Las confesiones del Tano Pasman: la promesa incumplida por River, el Superclásico que afectó su salud y las increíbles anécdotas tras su video viral

Hace nueve años saltó a la fama por sufrir el inminente descenso del Millonario. Para él, y su amado club, fue un antes y un después. Sueños cumplidos, anécdotas con Suar, Charly García y la vez que tuvo que “elegir” entre Messi y su mujer. “Sigo puteando de la misma manera”, admite

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El Tano y la TV, una sociedad que explotó en las redes. "Hinchas de otros clubes me dicen que se identifican conmigo", afirma
El Tano y la TV, una sociedad que explotó en las redes. "Hinchas de otros clubes me dicen que se identifican conmigo", afirma

“El video me cambió la vida pero no lo esencial: los valores y mi familia”. La conversación telefónica con Santiago Pasman (el Tano Pasman, como lo bautizó a los dos años su hermano) arranca con una declaración de principios.

“El video” es aquel que se viralizó en junio del 2011, cuando un River Plate diametralmente opuesto al actual se jugaba ante Belgrano su permanencia en Primera División. Finalmente descendería y la filmación casera subida a YouTube, con Pasman sufriendo el partido de ida de la Promoción (el equipo cordobés se impuso 2 a 0) entre gritos, maldiciones e insultos espontáneos, se convertiría en un retrato de época: conjugaría la dramática e impensada caída de un grande con la descomunal forma en que los hinchas argentinos viven su pasión.

Nueve años atrás, las imágenes del hombre totalmente desencajado en el sillón de su living llegaron a manos de un amigo de la familia, quien no resistió la tentación y las subió a la red. “Cuando me dijo que quería subir el editado le dije: ‘Subís eso y te cago a trompadas'. Pero lo subió igual”, cuenta hoy entre risas Santiago, ya con 61 años, en diálogo con Infobae. Las reproducciones se contaron por millones. “Hasta Manu Ginobili lo difundió. Me lo dijo él en un partido de la Selección de básquet al que fui invitado”, se sigue sorprendiendo. La historia del vecino de Bella Vista y la grabación con la que sus hijos intentaron que “baje un cambio” recorrieron todos los medios y plataformas.

Resguardado en su casa por la pandemia del coronavirus, “remándola en dulce de leche, como la mayoría de los argentinos”, dice, puede afirmar que cambió los gritos de bronca y dolor por los de pura satisfacción. Lo de su amado club fue de película. A casi una década, su grito de “¡Estamos en la B!” parece aún más lejano. El equipo millonario no paró de festejar títulos y es, de la mano de Marcelo Gallardo y un óptimo engranaje institucional, una referencia en el fútbol argentino y en el plano internacional.

El video que lo llevó a la fama

¿Sentís que manejaste bien la exposición mediática cuando se viralizó el video?

Creo que sí, que no hice cagadas ni cosas que pudieran exponerme. Pero me agotó. Imaginate que todos los días tomaba un café con mis amigos y volvía en el tren leyendo el Olé. Un día estaba Martín Palermo en la tapa y al otro estaba yo. Una cosa de locos. Siempre que me llamaron busqué resguardar a mi familia, tratando de mostrar que yo era y soy un hincha más como los miles que hay en Argentina. No es que yo sobresalía por algo, fue una casualidad”.

Una “casualidad” de la que el Tano hoy se sigue arrepintiendo, más allá de las experiencias que pudo vivir a partir de su hit en las redes: “Me arrepiento de todas las puteadas porque se hicieron virales, era un momento de la intimidad y me dejaba mal parado. De la que más me arrepiento es la de J. J. López (el DT de los de Núñez por ese entonces) porque era un ídolo. A mí de verdad me dolió mucho cuando se puso la camiseta de Boca, yo no lo inventé, pero la dirigencia no se portó bien con él”.

Su forma de sentir y vivir el fútbol, tan simpática para los espectadores, rozó límites. En 2014, por el choque de ida de la Copa Sudamericana contra Boca (terminó 0 a 0) sufrió una isquemia cerebral, un accidente cerebrovascular. “Fue duro. Se asustaron mucho mis hijos y mi mujer. Empezó el partido y no me llegaba agua al tanque. Quería decir una cosa y decía otra, no me acordaba los nombres, me contó mi hija que le pregunté cómo se llamaba el 9 de River; era Teo Gutiérrez”, afirmó.

“Estuve internado 24 horas. Cuando el médico me dio el alta me recomendó no ver la revancha. Me senté en la cama y le dije: ‘Le decís esto a mi familia y te cago a trompadas'. Pero una noche antes del partido vinieron todos mis hijos a comer a casa. Fui al grano y les pregunté: “¿Qué pasa que están todos acá?”. Me pidieron por favor que no lo vea. Decí que ganamos con un golazo de Pisculichi”, subrayó.

