En las últimas horas, Ezequiel Lavezzi volvió a ser noticia por las versiones de romance con la modelo Natalia Borges en medio de sus vacaciones en la paradisíaca isla caribeña de Saint Barth, donde atraviesa la etapa de aislamiento social por la pandemia de coronavirus. O por la repetición de los canales de deportes de sus acciones en el Mundial de Brasil 2014, donde se destacó con la camiseta de la selección argentina. Sin embargo, a la distancia, el ex delantero, de 34 años, está preocupado por la situación de sus vecinos de Villa Gobernador Gálvez en medio de la crisis de COVID-19.
La cuarentena generó que muchos de los que vieron crecer al Pocho hoy se encuentren en una coyuntura complicada en cuanto a lo económico, porque no pueden salir a trabajar. En consecuencia, el ex atacante de San Lorenzo, PSG y Napoli se movió rápidamente para tenderles, una vez más, la mano.
Según informó el diario La Capital de Rosario, Lavezzi se comunicó con su hermano Diego, presidente del club Coronel Aguirre (desde donde luego pasó brevemente por las inferiores de Boca y después saltó a Estudiantes de Caseros) y de la Fundación Ansur, para que realizara un relevamiento en su barrio. Y, a raíz de ese estudio, decidió donar 7.500 bolsones de productos por un valor de cinco millones de pesos para asistir a los vecinos en este difícil momento.
El Pocho consensuó con la intendencia de Villa Gobernador Gálvez para coordinar la entrega con quienes necesitan la asistencia. Los bolsones, según consignó La Capital, contienen fideos, leche en polvo, arroz, azúcar, aceite, galletitas, puré de tomates y yerba. Además, la Fundación mantiene las puertas abiertas, brindando almuerzo y merienda a los chicos de la zona, además de diversa ayuda, como respaldo psicológico.
Aunque sus días de futbolista quedaron atrás luego de que decidiera retirarse tras su paso por el Hebei Fortune de China (y del interés de Rosario Central por incorporarlo); a pesar de que todavía no definió cuál será su ocupación en el futuro cercano, y mientras disfruta de las playas del Caribe, el Pocho no olvida sus orígenes. Y en el peor momento, dice presente.
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