Oscar Ruggeri explotó contra la inseguridad y la clase política: “Están matando a los pibes, violan a las pibas, ¡déjense de joder!”

El ex defensor de la Selección se indignó por las dolorosos que dejó el fin de semana y decidió enviarles un fuerte mensaje a los dirigentes políticos

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El enojo de Ruggeri

Desde que aceptó formar parte de un programa televisivo como panelista, la figura de Oscar Ruggeri parece haber adquirido tanta trascendencia como en su época de jugador de fútbol cuando se consagró en el Mundial de 1986 con la Selección. Las reacciones y declaraciones del Cabezón siempre repercuten fuertemente en redes y esta vez no fue distinto cuando el ex zaguero alzó la voz y emitió un fuerte descargo contra la inseguridad y la clase política.

Mientras Sebastián Vignolo, el conductor de 90 Minutos (Fox Sports), dialogaba con el resto de sus compañeros acerca de quién debía ocupar el arco de la Albiceleste si Esteban Andrada o Franco Armani, la conversación fue mutando con algunas chicanas dirigidas a Ruggeri, hasta que el ex Boca, River y Real Madrid explotó: “No me hagás hablar que me caliento mal... Ayer mataron a una pibita policía de 23 años. Pobre piba. ¿Para llevarse el celular necesitan matarla? Dejate de joder, llevate el celular y dejala viva. Los que salen a robar dejense de romper los huevos, no hace falta tirarle un tiro en el pecho. ¡Por favor!”.

El disparador del Cabezón fue el crimen ocurrido en Quilmes Oeste el pasado domingo, cuando Ariana Micaela Romero, una agente de la Policía Federal Argentina (PFA) que trabajaba como custodia en la Quinta presidencial de Olivos, fue asesinada este domingo de un disparo en el pecho. Este hecho provocó la indignación del ex futbolista de 58 años. “Mataron a una pibita recién recibida de policía, con un futuro enorme, con una nenita de dos años. Chorros: ¡Déjense de romper los huevos! Ahora hay que mandarle mensaje a los chorros. Que tengan códigos. Si te llevás el celular, bueno, no los podemos parar, pero ¿por qué esa maldad de matar a la nena?”, señaló con bronca.

Otro de los episodios al que Ruggeri hizo referencia fue al del hombre de 30 años que admitió violar a su hija en audios de WhatsApp y fue tendencia en redes. “Después por buena conducta, afuera. Y la nena en un cajón. ¡Dios mio! No nos curamos más y nadie dice nada. El otro día un violador, con la hija de seis años. ¡Dejense de romper las pelotas con esos tipos! ¿Para qué quieren a un tipo que viola a su propia hija? No puede andar suelto en la calle, no puede vivir con nosotros. Están viendo las fotos, las lesiones, que el año que viene... Pónganse las pilas. Hay cosas importantes que arreglar. Están matando a los pibes, violan a las pibas, hacen lo que quieren. ¡Déjense de joder! Arreglen ese tema que nos preocupa a todos, la seguridad. Si no estamos pidiendo nada de otro mundo”, reclamó ante el silencio de sus compañeros, que lo dejaron explayarse.

Luego el reclamo del ex central de la Selección fue hacia los dirigentes políticos en general y cómo se está tratando el tema de la pandemia del coronavirus: “Se reunieron 150 mil veces, digan qué tenemos que hacer. Alguien serio que nos diga hasta cuándo. Ya no sabemos si hay que salir o no, si salís está todo el mundo en la calle y sin barbijo, juegan a la pelota... Manden un mensaje porque esto es un quilombo. Hagan algo y digan algo serio y concreto: qué tenemos que hacer los que nos cuidamos, los que nos quedamos en casa y tenemos miedo porque ahora nos está tocando de cerca. Todos tenemos un enfermo que es nuestro familiar y nos asusta el tema. Señores: sean serios”.

Políticos: pónganse de acuerdo y arreglen las cosas porque en el medio estamos nosotros. La gente que quiere trabajar, pagar el impuesto como corresponde y vivir bien. No es difícil. Me tienen hinchado las bolas con ‘soy de derecha’ o ‘soy de izquierda', no los entiendo. Nos mienten en eso, no son nada. Son políticos que los votamos para que nos administren las cosas bien y para que nos digan qué tenemos que hacer para que la Argentina camine para adelante. Nada más les pedimos”, cerró con un tono enérgico, producto de todo el fastidio acumulado.

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