Al nublado y húmedo domingo 4 de agosto de 1985 le quedaban aún tres horas de existencia. Los seguidores del fútbol que de alguna manera se habían enterado, porque no tuvo mayor difusión su aparición, sintonizaron ATC para ver de qué se trataba ese nuevo programa que salía al aire. Exactamente allí, a las 9 de la noche, comenzó a sonar la melodía que sería su ADN por todos los tiempos y era con la que finalizaba la película “Blade Runner” del año 1982. Con ese fondo se sucedían imágenes tomadas el fin de semana anterior en cancha de Ferro, durante el partido entre Argentinos Juniors y San Lorenzo, con tomas de las tribunas y acciones de juego, al tiempo que se leían los títulos. A continuación, un plano de la modesta escenografía y él. Ese periodista de vasta e impecable trayectoria, que dio la bienvenida a un mundo que duraría 25 años ininterrumpidos: Enrique Macaya Márquez, sinónimo eterno de Fútbol de Primera, que así recuerda como fueron los inicios.
“Nosotros veníamos haciendo en los años anteriores un video con el partido más importante de la fecha que iba sin mayores ediciones y con recursos limitados, porque no había tecnología suficiente. Hasta que apareció Torneos, con Carlos Ávila a la cabeza, interesado en ver como se podía mejorar la televisación del fútbol argentino y a partir de allí se comenzaron a comercializar los derechos. Se inició como una intención o una idea, que terminó siendo un gran programa, por el respaldo técnico que había detrás. De a poco me fui involucrando un poco más, ya que antes, como era solo el encuentro más destacado, hacía mi comentario y luego me iba a mi casa. Ahora tenía lugar para poder analizar el juego y allí fue donde aprendí muchas cosas con los editores, ya que pasaba horas con ellos observando escenas. A medida que se incorporaba tecnología también sumábamos conocimiento”.
Desde el inicio, él fue la cara de un programa que de a poco fue sumando gente detrás de cámara, como Juan Cruz Ávila, actualmente exitoso productor de la televisión argentina y que estuvo desde el germen del envío: “En 1985 yo tenía 15 años y comencé a recorrer los pasillos de ATC, como asistente de mi viejo y desde allí estoy dentro de un control de televisión. Aprendí muchas cosas, como por ejemplo la compaginación de los partidos, que eran en cinta, con grandes editores a mi lado. Mi papá miraba mucho las cosas que hacían en Estados Unidos y allí surgió la idea de no transmitir en directo, sino dar un partido principal pero diferente a lo que se había visto. Creo que el truco distintivo estuvo en que al aire no se notaba que estaba editado, porque la gente no percibía los cortes y en 20 minutos tenía lo mejor de un encuentro que duraba 90, sin sentir que se había perdido nada”.
Enrique Macaya Márquez pertenecía al canal desde mediados de la década del ’60 y desde fines de los ’70 hacía dupla con Mauro Viale en las transmisiones de ATC. Se llevaban muy bien y eso se percibía en la pantalla: “El estilo de Mauro era muy europeo, donde solo se identificaba al futbolista y yo tuve que inventar un poco mi función, porque no existían los comentaristas en la televisión extranjera. Allí pensé cómo hacerlo y me propuse, como primera medida, no estropear el relato, ni meterme demasiado, salvo el hecho de usar las imágenes como explicación. Desde un primer momento se dio una excelente complementación, no solo con él, sino con Horacio de Bonis, que hacía el campo de juego, porque entre los tres estaba la premisa del respeto al trabajo del otro”.
El citado domingo 4 de agosto de 1985 se disputó en su totalidad la 5° fecha del campeonato de primera división 1985/86, primer torneo por temporadas, en el marco de una nueva restructuración. Tal como era la premisa del nuevo programa, tuvo un partido principal disputado en la Bombonera (Boca 2 - Deportivo Español 2) y solo uno más como complemento, con los relatos de Oscar Gañete Blasco, un histórico de la emisora. En cancha de Estudiantes, el local perdió 3-1 contra el que sería el mejor equipo del certamen y que se ganó con justicia un lugar en la historia: El River de Enzo Francescoli con la dirección técnica del Bambino Veira.
