La Generación Dorada es uno de los equipos más importantes en la historia del deporte argentino, por sus logros, valores y las barreras que trascendió. Pero también es un sinfín de anécdotas. Una de las más populares hablaba del misterio alrededor de la pelota que Manu Ginóbili canjeó para tener de recuerdo de la final contra Italia por la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004.
El ex San Antonio Spurs se quedó con el balón y durmió abrazado a él toda la noche. Cuenta la historia, que a la madrugada, Carlos Delfino y Andrés Nocioni ingresaron a su habitación en estado de ebriedad para continuar con los festejos. Cuando vieron la pelota, le pegaron una patada que la sacaron de la Villa Olímpica y nadie la volvió a encontrar.
Luego de 16 años, mediante un avance de la película Reset de Fabricio Oberto (se estrenará el 4 de junio), finalmente se develó uno de los mayores misterios que envolvía al equipo conducido por Ruben Magnano.
Tras una introducción de Hugo Sconochini (era el compañero de habitación de Manu y testigo presencial de lo sucedido), el que tomó la palabra para explicar el detrás de escena fue Alejandro Cassettai, el jefe de equipo de la selección argentina de básquet en Atenas.
“Cuando estoy en la cancha estaban la pelota del juego, que la agarró un señor petiso, y otra que estaba en la de la mesa de control. Le digo que quería una pelota y él me dijo: ‘No, no. Si me das la camiseta de juego de Manu te la doy’. Me voy al vestuario y le digo a Manu que si me daba la camiseta se llevaba la pelota del partido. Me dijo que sí, entonces voy, le entrego la camiseta y me da las dos bolas”, comenzó su relato.
“Como él estaba en el doping le pregunté qué hacía con la pelota y Manu me dijo que se la deje en la cama. Y yo la dejé. Y la otra es esta", confesó Alejandro mientras sacaba a la luz la otra pelota de ese partido.
Este video generó revuelo dentro del plantel. Uno de los primeros en tomar la palabra fue el Chapu Nocioni, quien durante muchos años tuvo que cargar con el peso de ser uno de los que perdió ese balón. “¡Voy hacer mi descargo! Primero: si yo hubiera hecho lo que se me acusa, ya está prescrito por los años que han pasado. Segundo: si lo hubiera hecho sería inimputable dado mis facultades en el momento del suceso. Art. 34 de Código Penal”, explicó, fiel a su estilo, en su cuenta de Twitter.
Además, dejó entrever que algo extraño sucedió en toda esta historia: “Quiero aclarar. Esta tercera persona que entra en juego, ¿qué veracidad hay en la historia de las dos pelotas? Ojo, ¡ese tema no es menor! Nadie, pero nadie, sabía de su existencia hasta el día de hoy. Al menos es sospechoso. Además ese tercero es muy muy amigo de Hugo (Sconochini). Gato encerrado”.
“Creo que tenemos que ir con un investigador privado”, concluyó Oberto.
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