La increíble historia de Walter Masseroni, el boxeador argentino que volvió de la muerte para desafiar a Mike Tyson

Un grave accidente lo dejó sin signos vitales por diez minutos, pero revivió de forma milagrosa. Su máximo sueño fue pelear con “Iron Mike” y aunque estuvo muy cerca tres veces, confía en que esta vez podrá cumplirlo. Un campeón argentino que con humildad, perseverancia y amor propio pudo derribar todas las barreras

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Exclusivo: el adelanto del desafío de Walter Masseroni a Mike Tyson

Este no es el típico desafío de un boxeador a otro. No se trata de un sueño, como el de tantos, de poder enfrentar al mejor en tu disciplina. Esta es una historia de vida, de superación, llena de obstáculos, muchos de ellos injustos, que no hicieron más que poner a prueba la perseverancia, el orgullo y el amor propio de una persona.

Walter Masseroni es un ex campeón argentino de boxeo que persiguió durante toda su vida el sueño de enfrentar a Mike Tyson arriba de un ring. Fueron contemporáneos y el nacido en Beccar tuvo chances concretas para hacerlo, tres oportunidades claras que por cuestiones extradeportivas no se terminaron logrando. Tras el retiro de ambos, todo estaba acabado, pero se dio la intención de vuelta de Iron Mike. Entonces, tras más de 30 años, esa llama que parecía apagada de repente tomó fuerza y nada parece que vaya a apagarla.

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“Todo en algún momento llega y me siento reconfortado. Siempre tuve fe y Dios me está dando la oportunidad. Estoy convencido de que se va a dar”, asegura Walter a Infobae con una confianza ciega. Aunque no habló directamente con el entorno de Tyson, sabe que “está al tanto de todo lo que está pasando”.

Emanuel, uno de sus hijos y quien está muy presente en esta movida, advierte: “Mike tiró para atrás a todos los posibles rivales y te puedo asegurar que ninguno tiene una historia de fondo como la de mi viejo. Los demás están consagrados, no hay un sentido detrás. Acá sí hay una historia cinematográfica, digna de contar”.

SUS ORÍGENES Y LA LEGENDARIA PELEA ENTRE ALÍ Y BONAVENA QUE JURÓ VENGAR

Archivo familiar
Archivo familiar

Walter Masseroni nació el 28 de septiembre de 1963. Hijo de una mujer de origen español, Zulema Sosa, y de un padre con ascendencia italiana, nacido en Santa Fe, Armando Masseroni. “Me crié en un lugar muy humilde, de gente trabajadora”, cuenta el ex campeón argentino, sudamericano, internacional, latino y mundo hispano de los pesos pesados, quien llegó a tener de entrenador a Horacio García y quien forjó una gran amistad con uno de los mejores peso ligero de todos los tiempos, el panameño Mano de Piedra Durán.

Su pasión por el mundo de los puños nació a los siete años, tras la legendaria pelea entre Ringo Bonavena y Muhammad Alí. “Cuando sea grande voy a ser boxeador, para vengarlo de Alí”, fue la promesa de este niño a su padre, y también a Ringo, frente a un televisor que proyectaba en blanco y negro el triste desenlace del argentino.

La histórica pelea entre Alí y Bonavena

Este fortachón vivió una infancia difícil, pero desde un primer momento mostró cualidades en el boxeo. Valentía, desfachatez, guapeza, algunas de ellas. Tras un arduo y precario entrenamiento, su debut amateur fue a los 15 años y los triunfos caían como sus rivales. Perdió solo tres. No importaba si enfrente estaban peleadores mayores que él y ya era considerado un valor en la década de los 80, donde firmó 63 peleas oficiales tildadas muchas de ellas por los diarios de la época como “violentas carnicerías”. Muchos creían seriamente que se estaba forjando el primer campeón mundial peso pesado de Argentina.

EL ACCIDENTE QUE LO MATÓ POR “10 MINUTOS” Y LO RETIRÓ DEL BOXEO

Pero la tragedia golpeó su puerta y, tras un accidente en moto, su otra pasión, perdió la vida por diez minutos. Despertó camino a la morgue, bajo el asombro de los bomberos que minutos antes lo habían encontrado en la calle sin signos vitales. “Era uno de los candidatos a los Juegos Olímpicos de 1984. Me voy a dar una vuelta en la moto y me accidenté fuerte en la boca, me rompí todos los dientes. El doctor me revisó y no tenía pulso. Estuve muerto diez minutos”.