Argentina Televisora Color, antes canal 7, desde siempre la emisora oficial, tenía una larga tradición de emitir fútbol, tanto de Primera División, como a la Selección y en algunas ocasiones al Ascenso. Es un lugar muy especial, como lo refrenda Ávila: “Le tengo un cariño enorme y allí la pasé muy bien en buena parte de mi adolescencia. Sinceramente, ahí fue donde aprendí todo lo que hay que hacer en la tele, fundamentalmente mirando a los compañeros. En esa época en sus instalaciones te cruzabas con mucha gente vinculada a la industria en un aprendizaje permanente, donde todos nos íbamos nutriendo de las novedades tecnológicas que llegaban. Mi padre comenzó a tener éxito de rating y facturación e invertía gran parte en la mejora de los equipos, para enriquecer los móviles. Y también con excelentes profesionales al aire. Enrique es un fenómeno y Mauro marcó una época con el famoso ‘Muevo yo Mauro', que le decían los jugadores antes de empezar”.
Hay una palabra determinante en esta historia que es derechos. Porque no existían con respecto al fútbol en nuestro país como lo describe Macaya: “El cambio grande se dio por ese tema. Canal 9 tenía ‘Todos los goles’ con Marcelo Araujo, Adrián Paenza, Fernando Niembro y Dante Zavatarelli. La producción del programa mandaba las cámaras del noticiero a las canchas y no pagaban nada y estaba perfecto, porque AFA no cobraba los derechos y ese fue el diferencial que estableció ‘Fútbol de Primera'. Era algo que nunca se había regulado. Arrancamos con tres cámaras: las dos de arriba para seguir el juego y la del campo de juego, que se utilizaba también para ir a los vestuarios y para la apertura. La parte técnica era como artesanal, porque primero debían chequear el estadio, para saber cómo comunicarse de allí al canal. Una vez establecido esto, se hacía el enlace por microondas desde la cancha hasta un edificio, donde había que pedir la autorización o alquilarlo y desde allí a los estudios, algo que ahora parece increíble”.
En la misma sintonía van las precisiones del hijo del creador de “Fútbol de primera”: “Lo que mi viejo hizo con D´Amato padre (gerente de deportes de ATC) es decirle a Julio Grondona que le iban a pagar por los derechos, el modelo que mi papá había visto tantas veces en Estados Unidos de la empresa IMG. Allí arranca el derecho del deporte a televisar, porque en esa época no se pagaba ni por una película, algo que solo ocurría acá. Todo acompañado por un gran salto a nivel tecnológico, que es el sello distintivo de Torneos hasta el día de hoy: pensar en estar a la vanguardia. Se mejoró notablemente, porque el mismo producto que hasta 1984 medía dos puntos, pasó a tener 10”.
El jueves 27 de julio de 1989, River Plate venció a Boca Juniors 2-1 en cancha de Velez por la final de la rueda de perdedores de la Liguilla. En lo deportivo, marcó el último partido oficial de Daniel Passarella y en lo televisivo, la despedida de “Fútbol de primera” de ATC para pasar a canal 9, el líder absoluto, que para Enrique Macaya Márquez significó un momento especial: “Llegó esa posibilidad y Mauro Viale decidió quedarse en ATC, porque le interesaba más el periodismo general que el deportivo o el exclusivamente futbolístico. Yo tuve que tomar una decisión difícil, porque irme con Torneos significaba renunciar al canal y a más de 20 años allí. Por suerte, el desarrollo de los acontecimientos me dio la razón de que no me había equivocado. Cuando llegamos al 9, Marcelo Araujo ya estaba trabajando allí desde hacía muchos años y la complementación se dio de forma natural. Recuerdo que me dijo: “Acá vamos a tener que hacer un poco de todo, hasta acomodar la escenografía (risas)”. Era algo lógico, porque en aquel momento un camión de exteriores de ATC llevaba 25 personas y el del 9 apenas 8. Marcelo fue un creador, poniéndole un sello particular y personal al relato. Un revolucionario e innovador. Tenía muchas virtudes, porque era locutor profesional y un relator que entendía de fútbol y de reglamento”.
