Marcelo Gallardo hizo historia en River sentado en el banco de suplentes. De eso no hay ningún tipo de duda. Desde su arribo en 2014, el Muñeco conquistó 11 títulos (7 en el plano internacional), destacándose la Copa Libertadores de 2018. En la final derrotaron por 3 a 1 a Boca en el mítico Santiago Bernabéu.
Los más jóvenes colocan a ese equipo como el mejor de todos los tiempos, por la importancia de ese título y por vencer al rival de toda la vida en una soñada final. Sin embargo, otros ponen por encima al River de 1986 de Héctor Veira.
En esa temporada, los dirigidos por el Bambino ganaron el campeonato de Primera División (dieron la vuelta olímpica en la Bombonera), la Copa Libertadores (la primera en la historia del club de Núñez) y la Copa Intercontinental, algo que aún no pudo repetir ningún plantel del Millonario. En 1996 sucumbió ante Juventus y en 2015, ya en el Mundial de Clubes, cayó contra el Barcelona de Lionel Messi. En la edición de 2018, los de Gallardo fueron sorprendidos por el Al Ain de Emiratos Árabes Unidos en semifinales.
Nery Pumpido, que en 1986 también levantó la Copa del Mundo con la selección argentina en el Estadio Azteca, no dudó ante la consulta de Infobae. Si bien ponderó el trabajo del Muñeco y todos sus logros, afirmó que no hubo como el plantel del 86, donde brillaban futbolistas como Oscar Ruggeri, Héctor Enrique, Américo Rubén Gallego, Beto Alonso, Antonio Alzamendi o Juan Gilberto Funes.
¿Qué recuerda de su paso por River?
Fue lo mejor. Lo máximo que se pudo haber logrado. Fueron 5 años extraordinarios, 5 años con muchos triunfos. La verdad es que estar en una institución grande como River fue algo extraordinario.
¿Por qué cree que nunca se pudo repetir lo que ustedes hicieron?
Porque no es fácil lograr todo lo que se logró en un año. Hoy en día tenés la Sudamericana, la Recopa, la Suruga Bank, la Copa Argentina. Tenés un montón de copas. Podés sumar un montón más, pero lo que se ganó ese año fue lo más importante. Se ganó el campeonato local 5 fechas antes, se ganó la Copa Libertadores, la Copa Intercontinental. Se ganó todo. Se dio la vuelta en la cancha de Boca, algo que a muchos les gustó. Ese año fue extraordinario para River, el mejor año.
Recién comentaba la vuelta en Japón, algo que River nunca pudo repetir. ¿Cree que les falta reconocimiento?
No sé si reconocimiento, pero ese fue el mejor año de River. Después pasa por el tiempo y la forma nuestra, de los argentinos, que muchas veces dejamos de lado esas cosas. Lo que logramos nosotros generó una satisfacción muy grande y quedará en la historia. Hasta el día de hoy, que pasaron 34 años y todavía no se pudo lograr.
¿Qué recuerda de la vuelta en la Bombonera?
Nos tocó justo la posibilidad de jugar con Boca y la quisimos dar, porque era lo que correspondía.
A la distancia, ¿cómo ve al River de Gallardo?
Extraordinario, muy bueno. Con una continuidad de años obteniendo resultados importantísimos. Es una etapa muy buena de River.
Muchos comparan este período con el de ustedes. ¿Son comparables?
Si lo comparás en un año, no hay comparación. Si lo hacés en tiempo, este River tiene un tiempo de ganar campeonatos muy buenos. Una etapa extraordinaria, pero comparándolo con el 86, el 86 fue el mejor año de la historia.
Si se enfrentaran ambos equipos, ¿como saldrían?
Sabés lo que sería ese partido... Pero el equipo del 86 es difícil de igualar, tenía un gran plantel. Tenía tres campeones del mundo (Pumpido, Ruggeri y Enrique) y dos jugadores en la selección de Uruguay (Nelson Gutiérrez y Antonio Alzamendi). Si te ponés a mirar la situación, es difícil tener un plantel como ese. Fue el mejor.