Walter, quien en ese entonces tenía apenas 19 años, detalla qué sintió en ese lapso y da una revelación impactante: “Sentí que iba por un túnel y vi una luz que me encandilaba. Fue un 26 de mayo y al otro día mi mamá iba a cumplir años. Le pedí a Dios que no me llevara, quería ver a mi mamá nuevamente. Después, hablando con ella, me cuenta que en el mismo momento, en casa, decía: ‘¡mi hijo se mató, mi hijo se mató!’ Los bomberos cuando llegaba a la morgue me destapan y al volver a tocarme el pulso, dicen: ‘Empezó a latir de vuelta, ¡pará que está vivo, no está muerto!’”.

Recortes de los diarios Crónica, Popular y zonales sobre la carrera ascendente de Walter Masseroni (Archivo Familiar)
Recortes de los diarios Crónica, Popular y zonales sobre la carrera ascendente de Walter Masseroni (Archivo Familiar)

Tras 20 días internado, Walter salió con 9 piezas dentales menos y lesiones graves. “A los pocos días, sin dientes, salí a correr. Quería volver a entrenarme”, cuenta con el orgullo intacto. Su sueño seguía latente, pero su físico no se lo permitía. Este accidente fue un antes y después en su vida. Aparecieron los ataques de pánico, de ansiedad, y se sumaron problemas psicológicos causados por el tremendo trauma que había sufrido, con solo 19 años. El golpe anímico había sido igual de duro que el físico, por eso abandonó la práctica deportiva por dos años.

EL RESURGIMIENTO Y EL NUEVO SUEÑO LLAMADO MIKE TYSON

Su debut en el profesionalismo se dio de una manera particular. Llevaba dos años fuera del boxeo y llegó un llamado siete días antes para una pelea en el mítico Luna Park. De entrenamiento, poco y nada. No le importó y bajó rápidamente seis kilos para dar el peso. Su rival fue Miguel Mosna, en una velada con Luero y Abeldaño como reconocidos boxeadores de fondo. Aguantó como debía, aun con la mano derecha rota desde el segundo round. Perdió en las tarjetas por un punto y volvió a las sombras. Otros dos años de inactividad, con un boxeo que seguía sin mostrarle la mejor cara.

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Hasta que logró el título argentino peso pesado ante Jorge Cambiasso, un oponente peligroso y quien partía como el máximo favorito. Se preparó muy duro para arrebatarle el título al campeón del momento y poder lograr el cinturón que llegó a tener el mismísimo Oscar Bonavena, su gran espejo de chico. Derechazo a la altura del oído para un KO inolvidable. Ese 22 de abril de 1988 quedaba por siempre guardado en su memoria y en las más de 3.500 personas dentro, y otras 1.500 fuera, del Club Social de Beccar. Por fin el boxeo le devolvía la gloria que tanto buscaba y que no dejó de buscar pese al grave accidente.

Como se vio, estas nuevas patologías no le impidieron volver y ser profesional. En poco tiempo se convirtió en campeón argentino de los pesos pesados e incluso le surgió la gran posibilidad de pelear con George Foreman, que no se dio por un hecho insólito (Ver aparte). Sin embargo, en esta nueva etapa ya no le importaba ningún título o cinturón. Su nuevo sueño tenía nombre y apellido: Mike Tyson. Este sano sueño en Walter nace a partir de ver la espectacularidad y el gran desempeño arriba del ring del norteamericano. En su interior, y por lo que le manifestaban los entrenadores de la época, Masseroni sentía que tenía un estilo similar al de Iron Mike.

Walter Masseroni, junto al legendario ex boxeador panameño Mano de Piedra Durán, el gran amigo que lo ayudó en su peor momento (Archivo familiar)
Walter Masseroni, junto al legendario ex boxeador panameño Mano de Piedra Durán, el gran amigo que lo ayudó en su peor momento (Archivo familiar)

Los tres combates que no fueron

Intentó tres veces pelear con el ex campeón mundial de los pesados y aunque en una estuvo muy cerca, finalmente no tuvo éxito. El primer intento fue en 1990, cuando Mike Tyson era manejado por Don King. El diario norteamericano New York Times incluso se refirió a este posible cruce, que no se concretó por una supuesta negativa de la cadena de TV que tenía los derechos del combate. Desde ese momento, Walter no dejó de perseguir su sueño de pelear con él. Siguió combatiendo y logró varios títulos más.