El programa deportivo más exitoso pasaba a la emisora líder en audiencia, en una ecuación que no podía fallar. Pero en el mundo de los medios, dos más dos no siempre es cuatro, como lo dice Juan Cruz Ávila: “Cuando Alejandro Romay detecta el fenómeno creciente, hace una oferta y compra el programa, que ya tenía los derechos. Al principio estuvo todo bien, pero luego él se equivoca porque no apuesta 100% al programa, al dividirlo en dos partes. A las 20 el compacto del partido principal y a las 23 el resto de la fecha, mientras en el medio iba Mario Pergolini con “Hacelo por mí” para competirle a Marcelo Tinelli con “Ritmo de la noche”. Mi viejo se enojó mucho por eso y comenzaron las negociaciones con el 13, donde puso la condición, más allá de los detalles económicos, de ir de 22 a 24 todos los domingos. Y fue un éxito arrollador”.
También para Enrique Macaya Márquez aquella situación marcó un quiebre: “El pase a canal 13 fue fundamental para la expansión de Torneos como empresa y el crecimiento del programa. No solo había directores de cámara, sino que había directores de cine. Para hacer la apertura, que a lo sumo podía durar tres minutos, se enviaba una cámara exclusiva para eso con una programación previa de lo que debía registrar, por ejemplo, padres con niños de hasta 12 años, etc. Una moto lo llevaba rápidamente para que se hiciera la edición. Yo volvía de la cancha y tenía a disposición muchísimo material para analizar posiciones adelantadas o jugadas complejas. Había un vagón de gente trabajando detrás del producto”.
Siempre hay lugar para las anécdotas y momentos risueños, como los que vivía Enrique en los tiempos iniciales de “Fútbol de Primera”: “Se dio una situación particular, porque yo también era comentarista de radio Rivadavia. En principio pensé que no se iba a poder, pero me insistieron y le buscamos una vuelta. Como el trabajo en TV no era en vivo, en la radio podía hacer sin inconvenientes la previa, el entretiempo y la parte final, Pero me enloquecía por momentos (risas), porque tenía dos auriculares. En uno escuchaba al director de cámaras de ATC y en el otro la transmisión de José María Muñoz, además había dos micrófonos con llave para cortar, uno para cada uno. Obviamente a veces me pasó de abrir el equivocado”.
Si algo identificó al programa a lo largo de su rica historia fue la cortina musical, del grupo Vangelis, que tiene un origen muy particular, tal como lo rememora Ávila: “Mi viejo un día llegó a casa con un cassette con dos temas. Nos reunió a mi vieja, mi hermana, mi hermano y a mí y le dio play. Ambas pertenecían a películas y no recuerdo qué integrante de la familia fue el primero en decir ‘ésta’ y ahí quedó, la que hasta el día de hoy es como un símbolo. Mi papá fue el gran soñador que consiguió todo, el que pensó una forma distinta de transmitir el fútbol, a partir de pasarse horas con los viejos y enormes cassettes U-matic, observando cómo se hacían las cosas en Estados Unidos. Él creó una mística de mejora constante que se mantuvo hasta el último día”.
Enrique Macaya Márquez ha sido ejemplo y espejo de varias generaciones de periodistas deportivos, a lo largo de su brillante trayectoria que lo ha llevado, nada menos, que a la cobertura de los últimos 15 Mundiales sin faltar a ninguno. Pero “Fútbol de Primera” es un eslabón reluciente de su vida y al consultarlo sobre lo que significó para él, lo resume así: “Era un programa muy bien hecho, del que participaba activamente, pero pasados los años, tomé conciencia de la enorme trascendencia que tenía. Me doy más cuenta aún hoy de ello, de una noción que no podía tener cuando estábamos al aire. Como estaba tan metido, tomaba como hecho natural semejante trascendencia”.
Cuando al domingo 4 de agosto de 1985 solo le quedaba una hora de vida, muchos televidentes apagaron el televisor sintiendo que habían sido testigos de algo diferente. Sin dudas, nadie podía pensar en la longevidad de un producto que fue mutando para mejor sin abandonar su esencia. Ni tampoco dejar en el camino esa canción símbolo, la misma que cuando escuchamos años después, no saca una sonrisa al recordar los buenos tiempos vividos. Tiempos de sueños. Tiempos de primera.