El debate sobre el sexo antes de los partidos en el mundo del fútbol es casi tan viejo -y repetitivo- como el deporte mismo. Quizá uno de los que más filosofó acerca del tema fue nada menos que Carlos Bilardo, quien no solo les pedía a sus dirigidos que no tengan relaciones antes de los encuentros, sino que hasta recomendaba en qué posición era preferible que estos lleven a cabo el acto para preservar su físico lo mejor posible.
De esta manera, quien contó una desopilante anécdota que bien podría respaldar la teoría del Narigón fue Omar Labruna, actual entrenador de Nueva Chicago pero formado como jugador en River Plate. Hijo de una leyenda como Ángel, uno de los máximos ídolos del Millonario, relató lo que le ocurrió una vez cuando todavía era futbolista del elenco de Núñez.
“Me ha pasado de desgarrarme por tener sexo antes de un partido. Uno quería justificarlo que no fue por eso, pero fue así. Es por no cuidarse, no descansar bien. Acostarte, la trasnoche. El físico lo siente, pasa factura”, rememoró entre risas el ex volante en diálogo con Radio La Red.
El condimento que hizo aún más jocosa la historia fue que el DT de Omar en ese momento era su propio padre. “Mi viejo me quería matar, me quería prender fuego”, lanzó.
Sin embargo, el técnico del elenco de Mataderos se encargó de relatar las experiencias de un ex colega que corrió con una suerte distinta a la suya. "Un compañero mío de River, jugador extraordinario de selección, multicampeón, decía que tenía sexto todos los días y el domingo volaba. Estaba livianito, decía”, sentenció, sin dar nombre ni apellido del apuntado.
Fue ahí que al estratega de 63 años se le consultó por cómo deben cuidarse los jugadores los días anteriores al partido. “Siempre se dice hasta cuándo uno puede tener relaciones sexuales. Eso depende de la continuidad y el cuidado de cada uno. Si vos venís teniendo relaciones todos los días, el domingo no tenés piernas. Pero si lo venís manejando bien, no hay problemas. Es decir que hay dos tipos de sexo: el casero y el del que no está casado”, expresó.
Surgido de las inferiores del Monumental, el segundo hijo de Angelito debutó en 1976 y permaneció en la institución hasta 1981, mismo año en que el Feo dejó de ser el entrenador del equipo. Luego tuvo breves pasos por Quilmes, Platense y Sportivo Italiano hasta colgar los botines en 1983.
Como DT, se estrenó en Belgrano de Córdoba en 2003. Pasó por Huracán, Olimpo, Deportivo Cali, Gimnasia y Esgrima de Jujuy, Audax Italiano, Colo Colo, Everton de Viña del Mar, Nueva Chicago, Gimnasia y Esgrima de Mendoza, Boca Unidos y Platense.
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