El 24 de mayo pasado se cumplieron 20 años del histórico cruce entre Boca y River por la Copa Libertadores 2000. El famoso día del “muletazo” de Martín Palermo. En ese juego revancha de los cuartos de final, edición que luego ganaría el Xeneize en la definición ante Palmeiras en Brasil, el Titán se robó todos los flashes al marcar el 3 a 0 final (4-2 en el global) en su vuelta luego de una larga inactividad por la rotura de ligamentos de rodilla.
Carlos Bianchi fue el gran estratega y principal mentor para el retorno de película de Palermo. Días antes comenzó a manejar como una posibilidad concreta la presencia del goleador en el duelo decisivo. Esto le valió una gastada de parte de Américo Rubén Gallego, DT de River, en una conferencia de prensa previa al encuentro.
“De Boca no me preocupa nada. Y otra cosa, si ellos ponen a Palermo en el banco, yo lo pongo a Enzo (Francescoli), así que no hay problema”, bromeó el Tolo, fiel a su estilo irónico y apelando al uruguayo, uno de los máximos ídolos de River, quien llevaba casi tres años de retirado. Por supuesto, era tal la confianza del elenco Millonario, que había ganado el primer partido en el Monumental por 2-1, que no cabía otro desenlace que la clasificación a semifinales.
En este contexto, y con las pulsaciones a mil por la necesidad de un triunfo abultado para eliminar al rival de toda la vida y poder seguir con vida en la Copa Libertadores, Carlos Bianchi tuvo un momento de lucidez para mandar a la cancha a Martín Palermo (el equipo ganaba 1-0 con tanto del Chelo Delgado) y dejar una frase, mezcla de burla y de premonición: “No vino Francescoli, pero vino él”.
Estos dichos del DT más ganador de la historia de Boca captados por la transmisión y muy cerquita de Gallego recién se conocieron hoy, luego de que el sitio oficial de Conmebol de la Copa Libertadores lo publicara en sus redes sociales, como anuncio del encuentro que se emitirá en los próximos días por Facebook Watch.
“Con esa inédita frase, Carlos Bianchi hizo entrar en la cancha, a sólo 15 minutos del final, a Martín Palermo en la vuelta de los cuartos de final de la Libertadores 2000. Lo que ocurrió después, lo recuerdan todos en el mundo del fútbol. ¡Este sábado no te pierdas el partido completo de BOCA 3-0 River en los cuartos de final de la Libertadores 2000!”, reza el anuncio que eligió el sitio y que fue replicado en todas sus plataformas de las redes sociales.
“¿Cómo terminó? Tras seis meses lesionado, (Palermo) marcó el 3-0 de Boca ante River, triunfo que metió al Xeneize en la semifinal de la Copa”, cerró la publicación para celebración de los Xeneizes, y lamento de los Millonarios.
Luego del ingreso de Martín Palermo por Alfredo Moreno, a Sebastián Battaglia le cometen penal y Boca logra el segundo tanto por esa vía con gol de Juan Román Riquelme, a seis minutos del final. Este triunfo parcial por 2 a 0 le daba la clasificación al Xeneize y evitaba los penales. Sin embargo, aún faltaba la gran frutilla para el postre. Con el tiempo cumplido, el Titán selló el 3-0 y, entre lágrimas, desató la emoción de toda la Bombonera.
“El “muletazo” así se conoce al primero de los 23 goles que Martín Palermo convirtió en la Libertadores con Boca Juniors. Esa fue para el xeneize. Y la de 2001 también, como la de 2003 y 2007. En 2004 llegó a la Final y no la conquistó. Un capítulo especial para lo que fue el principio del romance de un técnico, un equipo y la Copa”, publicó el sitio de la Conmebol, en alusión a la gesta de Boca y a la incidencia de Carlos Bianchi en esta época dorada del club.
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