Ocho años después volvió a hacer el intento e incluso hubo una comunicación directa con el entonces manager de Mike, Sheldon Finkel. Pese a que logró tener la “carta de intención”, el combate tampoco llegó a buen puerto por no reunir los avales necesarios. La última vez que buscó Masseroni pelear con Tyson fue en 2001. Viajó personalmente a Miami, Estados Unidos; con ayuda de Lana Keeton, una promotora de allí, consiguió nuevamente una carta de intención de parte de su manejador. Esta vez sí reunió el dinero, pero el obstáculo fue otro: Lennox Lewis, el rival inmediato de Tyson, era la prioridad máxima en ese momento. Otro duro traspié.

LA FOTO CON TYSON, SÍMBOLO DE PERSEVERANCIA Y LUCHA

La foto ansiada de Walter Masseroni y su ídolo Mike Tyson (Archivo familiar)
La foto ansiada de Walter Masseroni y su ídolo Mike Tyson (Archivo familiar)

Fueron obstáculos muy duros y angustiantes. Pero que tuvo su mejor premio en 2005 cuando Mike Tyson visitó la Argentina para formar parte del programa de Diego Maradona, La Noche del Diez. En los estudios de Canal 13, en uno de los camarines, a sus 42 años, Walter pudo conocer a su ídolo, al deportista que le devolvió toda la energía perdida en su duro accidente. El que le dio el sentido a la lucha y perseverancia. Al que le devolvió sus ganas de vivir. Se tomaron una foto e incluso hablaron de poder realizar el combate. Mike respondió que no había problemas, que arreglara con los promotores, pero la pelea nunca se dio porque Tyson se retiró del boxeo ese mismo año. Un nuevo y duro revés. Solo quedaba el retrato, una caricia al alma.

En 2011 volvió Tyson al país para formar parte del programa de Marcelo Tinelli, Showmatch. No hubo forma de dar con el norteamericano en los estudios de Ideas del Sur, pero sí pudo hacerle llegar a Mike, mediante sus custodios, una carta sobre su sueño. Nunca supo si fue leída por la leyenda, pero sintió que el gesto había valido la pena.

Paralelamente, con 47 años, Masseroni seguía combatiendo. Tras dos retiros causados en gran parte por los problemas que le originó el accidente, y que desde entonces lo acompañan en su lucha diaria, Walter tuvo una tremenda superación personal y volvió al ring a los 50 y a los 52 años. Fue el boxeador argentino con más edad en obtener su licencia, tras la sanción por su escandalosa pelea con la Mole Moli (ver aparte). El objetivo nunca cambió en Walter, ni siquiera cuando lo tildaban de loco o se burlaban de su anhelo.

Cuando su sueño parecía enterrado, Mike Tyson anunció su vuelta al ring. Ya no importa si es de manera oficial, en una exhibición, gimnasio o en los términos que fuera. Más de tres décadas después, el mundo parece conspirar para que esta vez sí Masseroni tenga su ansiado combate ante el norteamericano. “Me siento como un pibe de 20 años. Estoy como cuando quería pelear con él de joven. No me doy cuenta de la edad que tengo. Uno puede tener un físico de 60, pero tener la mente de 20. Así estoy yo. Sería el broche de mi carrera y estoy convencido de que se va a dar. Mike es una persona que también la pasó muy difícil”, afirma en medio de este sueño que volvió a despertarlo a los 56 años.

EL INSÓLITO MOTIVO QUE PROVOCÓ LA CANCELACIÓN DE SU PELEA CON GEORGE FOREMAN

Walter Masseroni junto a su amigo Trevor Berbick y el afiche de anuncio de la pelea ante George Foreman (Archivo familiar)
Walter Masseroni junto a su amigo Trevor Berbick y el afiche de anuncio de la pelea ante George Foreman (Archivo familiar)

A la sombra de la obsesión llamada Tyson se formó la de otro boxeador que sorprendía en ese momento tanto como Mike: George Foreman.