En el Camp Nou. "Cuando me llamaron de Mundo Deportivo para invitarme pensé que era una joda", cuenta
En el Camp Nou. "Cuando me llamaron de Mundo Deportivo para invitarme pensé que era una joda", cuenta

Padre de cinco -Facundo (35), Santiago (34), Clementina (31), Carmela (29) y Juanita (24)-, nieto de dos y casado hace 36 años con Cristina , su gran amor, Pasman desfiló por medios nacionales y también por varios del exterior, participó de publicidades, dos películas, hizo radio, vio su cara en la tapa de un libro (“Un hincha como vos”, escrito por el periodista Alfredo Luis Di Salvo, con prólogo de Enrique Macaya Márquez) y hasta recibió, en 2012, un premio del diario español Mundo Deportivo.

“Pensé que era una joda. Me llaman diciendo que me querían entregar el premio al hincha del año y que iban a estar Messi, Iniesta, Nadal. Yo puse como condición que la invitaran a mi mujer también porque solo no iba, por más que me pagaran todo. No me llamaron más. Pero a los dos meses íbamos en el auto y ella justo me decía las ganas que tenía de conocer Europa, a lo que le respondí que salvo que compremos postales, olvidate. Terminó de decir eso y me suena el teléfono. Eran de Mundo Deportivo pidiendo los números del pasaporte. Pasamos una semana en Barcelona. Al final de los jugadores fue David El Guaje Villa porque estaba lesionado y los demás tenían que jugar contra el Real Madrid, ya estaban concentrados. Por Messi recibió la estatuilla el Lobo Carrasco (Francisco José Carrasco Hidalgo, once temporadas en el equipo culé). Nos quedamos hablando un rato largo de fútbol.”, relató.

En ese viaje cumplió uno de los sueños de cualquier futbolero, ver a las estrellas que disfrutaba por TV en el mismísimo Camp Nou. Revive el momento: “Me invitaron a ver el clásico por cuartos de final de la Copa del Rey. El Barcelona había ganado la ida 2 a 1, en el Bernabéu. Ésta era la revancha, el gol de visitante valía doble. Ganaba el Barça 2 a 0, era una fiesta. Pero el Madrid hace dos goles, Benzema y Cristiano Ronaldo. Faltaban cinco minutos y, si hacía uno más, pasaba el Real. Yo no lo podía creer: ¡Había gente que se iba de la cancha! Le decía a mi mujer: ‘A mí no me sacas ni con la policía'. Al final empataron 2 a 2, pasó Barcelona”.

6 Años atrás, grabó una publicidad en Chile junto a Charly García
6 Años atrás, grabó una publicidad en Chile junto a Charly García

Lo que siguió para Pasman fue un sabor agridulce. La anécdota parece no tener fin: “Después del partido habíamos arreglado con un periodista para acceder a la conferencia de prensa, me iban a presentar a Messi y a Pep Guardiola, que según él iba a querer conocerme porque había visto el video 14 veces seguidas. Llegamos a la puerta con mi mujer, el periodista sale y me dice que sólo tenía un pase. Pero yo no la podía dejar sola a Cristina. Ella me decía que me quedara tranquilo, que se iba al hotel. No me animé. Al otro día viajábamos. Si llegaba al hotel a las dos de la mañana y no estaba mi mujer, me mataba. Nos volvimos caminando cabizbajos”. Para el Tano, primero la familia.

Más cerca en el tiempo, en 2017, Pasman, quien hace ya siete años se mudó a Capital Federal, recibió otro llamado inesperado. Lo convocaban a participar de la película “El fútbol o yo” de Adrián Suar, dirigida por Marcos Carnevale. En el film Suar era un adicto al fútbol y su pasión por la pelota le generaba todo tipo de problemas, principalmente con su esposa, interpretada por Julieta Díaz. Con ese argumento, Pasman tenía que estar. Su debut en pantalla grande fue, como no podía ser de otra manera, mirando un partido. “Si alguien me decía unos años antes yo iba a estar grabando una escena con Suar le decía: ‘Tomatela'”, se ríe. Como siempre a lo largo de su vida, River iba a decir presente de una forma particular.

