Además de haber edificado una carrera en el arbitraje y de en la actualidad tener participación en los medios, con alto perfil a partir de haber admitido su pasión por River, Pablo Lunati es empresario. Posee dos lavaderos de autos y una confitería, que hoy mantienen las persianas bajas por la cuarentena social obligatoria ordenada por el gobierno nacional a partir de la pandemia de coronavirus. Desde ese rol, hizo público su reclamo, en diálogo con radio La Red: “Hay que salir a trabajar. Entiendo lo que pasa, pero hay lugares del país en los que se van a morir de hambre”.
“Los negocios obviamente están cerrados como nos pidieron hace 28 días. Llegaremos a los 38 el día 26, o llegaremos a los 45, si es como yo creo, que se estira hasta el 3 de mayo. Banco esto, me parece genial. Creo que el presidente acertó con esto, pero no se puede vivir de cuarentena”, subrayó en su primera declaración.
“Escucho la radio todo el día, escucho a todos los epidemiólogos; hay tipos coherentes, pragmáticos, pero no vamos a vivir en cuarentena un año. Hasta que esté la vacuna... No va a haber pico nunca, porque no salimos a la calle nunca. Era a mediados de abril, después mediados de mayo, ahora en junio, pero hay una realidad: hay que trabajar. Hay que aprender a cuidarnos y trabajar de esa manera, con un protocolo, con máscaras, pero hay que salir a trabajar. ¿40, 45 días de cuarentena? Fantástico, se evitaron un montón de problemas. Ya está”, fue enfático.
El ex juez utilizó su ejemplo para ilustrar lo que sucede con muchos comerciantes ante la nula actividad. “Entiendo que hay lugares distintos a otros. Que les den la facultad a los intendentes, a ver qué se puede hacer. No estoy pidiendo nada raro. 10, 20 cafecitos por día, me van a ayudar a pagar la luz, el sueldo de los empleados. Y la luz, en cualquier comercio, sale 20, 25 mil pesos por mes. Si juntás tres meses, ¿cómo hacés para pagarlo? Hay que empezar a trabajar para perder menos, para no perder el negocio, para no bajar la persiana”, solicitó.
Además, contó algunos detalles de la realidad que vive con sus empleados. “En los lavaderos se pagan todos los días sábados, no se pagan por mes. La gente no tiene tarjeta, un 20% tiene tarjeta, el jubilado no tiene tarjeta. A los empleados los hago venir una vez por semana y les doy la plata. Los bancarios... Las cajas tienen vidrios, muchachos, ¿cómo no va a haber banco? Soy un paciente de alto riesgo, estoy operado desde hace un año, no voy a hacer una cola de una cuadra en el cajero. Abrí los bancos, hermanos. Los pibes tienen hijos, familia. Les tengo que pagar”, insistió.
Incluso explicó cómo podrían operar los lavaderos en caso de que abrieran sus puertas. “Tienen un protocolo, los autos entran de a uno, la gente espera afuera. Hay cosas para hacer en el lavadero. Hay muchas cosas que se pueden ir abriendo. El comercio mueve el 60, 70% de lo que es el país, el resto es todo lo demás. Tenemos que entender que vivimos en Argentina. Que busquen los protocolos correspondientes para hacerlo. No hay manera de sostener 45 días sin abrir”, concluyó.
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