El nombre de Walter Masseroni ya figuraba entre los pesados del mundo del boxeo. Rankeado en el puesto 26 del CMB y posteriormente en los 12 del AMB, después de su pelea con el brasileño Santos, logró un importante triunfo por puntos en Uruguay ante Mauricio Villegas, que había logrado buenas presentaciones a nivel internacional y era considerado uno de los pesos pesado mexicanos más importantes de su país, dirigido por Don Nacho Beristain. Su nombre circulaba fuerte entre las principales promotoras. Buenos Aires Boxing, la que lo representaba, consigue un contrato con la empresa Fight Corp Limited, para combatir nada más y nada menos que con George Foreman, el múltiple campeón peso pesado, aquel de las grandes batallas con Alí, uno de los boxeadores más importantes de los últimos años a nivel mundial. La pelea se realizaría en 1989 en Las Vegas. Para Walter era la gran chance de lograr su ansiado cruce con Tyson.

Sin embargo, ocurrió algo insólito. Masseroni se entrenaba en Estados Unidos para dicho combate con su amigo Trevor Berbick, ex rival de Mike Tyson y recordado por haber sido el último boxeador que se enfrentó a Muhammad Alí, al que derrotó en 10 asaltos por decisión unánime en diciembre de 1981. Era tal la amistad que los unía que no pedían sparrings y se entrenaban juntos. En una de las sesiones, sanguíneo como pocos, Walter lo noqueó con guantes de 18 onzas. “Faltaban dos semanas para la pelea con Foreman y estábamos entrenando con mi amigo, quien con toda la voluntad me agrede en inglés para sacar lo mejor de mí. Yo me transformé y lo dejé KO”, lamentó Masseroni, ya que tuvo la mala fortuna de que justo se encontraban presentes los representantes de Foreman, sin que él lo supiera.

Recortes con el anuncio de la pelea con Foreman y su posterior cancelación (Archivo familiar)
Recortes con el anuncio de la pelea con Foreman y su posterior cancelación (Archivo familiar)

Al ver el potencial del argentino, la pelea se fue postergando hasta que se terminó cancelando (su reemplazo fue Gerry Cooney). Quienes manejaban a Foreman argumentaron, “off the record”, que Walter “podía perder, como podía ganar”. Un tiempo se habló de que el combate iba a realizarse en Bahamas y hasta en Curaçao, e incluso el promotor inglés, Frank Warren, lanzó el flyer con sede en el estadio London Arena, para el 26 de septiembre de 1989, pero nunca se concretó. Walter Masseroni tenía 25 años y entró en otra depresión muy grande por todo esto que vivió. Sin embargo, otra vez su fuerza de voluntad le permitió salir adelante y aceptar luego el desafió para volver a pelear con “Maguila” Rodríguez, otro reconocido ex boxeador y campeón brasileño. Sin entrenamiento, Walter aguantó hasta el décimo round y perdió por descalificación.

LOS ESTUDIOS DE SU GOLPE, A LO ROCKY BALBOA, EN LOS ÁNGELES, ESTADOS UNIDOS

En su época de esplendor, Walter Masseroni fue motivo de estudio y observación para diversos profesionales de la medicina deportiva. Muchos de ellos, al verlo entrenar, se sorprendían por sus aptitudes. Tanto es así que fue convocado por el psiquiatra y preparador físico Bill Leich, para estudiar su genética privilegiada. La sorpresa fue total. En Estados Unidos le realizaron mediciones en su pegada y observaron que mantenía uno de los registros más elevados del mundo. “No podían creer que tenía esa pegada y no tomaba nada. Solo mate. Me dieron una beca en Los Ángeles, conocía a mucha gente importante y me hicieron estudios de la pegada como los que hizo Rocky en la pelea con el ruso. Decían que había sido la pegada más fuerte. Los estudios duraron 48 horas. Como yo tomaba mate, nomás, el que me estudió hizo la prueba y tomó mate durante cinco días para saber qué tenía”, recordó con orgullo.

