“Cuando necesitas un amigo para jugar al fútbol-tenis”. Así tituló el video que compartió a través de sus redes sociales: en el mismo se lo ve al aire libre, pero en su hogar; pasando de un lado al otro de la red improvisada, en pleno entrenamiento durante el aislamiento obligatorio en medio de la pandemia de coronavirus. Podría haber sido una publicación más de las tantas que realizan los futbolistas en este momento de parate casi total de la actividad en el planeta; sin embargo, se hizo viral. ¿Por qué? Ander Herrera luce, orgulloso, la camiseta de Boca.
El mediocampista de equilibrio de 30 años, que brilla en el PSG de Francia, apeló a una casaca del Xeneize para su entrenamiento. ¿Casualidad? No. El español confesó en más de una oportunidad su fanatismo por Boca, que le transmitió su padre, Pedro Herrera, ex director técnico del Zaragoza y afecto a la contratación de jugadores argentinos.
“Cuando mi padre iba a la Argentina estaba obligado a traerme la camiseta de Boca, tengo 10 ó 12. Me trajo una N° 10 de Maradona y todavía la tengo”, confesó en 2017, en diálogo con el suplemento Enganche, de Página 12.
Surgido de Zaragoza, Herrera fue dando pasos firmes en su carrera. En 2011 pasó al Athletic de Bilbao a cambio de 8.5 millones de euros. Allí volvió a destacarse, al punto que en 2014 fue contratado por el Manchester United, que pagó 36 millones de euros por su ficha. Hoy es una pieza importante en el París Saint Germain, institución a la que arribó en calidad de agente libre a mediados de 2019.
En el PSG tiene con quién compartir su amor por Boca: allí juega Leandro Paredes, futbolista surgido de la cantera de la ribera. Tal vez, algún día coincidan con los colores del Xeneize. “Es el club más grande de Sudamérica y me gustaría jugar allí”, le confesó al diario Marca en 2016. Por el momento, se contenta con entrenarse con los colores. Y con un video encendió las ilusiones de los fanáticos.
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