Muchas historias se conocen de aquel gran equipo de Boca campeón del Torneo Metropolitano 1981. Las más resonantes siempre están circunscriptas en torno a Diego Armando Maradona, uno de los futbolistas más importantes de todos los tiempos. Sin embargo, aquel Pelusa que ya venía de romperla en Argentinos Juniors, logrando una transferencia histórica al Xeneize, todavía no había alcanzado la cúspide de su carrera.
Roberto Passucci, otro de los ídolos de ese recordado equipo, reveló una tremenda confesión que le hizo el propio Maradona durante un vuelo hacia África. En una de las tantas noches de insomnio, durante esas giras entresemana a países exóticos y durante la temporada regular, el polifuncional y también referente de Boca, contó una historia íntima de un Diego que ya avizoraba lo que ocurría a su alrededor y temía por lo que estaba por venir.
“Cuando viajamos a Costa de Marfil para un torneo cuadrangular que se jugaba de martes a jueves, me tocó sentarme junto con Diego en el avión. Cuando apagan las luces y mientras todos duermen, él no podía hacerlo y me dice: ‘Che Passu, no puedo dormir. La verdad estoy sufriendo mucho’. Le pregunto qué le pasa y me responde: ‘No puedo soportar la fama, no puedo estar tranquilo en ningún lado. Hoy, para ir a comprarme una remera un pantalón o algo Cyterszpiler (su representante en ese entonces) tiene que hacer malabares para que la gente no me vea. Me siento mal’”, comenzó el relato Passucci para el canal de Youtube de Boca.
“Diego percibía lo que se le venía y percibía que no iba a poder soportar tanta fama, y la soportó tranquilamente. Esta anécdota o charla en privado me quedó del día en que Diego se confesó conmigo en ese viaje, donde estuvimos como 24 horas hablando, pero que todo redondeaba y caía sobre este tema”, continuó.
No fue la única anécdota con Maradona que contó Passucci de al programa “Perfiles Xeneizes”. También recordó la pelea por ese título que finalmente terminaron por conquistar en 1981. “Newell’s tenía un equipazo. El que no era hincha de Boca estaba convencido de que Boca perdía el torneo ahí, ellos tenían un gran equipo”. Passu se refiere al encuentro que el Xeneize disputó en Rosario, por la fecha 24 y a nueve jornadas para el final. Uno de los partidos clave para la posterior obtención del título.
“Concentramos en habitaciones que eran dobles y donde se compartía el baño. Es decir, yo estaba con el Negro Tesare y del otro lado estaban Brindisi y Maradona. Entonces, tipo diez y media de la noche viene Diego y me dice: ‘Te puse de 11, mañana jugas de 11 Passu’. Yo le digo ‘dejate de joder’, encima de 11 jugaba el Mono Perotti que estaba afiladísimo. ‘Vos mañana jugás de 11, acá el técnico soy yo’, repitió. Por supuesto que era una chanza porque el técnico, Marzolini, había hablado con él de jugar allí para que anulara a Roque Alfaro, el más habilidoso de ellos, así Maradona tenía más libertad para jugar, ya que ellos no iban a tener juego y se iban a poner aún más nerviosos. Y Maradona le dijo que le parecía bárbaro”.
Passucci contó el diálogo que tuvo con Marzolini al día siguiente y la explicación que le dio el DT para llevar a cabo esa sorpresiva decisión. “Al mediodía me llama Marzolini y me dice que iba a jugar de 11, hombre a hombre y marcando a Roque Alfaro. Así que yo salí a hacer el trabajo que tenía que hacer y lo hice muy bien. No jugó Roque Alfaro y con tanta suerte para mí que en el final del partido yo termino convirtiendo el segundo gol (finalizó 2-0). Lo gambeteo en diagonal al arquero el Loco Sánchez y defino cruzado, con sutileza”.
Otras frases de Passucci con el canal de Youtube de Boca.
"En ese entonces vivíamos viajando. Cuando terminó el campeonato comenzó una gira de cuarenta y pico de días y con 12 ó 13 partidos. En Japón, Malasia, Hong Kong, Estados Unidos, México, Guatemala, España. Fue impresionante, en todos lados, en donde había una cancha nos bajábamos y jugábamos".
"Después vino un conflicto económico importante, pero muchos nos quedamos pese a las ofertas que había para irnos. Un grupo nos quedamos y afrontamos lo que vino, que en un principio fue duro y después lo superamos gracias a Dios".
"Diego es una gran persona y un ser humano brillante. Muy clarito para decir las cosas y siempre hablaba de frente. Nos entendíamos con todos".
"Jugué con todos los números (iban del 1 al 11), salvo con el 9. Hasta de arquero cuando lo expulsaron a Gatti y no había mas cambios. Faltaban 10 minutos y fui al arco en el Monumental contra River. No me hicieron goles en esos 10 minutos".
“Gatti me decía: ‘Vos tenes que ponerte firme en una posición para consolidarte, sino siempre vas a ser relevo’. Pero para mí, una forma de querer al fútbol era jugar en cualquier lugar de la cancha. Me adaptaba a cualquier posición y me resultaba apasionante poder jugar”.
“Durante la gira, jugamos contra Zaragoza. Ese partido ni me tocaban, era increíble como cuando ibas a marcar te saltaban, nada que ver a lo que pasaba acá que tenías que mirar para todos lados porque te la ponían. Jugué perfecto en el mediocampo y después del partido me vienen a decir que el presidente del Zaragoza quedó maravillado y si quería me quedaba ahí mismo. ‘¿Pero vos estás loco?’, le contesté. ‘Hace tres meses que estoy en Boca y soy hincha. Ni de casualidad me quedo acá’. La ilusión de jugar en Boca y de perdurar era más fuerte que cualquier cosa”.
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