Pasa el tiempo pero la final de la Copa Libertadores en el Santiago Bernabéu entre Boca y River aún se recuerda y sigue entregando datos poco conocidos. Este es el caso de Carlos Lampe, quien develó lo que sucedió en los instantes previos a que Gonzalo Pity Martínez realizara el tercer y definitivo gol del partido tras una memorable corrida.
El arquero con pasado en la selección de su país y actualmente en Always Ready contó que desde el banco de suplentes le gritaron a su compañero Esteban Andrada para que no vaya a cabecear al área rival debido a que aún quedaban algunos minutos por jugar.
“Hay que estar adentro con las revoluciones a mil para ir a buscar como lo hizo Esteban Andrada. Yo siempre pregunto antes de ir, pero yo en la última jugada siempre me voy a cabecear. Quizás él no se dio cuenta, nadie le pudo avisar. En el banco le gritaban que no vaya, que no vaya... Porque faltaba mucho, faltaban tres o cuatro minutos, creo... Por ahí se apuró un poquito ahí, pero son decisiones que uno toma”, comentó en diálogo con TNT Sports.
Prosiguiendo con su historia, el portero contó: “A veces uno no tiene noción del tiempo, te pasa que querés ir y faltan diez minutos. Si no escuchás al cuerpo técnico, y no sabés cuánto falta, agarrás y te vas... Puede pasar que te vas y falten cinco minutos. Uno siempre quiere ir, porque hay que arriesgar, perder 2-1 ó 3-1 es lo mismo, pero también arriesgás la chance de empatar un partido...”.
No obstante, ante la consulta sobre a quién contrataría, Lampe respaldó al 1 de Boca: “Los dos son buenos arqueros. Yo me llevo a Andrada, me gusta que salgan jugando, arriesgar un poco más. Andrada arriesga más que Armani. Igualmente, Armani es muy bueno y regular. Eso lo hizo ganar títulos”.
Lampe también hizo foco en el ataque que sufrió el plantel antes de llegar al Monumental. “Me acuerdo todo. Yo iba en una ventana donde no se quebró el vidrio pero sí se quebró en la de adelante y atrás. Había mucha desesperación, entró el gas y costaba respirar. Teníamos a un compañero sangrando", esbozó.
“Lamardo, Pablo Pérez, Gago y Villa fueron los más afectados, los más complicados. Era imposible que alguno de ellos pudiera jugar. No hubo exageración. Nosotros preferíamos jugar el partido en su cancha que irnos a Madrid”,´justificó. Y luego, concluyó: “No había manera de jugar, no estaban en condiciones los jugadores. No era un día normal. Todos ventilándose porque todos sentimos el olor a gas. Todos deshidratados. Ese día era imposible que se juegue. Las condiciones de seguridad no estaban dadas para jugarlo en Sudamérica por lo que había pasado. Se puso en riesgo la vida de muchas personas arriba de ese micro. Fue una tragedia con suerte".
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