“Lo queremos acá a Nacho Scocco, se lo queremos sacar a River”. En diálogo con el programa “¿Cómo te va?”, por AM 1030. La frase tiene potencia extra, porque la pronunció un ex capitán de Boca, protagonista de aquella histórica final de la Copa Libertadores 2018 en Madrid, en la que se impuso el Millonario. Pablo Pérez regresó a Newell’s en febrero, luego de abandonar Independiente. Y otra vez en el club en el que saltó a la élite, le inyectó presión al delantero, otro hijo pródigo.
“Siempre digo que está en una situación muy particular, que Nacho la va a manejar; es una decisión muy difícil de tomar. Espero que este tiempo le sirva para pensar y que vuelva a su casa”, agregó el mediocampista, de 34 años. El vínculo de la Banda con el atacante vence en junio de este año y, si bien tanto la dirigencia como Marcelo Gallardo ya hicieron pública su voluntad de seguir contando con el ex Inter de Porto Alegre. Sin embargo, la Lepra, donde fue dos veces campeón, también le tira.
“Volver a Newell’s es algo que deseé desde el momento en que me fui. Mi familia y mis amigos son todos hinchas del club. Me pongo esta camiseta y siento felicidad”, dijo Pérez sobre sus sensaciones otra vez en rojinegro, con otros históricos a su lado como Maxi Rodríguez o Mauro Formica.
Pero, a la distancia, celebró la conquista del Xeneize en la última Superliga. “El campeonato de Boca me puso muy contento por la hinchada, el club y los compañeros. Es un club al que le voy a tener mucho respeto durante toda mi vida. El tiempo que estuve ahí lo disfruté al máximo. Que River sea el competidor directo y haber logrado la victoria tiene otro sabor, otra motivación y felicidad. Solamente porque es un clásico. Ir peleando mano a mano un campeonato y sacárselo sobre el finales muy bueno”, subrayó.
De su paso por Boca le quedaron recuerdos positivos, como sus títulos (tres torneos de Primera; 2015, 2016-17 y 2017-18) y una Copa Argentina (2015) y también el lunar de la Superfinal de la Libertadores 2018. Pero no le quedan arrepentimientos: Todos hicieron lo posible para jugar. No nos reprochamos nada porque estuvimos a 20 minutos de ganar el partido y cuando las máquinas se fundieron , acalambrados, como sea, todos adentro de la cancha dejando la vida igual".