ‘no queremos que gane River, pero los goles de la Araña los tenemos que gritar’. Nuestra camiseta es igual que la de River. El 80 por ciento de la localidad es de River”, le explicó a Infobae Rafael Varas.
Hasta el momento lleva disputados 27 partidos con la camiseta millonaria, en los que aportó 5 goles (Independiente, Inter de Porto Alegre, Central Córdoba de Santiago del Estero, San Pablo y Binacional) y 5 asistencias. Además, ya celebró tres títulos: la Libertadores 2018 ante Boca, la Recopa 2019 frente a Atlético Paranaense y la Copa Argentina 2019 contra Central Córdoba de Santiago del Estero.
Su carrera recién comienza, pero en River son varios los que depositan sus esperanzas en la Araña, un futbolista que no para de trepar hacia la cima.
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