Un día como hoy, pero de 1950, nacía en San Miguel del Monte, provincia de Buenos Aires, Ubaldo Matildo Fillol, uno de los mejores arqueros en la historia del fútbol argentino. El Pato se convirtió en uno de los principales ídolos de River y fue clave en la obtención de la primer Copa del Mundo para Argentina en 1978.
Aunque su debut con el buzo de Quilmes no fue el soñado (cayó por 6 a 3 ante Huracán en 1969), a partir de ese momento comenzó su carrera ascendente. En 1972 pasó a Racing, el club de sus amores (regresó en 1987 y consiguió la Supercopa Sudamericana en 1988, al vencer al Cruzeiro en la final).
Tras su primera temporada en la Academia, Fillol fue contratado por River, donde vivió varios de los mejores años de su carrera. 7 títulos locales lo avalan: Metropolitano del 75, Nacional 75, Metropolitano 77, Metropolitano 79, Nacional 79, Campeonato de Primera División 1980 y Nacional 81.
Sus enormes actuaciones con el buzo millonario lo llevaron a la selección argentina, donde estuvo hasta 1985. Según el propio futbolista, con su inmortal buzo verde realizó las dos mejores atajadas de su carrera. “Estas fueron las dos atajadas más importantes de mi carrera: ante Johnny Rep y Robert Rensenbrink. Tuve la suerte de haberlas realizado en la final de un Mundial”, escribió el Pato en su cuenta de Twitter hace unos pocos días, al recordar la gesta conseguida en el Mundial Argentina 1978.
Un rechazo corto en el área le permitió a Johnny Rep tener una situación inmejorable dentro del área Albiceleste. El holandés buscó romper el arco con un tremendo remate, pero el ‘1′, con unos impactantes reflejos, envió el balón al córner.
En la otra jugada, Robert Resenbrik picó al vacío, le ganó la espalda a su marca y buscó definir rápido ante la salida del arquero. Un roce en su pierna fue clave para evitar el gol y decretar la victoria de los dirigidos por César Luis Menotti. “Con las manos o con los pies, la clave fue que la pelota no entró. Eso será siempre el ABC de un arquero”, explicó quien fue uno de los porteros suplentes en Alemania 1974.
Luego de un breve paso por Argentinos Juniors, el arquero tuvo su primera experiencia en el exterior: Flamengo. En suelo carioca nuevamente se lució, con dos títulos en dos años: Taça Guanabara de 1984 y Taça Río 1985.
También custodió el arco de un grande de Europa, como el Atlético Madrid en la temporada 85-86. Con el Colchonero consiguió la Supercopa de España en la que los dirigidos por Luis Aragonés vencieron al Barcelona por un global de 3 a 1 (el argentino atajó en la ida -3 a 0-).
Tras su vuelta a Racing, su último tramo como futbolista profesional fue con la remera de Vélez Sarsfield. Aunque con el club de Liniers no pudo consagrarse campeón, en su última presentación tuvo una memorable actuación justamente ante River.
Fue el 22 de diciembre de 1990, donde Fillol dejó una actuación tan brillante como toda su carrera y se convirtió en el “verdugo” millonario. Le atajó un penal a Rubén Fernando Polilla Da Silva para la victoria por 2 a 1 del Fortín, lo que dejó sin chances matemáticas a los de Núñez.
La IFFHS lo eligió como el tercer mejor arquero de Sudamérica del siglo XX por debajo de Amadeo Carrizo y el paraguayo José Luis Chilavert y la AFA lo incluyó en el seleccionado argentino ideal de todos los tiempos en 2016. Además, comparte junto a Hugo Orlando Gatti el récord de penales atajados en el fútbol argentino, con 26 cada uno.
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