Marcelo Gallardo quiere optimizar al máximo el tiempo que tiene de cara al debut oficial luego de este largo parate a raíz de la pandemia provocada por el coronavirus. River, que no juega por los puntos desde el 11 de marzo (goleada por 8 a 0 ante Binacional), tiene marcado en rojo en su calendario el 17 de septiembre, fecha en la que deberá viajar a Brasil para enfrentar a San Pablo por la Copa Libertadores.
Con este panorama planteado, en las últimas horas salió a la luz el ofrecimiento de Martín Yeza, intendente de Pinamar, de crear una “burbuja sanitaria” para el plantel millonario en esa localidad balnearia, algo similar a lo que ocurre con la selección femenina de hockey. Las Leonas, al ser profesionales olímpicas clasificadas para Tokio 2020, cuentan con un permiso nacional para poder ingresar a cualquier destino de todo el país.
Según le confiaron a Infobae, la dirigencia del club de Núñez agradeció el ofrecimiento pero tomó la decisión de continuar con su puesta a punto en el River Camp, un predio que en el último tiempo tuvo importantes mejoras. Cuenta con un total de 14 hectáreas -todas con wifi- y más de 1100 metros cuadrados de obra civil. 7 canchas de fútbol (tres tienen las mismas dimensiones que las del Monumental), riego automático, vestuarios, sector de masajes, jacuzzi para los jugadores y nuevos departamentos de kinesiología, neurociencia, psicología y nutrición.
“Nosotros ya tenemos nuestra propia burbuja”, explicaron desde River. En Pinamar, los de Marcelo Gallardo hubieran tenido un espacio mucho menor para practicar, sumado a que el estado de los campos de juego es muy superior en Ezeiza, algo que es clave para el director técnico.
River volvió a los entrenamientos el pasado lunes, divididos en grupos separados en tres turnos. Ayer se sumó Matías Suárez, quien debió estar una semana en cuarentena en su domicilio en un barrio privado de Córdoba a raíz de un brote de coronavirus. Hoy comenzará Juan Fernando Quintero, que pasó parte del aislamiento en su Colombia natal. Aún restan integrarse los defensores paraguayos Robert Rojas y Jorge Moreira.
En la práctica de ayer el equipo estuvo dividido en tres grupos de trabajo. El primero y el tercero realizaron circuitos físicos de potencia y velocidad y trabajos técnicos, mientras que en el segundo dijeron presente los arqueros (Franco Armani, Germán Lux, Enrique Bologna y el juvenil Franco Petroli -el único ausente fue Ezequiel Centurión, que dio positivo al test de coronavirus-), que llevaron adelante ejercicios específicos del puesto. El único que practicó diferenciado fue Benjamín Rollheiser, que se encuentra en la etapa final de una larga recuperación.
El primer compromiso oficial para los de Núñez será el jueves 17 de septiembre ante el San Pablo de Dani Alves en Brasil. A los pocos días deberá tomar nuevamente un avión para enfrentar el 22 a Deportivo Binacional de Perú. Luego, el 30 recibirá a San Pablo y cerrará su participación el 20 de octubre ante Liga de Quito como local.
Tras solamente disputadas dos jornadas, todos los integrantes del Grupo D de la Copa Libertadores ostentan 3 unidades.
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