“Lo anecdótico fue que el día del preestreno se jugaba River-Guaraní por la revancha de los octavos de final de la Libertadores, a la misma hora. Fui a la sala con mi mujer y mis hijas. Habíamos ganado la ida por 2-0 en Paraguay. A la media hora de estar viendo la película, mi hija, enferma como yo, mira el celular y me dice: ‘Papá, gol de Guaraní‘. Me levanté y les avisé: ‘Yo me voy'. Una locura. Nos fuimos todos a un bar. Al final empatamos 1 a 1 y volví al cine. Lo gracioso es que después en una fiesta con todos los actores me llama Adrián y me dice: ‘¿Es verdad que te fuiste de la sala?' Le contesto que sí, que si nos hacían otro gol íbamos a penales. ‘Vos estás loco', me tira. Y le digo: ‘¿Por qué crees que me llamaron para esta película'. Se mataba de la risa Suar.”

El Tano, que sigue trabajando para una imprenta gráfica, también destaca las charlas con el ex jugador millonario Jonatan Maidana y el hecho de haber conocido a Charly García, con quien compartió la grabación de una publicidad en Chile. “Cuando llegué la producción me explicó que por contrato no podía hablar ni acercarme a Charly. El tema es que no hice a tiempo a avisarle a mi mujer y cuando nos cruzamos con él tenía miedo de que le pidiera una foto y se pudriera todo. ¡Mirá si no se grababa la publicidad por mi culpa, me echaban de Chile! Después el productor me llamó diciéndome que me quería saludar. Me estaban cargando. Charly (reconocido hincha de River) me dijo: ‘Yo sufría como vos Tano. Seguro hiciste todo este quilombo para tomarte un par de fármacos'. Nos quedamos todo el día charlando. Extraordinario”, recuerda con una sonrisa.

Su papá lo hizo hincha de River. "Una vez me desmayé gritando un gol", asegura
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Otro River, el mismo Tano

“La final de Madrid la vi unas quince veces y sigo sufriendo igual. Cuando mi mujer me ve, se ríe. Me la sé de memoria y voy descubriendo nuevas cosas, como algunos foules no cobrados en jugadas claves; por ejemplo, en la del palo de Jara hay una falta anterior a Pity Martínez”, detalla y aclara: “Me tuve que hacer chequeos para poder ver el partido. Después me recetaron unas pastillas para bajar la adrenalina. No funcionaron”.

Pero lo cierto es que la diferencia entre lo vivido en esa fatídica Promoción de 2011 y la actualidad es inmensa. Después del regreso a Primera, dos títulos con Ramón Díaz y once con Gallardo, sumados a la racha ganadora ante máximo rival en cruces directos, representan tiempos dorados para él y todos los hinchas. Sin embargo, Pasman sigue intacto: “Sigo viviendo los partidos de la misma manera. En la final cuando íbamos perdiendo 1-0 miré al cielo y dije: ‘Si ganamos hoy prometo no calentarme más. Fue la única promesa que no cumplí‘”.

El personaje reflexiona, se autodescribe y, sin darse cuenta, retrata un sentir made in Argentina: “Uno las emociones y las pasiones no las puede manejar, sino sería muy fácil. Es como si mi mujer se enamora de otro. Yo no podría desenamorarme en dos minutos. Quedás hecho mierda. Pero no cambiaría mi forma de ser. La pasión te salva, en el fútbol y en la vida, vale la pena”, asegura.

Una vez mi señora llegó a plantearme que nuestro matrimonio se basó en mi fútbol. En River, en mis campeonatos. Y tenía razón. Hay una frase que me parece extraordinaria y es que el fútbol es, entre las cosas menos importantes de la vida, la más importante. Porque está clarísimo que hay cosas más importantes que ganar un torneo o perder la categoría. A mí a veces me cuesta llegar a fin de mes pero es parte de la vida; yo agradezco a Dios lo que tengo, una mujer con la que quiero estar siempre, mis hijos, mis nietos. No puedo pedir más nada”, agrega.

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Durante estos años, hinchas de todos los colores lo saludan en la calle y un encuentro espontáneo, confiesa, puede convertirse en una hora debatiendo sobre fútbol con un desconocido. Hoy Pasman, entre repeticiones, partidos que “engancha” en TV (festejó el ascenso del Leeds de Marcelo Bielsa) y el descubrimiento de Netflix (“no sabía lo que era”, se sincera) sólo espera la vuelta del fútbol argentino. Mientras, con ayuda de sus hijos expresa parte de su amor por River vía instagram, desglosando recuerdos en @tanopasmanok.

A punto de cortar la llamada, se lo escucha contento al Tano, aunque hasta hace poco tenía bronca: “Me quedé caliente por cómo se nos escapó el último torneo. Encima acá en Capital escuchaba los festejos de Boca. Tuve que cerrar todo. Mi hija me decía que habíamos ganado la final más importante. Pero yo también quería la Superliga”. Un hincha auténtico.

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