En esa época, los más grandes eran de hacerles varias bromas a los más chicos.
Era una forma de divertirnos y mantener el grupo unido. Hoy seguimos siendo iguales. Tenemos un grupo de WhatsApp y seguimos de la misma forma. Es un grupo muy unido el River del 86. Era un grupo bárbaro, extraordinario.
En su paso por River nunca perdió un partido oficial contra Boca
En 5 años no perdí ninguno oficial. Uno solo, un amistoso en Mar del Plata. También tengo uno con Enrique y Ruggeri, otro récord que no es fácil: ganar la Intercontinental y la Copa del Mundo el mismo año. Va a pasar mucho tiempo hasta que alguien se sume a esa lista de nuevo. Soy el primer técnico que ganó una Copa Libertadores con un equipo de otro país. Estoy entre los 8 que ganaron la Copa Libertadores como entrenador y jugador. Los tengo guardaditos, para esos que hablan…
¿No le sorprende que desde su último paso por Olimpia en 2015 no volvió a dirigir?
No me vuelve loco volver a dirigir. No voy a golpear puertas. Vivo tranquilo. Tengo ganas de estar metido en el fútbol, estoy haciendo cosas con Conmebol, que me gusta muchísimo. Tengo una buena relación con ellos. Están haciendo cosas extraordinarias para el fútbol sudamericano. Si me llaman de algún club, bienvenido sea. De lo contrario seguiré esperando. En Conmebol voy a todos los torneos y finales. Hago cursos y charlas en el exterior, como la que di con Pelusso en Brasil. Íbamos a hacer una en Ecuador y se suspendió por esto de la pandemia. Conmebol consulta mucho a los entrenadores. Se manejan muy bien.
Tras su primera incursión en Los Andes junto a José Luis Brown fue ayudante de Bilardo en Boca. ¿Cómo fue esa experiencia?
Me llamó para trabajar con él. Fue algo extraordinario trabajar juntos. Fue un aprendizaje muy rápido. Me sirvió mucho, fue como hacer un Máster en la Universidad.
¿Cree que ese paso le cerró puertas en River?
No, tuve dos ofrecimiento en su momento. Uno con Aguilar y otra más adelante, pero no se dio. Fueron después de ser campeón de la Libertadores con Olimpia. Alfredo Di Stéfano entrenó a Boca y River. Gareca y Ruggeri jugaron en los dos. No tiene nada que ver eso. Yo fui ayudante, y no iba a despreciar la oportunidad de trabajar con Bilardo, pese a todo el cariño que le tengo a River. Era una muy buena oportunidad. Eso no impidió que tuviera oportunidades para ir a River.
¿Por qué cree que no tuvo tanto reconocimiento en Argentina como sí tiene en el exterior?
Qué se yo, son cosas que pasan. Con lo que hice estoy satisfecho, y eso me alcanza y me sobra.
¿Por qué dice que ser arquero brinda mayores herramientas a futuro para ser entrenador?
Porque el arquero está en una posición que ayuda al entrenador para acomodar a sus compañeros tácticamente en cada partido. Eso te da lugar a aprender un montón de cosas. Es una posición en la que hablás muchísimo dentro de la cancha. Fijate que hay muchísimos entrenadores que antes fueron arqueros.
Fue manager durante un breve periodo en Unión, ¿es una función que le gustaría volver a hacer?
Fui manager en 2009. Paré un año para colaborar en Unión, que no estaba en un buen momento. Hoy sigo siendo técnico, pero en el día de mañana me gustaría ser manager, es una posición que me gusta mucho. Me estoy preparando, estoy leyendo mucho, haciendo cursos y haciendo cosas con gente que está en esa posición. Creo que la experiencia y los años de fútbol me dan para poder hacerlo sin problemas.
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