EL ESCANDALOSO COMBATE CON LA MOLE MOLI Y LA FUERTE SANCIÓN

El cordobés venía en su mejor momento, aunque Walter se entrenaba como nunca a sus 38 años. Buscaba dar el batacazo en el final de su carrera. Sin embargo, ocurrió todo lo contrario. Un mes antes del combate, a 15 cuadras de su casa, el Fiat Palio que manejaba un amigo colisiona y Walter recibe quince puntos sobre su ojo izquierdo. Esto le impidió entrenarse con normalidad y acudió al combate sin la preparación que pretendía. Tras un primer round parejo, Moli sufre un corte en su ojo y luego llegó el escándalo de patadas del cordobés y la posterior reacción de Masseroni. Una verdadera batalla campal, con miles de cordobeses queriendo enfrentar al bonaerense. Orinaban los vasos de fernet y los arrojaban al ring. La pelea terminó sin decisión, el árbitro era Raúl Ilvento, no se animó a descalificar frente a la presión extrema de los cordobeses. La Mole luego perdió todos sus títulos y también fue un antes y después para él.

“Prefiero no hablar de él, quien gracias a mí fue alguien. Cuando te enfrentás a un boxeador realmente mejor que vos, soy de reconocérselo. No quiero criticarlo como persona, pero los boxeadores no somos así. Arriba del ring somos salvajes, pero abajo somos buenas personas. Algunos eso no lo saben. Repito, prefiero no ser agresivo”, concluyó.

SU OPINIÓN ACERCA DEL REGRESO DE CHINO MAIDANA

“Es un capo y no se le puede recriminar nada. Es raro que quiera volver porque una vez que llegaste, volver... Si así lo siente está bien, es joven y lo puede hacer. Cuando peleó con Mayweather para mí ganó. Esa primera pelea lo tuvo para el KO y se le escapó por nada. Para mí ganó. Llegó y ahora quiere volver, está bien porque tiene con qué. En mi caso, la película no terminó”.

EL IMPORTANTE ROL DE SU HIJO EMANUEL: EL FLYER “OFICIAL” DE LA PELEA TYSON-MASSERONI

Walter Masseroni, junto a sus hijos Emanuel (periodista) y Nicolás (campeón argentino y sudamericano peso mediano) (Archivo familiar)
Walter Masseroni, junto a sus hijos Emanuel (periodista) y Nicolás (campeón argentino y sudamericano peso mediano) (Archivo familiar)

Es tan grande la ilusión que despertó Walter, que su hijo logró que el anuncio de la pelea lo armara Meris Avdolli, el mismo diseñador que ideó la imagen de promoción para la tercera pelea entre Tyson y Holyfield. La fecha escogida en esta oportunidad, aunque no está confirmada, es el 17 de octubre en Diriyah, Arabia Saudita.

“Mi viejo apuntaba a ser campeón del mundo. Es el sueño de mi papá, pero nos afecta a todos. Hace años venimos luchando y ahora tenemos la visibilidad deseada”, destacó Emanuel, que contó cómo fue su locura para conseguir el flyer “original” de Tyson-Masseroni. “Empecé a romper las bolas y lo encontré (a Meris Avdolli) por Instagram. Me quiso cobrar y le dije que me diera una mano, que si hacía mi diseño iba a recorrer el mundo. Le pasé la historia de mi viejo en inglés y le explotó la cabeza. Me respondió: ‘Lo voy a hacer en honor a tu viejo’. Es una historia de superación y puede ser a fin de año. Vamos a ir hasta las últimas consecuencias”, subrayó.

El flyer de Tyson vs. Masseroni, que Emanuel pudo conseguir de parte de Meris Avdolli, el mismo diseñador que ideó la imagen de promoción para la tercera pelea entre Tyson y Holyfield
El flyer de Tyson vs. Masseroni, que Emanuel pudo conseguir de parte de Meris Avdolli, el mismo diseñador que ideó la imagen de promoción para la tercera pelea entre Tyson y Holyfield

“Mi viejo no fue golpeado, es sano de toda la vida y noto que cada día mejora más. Se entrena hace casi un mes y agarra ritmo muy rápido. Está súper motivado. Este sueño identifica a mucha gente porque invita a nunca rendirse. Es un ejemplo. Creo que se va a lograr, se está dando todo. Es una historia de película, muy fuerte. Una historia de humildad, de perseverancia y superación que trasciende los límites normales”, cerró.

La increíble historia de Walter Masseroni, el boxeador argentino que volvió de la muerte para desafiar a Mike Tyson

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